Que el proyecto de Xarraca Bay olía bastante mal lo sabía casi todo el mundo, porque el olor a pufo urbanístico llegaba hasta Cala Llentrisca. El destrozo a media Punta de sa Torre hace que la construcción abandonada de la familia Cabau, situada junto a la torre de defensa de Portinatx, sea tan solo una manchita más de cemento en la costa. El Ayuntamiento de Sant Joan ha paralizado cautelarmente unas obras que a la mayoría de ibicencos les parte el alma. Un proyecto hotelero que pretende convertir un rincón tranquilo de nuestro litoral en un punto de lujo y glamour más propio del sureste insular que no de es Amunts. El Consistorio joaní ya consiguió el verano pasado evitar que cuatro chiringuitos cayeran en manos de promotores que pretendían convertirlos en nuevos beach clubs,un tipo de oferta ausente en el municipio más septentrional de la isla. Ahora, deberá poner todo de su parte para que en la bahía de Xarraca se cumpla la ley, ni más ni menos.

Esta semana, con motivo de la celebración del Día de Balears, el Govern ha entregado las Medalles d’Or y los premios Ramon Llull. Unos galardones que habitualmente sirven para quedar bien con personas o entidades cercanas ideológicamente al Ejecutivo balear. Y este año no fue distinto. En Ibiza y Formentera tots mos coneixem, por lo que sobra añadir más comentarios.

En cuanto a la jornada festiva del 1 de marzo, no estaría de más conocer cuántos residentes en nuestro archipiélago conocen por qué se celebra el Día de Balears en tal fecha. Resulta un poco frustrante que nuestra Comunitat tenga que recurrir al día en que entró en vigor del Estatut d’Autonomia como el hecho que más nos une a los ciudadanos de estas islas. ¿De verdad no hay ningún otro hecho con el que podamos sentirnos orgullosos todos los baleares? Y que conste que, al contrario de lo que piensan muchos ibicencos y formenterenses, a las Pitiusas nos va muy bien compartir comunidad autónoma con mallorquines y menorquines. ¿A quién si no echaríamos la culpa de nuestros males?