Las 16 bailarinas del grupo DVP Dancers están rebosantes de energía tras conseguir el pase a la final del talent show Got Talent España. | DANIEL ESPINOSA

Recién llegadas a la isla y sin apenas tiempo para descansar. Las 16 bailarinas de la escuela de danza Davinia Van Praag comenzaron ayer los ensayos para la gran final de Got Talent España, que se emite en Telecinco. Independientemente de si ganan o no el talent show el próximo miércoles, este grupo de niñas, de entre 8 y 16 años, se ha convertido en la gran sensación de esta edición.

Conocidas bajo el nombre DVP Dancers se presentaron al programa con una coreografía de claqué, un género olvidado, que sorprendió gratamente tanto a jueces como público. Una apuesta «arriesgada» para «destacar entre los demás participantes» que parece «haber sido nuestro gran aliciente de éxito», según explicó Davinia Van Praag. Su apuesta gustó tanto que la audiencia las eligió como las primeras finalistas de la noche.

Más que claqué

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Con el listón tan alto, ahora no pueden relajarse. En poco más de dos días tienen que preparar una coreografía completamente nueva con la que «demostrarán todo su potencial», manifestó su directora. En la academia «tocamos diferentes modalidades de baile, como el hip hop, el jazz o el song and dance que mostramos en la semifinal». De hecho, unos días antes de participar en la penúltima fase de Got Talent España, DVP Dancers consiguió diez medallas, seis de las cuales fueron de oro, en diferentes disciplinas del Dance World Cup Spain celebrado en Burgos.

La amplia experiencia que tienen en competiciones juega a su favor, aunque «el formato televisivo es totalmente distinto al teatral», declaró Van Praag. «Me tomo esto como un reto más, confío mucho en mis bailarinas y sé, que a pesar de tener pocos días para ensayar, lo van a conseguir. Su nivel técnico se ha incrementando muchísimo con esta experiencia». Las bailarinas dedican gran cantidad de horas a la semana a bailar y están entusiasmadas por la gran final.

«No esperábamos para nada que fueran a decir nuestro nombre el primero, algunas de nosotras incluso lloramos de alegría», comentaron. En la sala de ensayo rezuma una energía contagiosa, algunas siguen bailando incluso mientras hablan entre ellas o comen un poco para reponer fuerzas.

La benjamina del grupo es una de ellas. Se llama Baye y a sus ocho años nos asegura que no tiene miedo a subirse al escenario de Got Talent España «para mí es como si estuviera en casa bailando». Sus compañeras, Luciana y Talita, de 12 y 11 años respectivamente, nos contaron que «llegar a la final es un sueño hecho realidad. Los nervios de estar en la tele son diferentes que los de otros campeonatos, pero ha sido una experiencia tan divertida que tenemos muchas ganas de volver a bailar allí y conseguir más puntuación que en la semifinal».