Juan Tur es el presidente de la Asociación de vecinos de Sant Miquel desde que se fundó hace tres años. | Idoia Sala

La asociación de vecinos de Sant Miquel nació en 2015 con el nombre ‘Anàrem a Sant Miquel’ con el objetivo de conseguir una carpa para las fiestas del pueblo. La agrupación ha seguido en marcha, con Juan Tur como presidente, para defender las inquietudes y peticiones de los vecinos ante las instituciones.

—La asociación de vecinos de Sant Miquel se creó hace poco, ¿se hizo con algún motivo?

—Sí. La gente joven es la que siempre se encarga de organizar las fiestas del pueblo, con la casualidad de que en septiembre siempre llueve. Tenemos el problema de que Sant Miquel es un pueblo pequeño y tampoco hay mucha actividad, por lo que hacer un programa de fiestas y que justo los dos o tres días importantes se ponga a llover y tengamos que aplazarlo, se hace insostenible. Entonces surgió la idea de comprar una carpa y a raíz de ahí salió la idea de hacer la asociación de vecinos.

—¿La asociación consiguió la carpa en el primer año?

—Fue precipitado porque lo hablamos en junio y las fiestas eran en septiembre. Fuimos a hablar con el Ayuntamiento para que nos dieran permiso y luego hicimos una campaña de colaboración a cambio de poner los logos de las empresas participantes y casi el primer año lo pudimos cubrir. Al principio pensamos que la asociación fuera para dos años pero decidimos que, una vez cumplido el primer objetivos, podíamos seguir trabajando y escuchando las demandas de los vecinos y presentando escritos en el Ayuntamiento. Estamos al pie del cañón de las cosas que pensamos que se tienen que hacer. Cuando te reúnes con el Ayuntamiento también es cuando te das cuenta realmente de las cosas que se pueden hacer o de si tus demandas son viables.

—¿Cuáles son las inquietudes o peticiones más importantes que tienen ahora los vecinos?

—Las inquietudes las vamos trasladando al Ayuntamiento. Una de las inquietudes que nos han trasladado y que viene de 20 años atrás es respecto a la calle principal del pueblo. Cuando llegan las fiestas no hay una alternativa y si hay un accidente se queda el pueblo cerrado. Hay una calle programada desde hace mucho tiempo, está el saneamiento hecho pero no se acaba de hacer porque hay problemas entre vecinos y el Ayuntamiento. Lo hablamos en la reunión y tenemos constancia de que se está moviendo para hacerse. Es una calle paralela a la calle principal que es ideal para conectar la carretera de Sant Joan con la carretera del Port de Sant Miquel.

—¿Qué mejoras necesita el pueblo?

—También hay una serie de calles que pedimos que se asfaltaran y ya se han asfaltado. Y si nos ponemos a pedir, pediríamos un carril bici que fuera hasta el puerto, pero sabemos que los presupuestos de Sant Joan son los que son y nos tenemos que adaptar. Lo que pedimos siempre es que se tapen los agujeros de los caminos y que se repasen antes del verano.

—¿Pero piensan que iría bien este carril bici?

—El carril bici que hay en la carretera está bien utilizado y es una maravilla. Es curioso porque los ciclistas profesionales no la usan y siguen circulando por el asfalto, pero sí se utiliza mucho para pasear o para bicicletas de paseo .

—¿Hay algún problema que preocupe a los vecinos de Sant Miquel?

—Hay un problema que hay que recalcar mucho que es el servicio de Correos. Hemos tenido etapas en Sant Miquel que el servicio es tercermundista. Me choca mucho ver en la tele como los carteros desde un pueblo de León llevan las cartas a una señora que vive en la montaña a 30 kilómetros y que en Sant Miquel no se haya repartido nunca en la vida una sola carta a los domicilios de las casas de campo. La gente se tiene que preocupar de ir a Correos a buscar las cartas y siempre ha sido así. El Ayuntamiento ha hecho todo lo posible para que incluso se mantenga la oficina de Correos, pero ha sido un desmadre y nos hemos sentido impotentes

—¿Siempre hay una persona de Correos?

—Básicamente cuando tienen una persona que conoce las direcciones, no hay problemas, pero si viene alguien de fuera es imposible que de un buen servicio. Es un caos y se han devuelto requerimientos importantes. Recientemente hubo un recálculo del IBI, se enviaron requerimientos y hay una gran cantidad de gente que no ha recibido esta carta y que debe este dinero y no sabe que lo debe.

—En general, ¿se sienten atendidos por las administraciones?

—Más vale quejarse con razón y cuando tienes un problema decírselo a la persona que toca. Entre los vecinos nos reunimos y tenemos un grupo de whatsapp para informarnos y nos comunicamos mucho. En Sant Miquel no estamos desatendidos.

—¿A los vecinos les preocupa el tema de robos en casas de campo?

—Sí, claro que sí. Cuando pasa algún caso los que vivimos en el campo siempre tenemos esta preocupación. Es normal que nos preocupe, pero ahora a nivel tecnológico tenemos más facilidad de avisar si vemos algún coche sospechoso. Podemos hacer una foto y publicarlo y la Guardia Civil, incluso, ha aclarado casos que salen de la investigación ciudadana. Es una forma de estar mejor prevenidos.

—También hay una asociación en el puerto de Sant Miquel, ¿las inquietudes son diferentes?

—No, no. La asociación del Port de Sant Miquel está creada desde hace tiempo, es un núcleo importante y son los responsables de la playa y de algunos servicios. La asociación de Sant Miquel mira por todos pero no entra en conflicto, sino al revés. Si tienen una reivindicación nosotros les intentamos ayudar. Hay gente que está en las dos asociaciones y simplemente ellos tienen una función y nosotros, otra.

—¿Qué actividades realizan desde la asociación?

—Las actividades de fiestas lo dejamos para la comisión de fiestas pero sí que hacemos un encuentro anual. Este año fue en Halloween e hicimos una fiesta para los niños. Nuestra idea es hacer un encuentro o una comida a nivel de la asociación de vecinos cada año.

DEMANDA

Una calle alternativa a la vía principal del pueblo

Se trata de una antigua reivindicación y, según apunta el presidente de la Asociación de vecinos ‘Anàrem a Sant Miquel, Juan Tur, el Ayuntamiento está trabajando para hacer una calle paralela que de salida al pueblo en los días de fiesta o que se organizan actividades. Juan Tur recuerda que Sant Miquel fue el primer pueblo donde se hizo una exposición de coches, pero que luego se trasladaron a municipios con más espacio como Santa Eulària. Según destaca, esta vía permitiría recuperar este tipo de actividades en las fiestas de Sant Miquel o realizar otras como la feria del campo para dar más vida al pueblo durante el año. «Es una inquietud de los vecinos desde hace tiempo».