La Conselleria d’Educació i Universitat intentará que en las próximas oposiciones docentes, en las que se ofrecen 1.008 plazas, no quede ninguna desierta.

Como se recordará, en las oposiciones docentes del año pasado, en las que se ofrecían 257 plazas, un total de 76, el 30 %, quedaron desiertas.

En la Mesa Sectorial d’Educació que aprobó las próximas oposiciones, que se iniciarían el 23 de junio y se prolongarían durante un mes, se acordó que la Conselleria formará a los miembros de los tribunales para que tengan en cuenta que estas pruebas son, realmente, un concurso oposición, es decir, con eliminaciones de aspirantes, y no una simple oposición, en la que los mejores resultados ocupan todas las plazas convocadas. En el primer caso, tal como ocurrió en 2017, pueden quedar plazas desiertas.

Glòria Escudero, del sindicato CCOO, ha explicado que, por el acuerdo de la Sectorial, «se intentará que en la primera fase de la oposición, que es eliminatoria, se aprueben más aspirantes que plazas convocadas, pero hay que tener en cuenta que los tribunales son soberanos y, por tanto, no se puede garantizar que al final del proceso no habrá plazas desiertas».

Cada tribunal está compuesto por un presidente nombrado por la Direcció General de Personal Docent y cuatro vocales elegidos por sorteo.

Está previsto que el próximo martes, día 6 de marzo, se publique la convocatoria de oposiciones y, a partir del número de inscritos, se sabrá cuántos tribunales habrá que constituir y sus ratios. El plazo de inscripción sería del 7 al 21 de marzo. La Conselleria d’Educació i Universitat tiene intención de convocar un total de 3.000 plazas docentes a lo largo de 2018 (con las 1.008 plazas apuntadas), 2019 y 2020, con la previsión y el acuerdo de los sindicatos para que las pruebas tengan continuidad en 2021 y 2022 para reducir a niveles deseables el porcentaje de interinos, que en la actualidad es del 37 %, aproximadamente.