Rafa Sánchez es el portavoz de la plataforma ciudadana No más precariedad. | Sara Aguado

Rafael Sánchez es un murciano afincado en Ibiza desde hace tres años, donde ejerce de auxiliar de enfermería. Vivió 25 años en Mallorca y en la actualidad asume la portavocía de la nueva plataforma social No Más Precariedad. Esta iniciativa congrega a un total de 13 colectivos sociales de la isla, entre los que se encuentran los pensionistas de Basta Ya, Figa de Pic, Docentes de Ibiza, las Kellys de Ibiza y Formentera, la Plataforma de Afectados por la Hipoteca (PAH) o la propuesta para los sin techo de la isla, La Voz de los que Nadie Quiere Escuchar.

¿Cómo surge la iniciativa?
—La iniciativa surgió el día 10 de febrero de este año en Madrid para aunar a todos aquellos colectivos sociales desencantados con la política a nivel general. Viendo las circunstancias en España, con nuestras diferencias pero sabiendo que podemos trabajar en lo que tenemos en común que es la precariedad, pues decidimos unirnos y lanzar esta plataforma a nivel nacional para dinamizar los movimientos sociales. Todo se puso en marcha ese día a través de una concentración que sienta el manifiesto para lanzar una nueva plataforma, un espacio que reúne a un grupo de asociaciones o personas con una voluntad común. Ese día arrancó, también con la concentración en Ibiza.

¿Cuál es el objetivo de No Más Precariedad?
—Dar a entender que lo efectivo en la política son las movilizaciones para forzar cambios políticos.

Y, ¿cómo hacer que las movilizaciones sean efectivas en Ibiza?
—Ahora hay un movimiento asociativo en Ibiza como nunca antes. Ibiza ha sido históricamente una isla feudal, formada por cuatro señores amos y sus súbditos y, no sé el motivo, pero se ha dejado hacer. Nos encontramos con una Ibiza atrasada en muchos aspectos que no ha buscado beneficiar a sus habitantes sino que ha fomentado el negocio y ganar dinero fácilmente. Eso ha llevado entonces a ser tremendamente precaria. Ibiza es un ejemplo de precariedad en España.

Los números dicen lo contrario
—Se mueve mucho dinero, pero el trabajo es precario y en condiciones de vida muy precarias para los habitantes. Todo queda en manos de los cuatro empresarios que dominan el mercado de la hostelería y la riqueza no se distribuye.

Y ¿a quién hay que apuntar con el dedo?
—Aquí responsables hay muchos. El problema de la vivienda, por ejemplo, no es de ahora porque no ha habido una preocupación de las administraciones públicas para garantizar el derecho a la vivienda que recoge la Constitución Española. Por ley, todos tenemos derecho a una vivienda digna y para que esto sea así es el Estado quien tiene que velar por ello.

¿Cuáles son las propuestas de su plataforma?
—Proponemos que hay que estar en la calle para apoyar a todos los colectivos sociales. Es decir, la presencia en la calle es imprescindible. Siempre le cuento a la gente de ejemplo cómo el 14 de diciembre 1988 ocho millones de españoles salieron a la calle a secundar una huelga general de 24 horas que tuvo tal éxito que fue capaz de revertir una reforma laboral, unos recortes sociales y el recorte de las pensiones.
Si ocho millones de personas hicieron fuerza entonces para revertir todo eso, ahora también es posible. Es por eso que el propósito es dinamizar a todo el conjunto de los grupos sociales, agrupar a todos aquellos colectivos que actúan en torno a la precariedad, que es un concepto muy amplio que abarca múltiples esferas, y que mires por donde lo mires nos afecta a todos. Aquí en Ibiza nos centramos principalmente en la vivienda y en la precariedad laboral.

Una de sus reivindicaciones más importantes aborda el endémico problema de la vivienda en las Pitiusas.
—La vivienda es un serio problema, Ibiza ha sido declarada en emergencia habitacional y sí que es verdad que en Ibiza ciudad hay previsto construir más de 700 viviendas, pero éstos son proyectos a largo plazo. Reconocemos que ha sido un logro político ese reconocimiento de emergencia, pero entendemos que hay que actuar en el sentido de esa ‘emergencia’ y por eso propusimos lo del ‘camping.’ Los expertos que colaboran con la Plataforma de Afectados por la Hipoteca (PAH) también presentan soluciones rápidas a través de sus expertos pero, claro, es la Administración la que tiene que mover ficha. Propuestas hay, hace falta la intervención inmediata. La situación es como si se te presenta una persona que está hambrienta y nos ponemos a divagar sobre quién debe pagar la comida. Aunque es una comparación un poco dramática es la realidad.

Sobre la idea del ‘camping’, ¿en qué estado está la propuesta?
—Lo del camping se propuso como una medida urgente ante el inminente comienzo de la temporada turística porque vamos a volver a vivir el mismo dramatismo o incluso peor. Se llevó al Consell y al Ayuntamiento de Eivissa y, de momento, estamos esperando la respuesta.

Las Kellys de Ibiza y Formentera forman parte de No Más Precariedad. Afirma ser uno de los colectivos que necesita especial atención en la isla, ¿por qué?
—A finales del año pasado se negoció el nuevo convenio de hostelería de las Islas Baleares y en representación de los trabajadores estaban UGT y CCOO. Lo que hicieron es una prórroga de lo que ya existía, es más, daban permiso a externalizar estos servicios. Externalizar las labores de significa aplicar el convenio de limpieza, por el que cobran menos, entre otros perjuicios. Además del agravio salarial, siguen sin reconocerse las enfermedades derivadas de la profesión, que obligarían a un jubilación anticipada. Los estudios apuntan que la pérdida de poder adquisitivo en el sector será la misma en una década.

Y ellas, ¿qué demandan?
—Reivindican una distribución de la carga de trabajo, que no se externalice el servicio y también una jubilación anticipada.