Alfonso Herrero echa un vistazo a la revista PIsarra ante la mirada de Joana Tur. | DANIEL ESPINOSA

Un cúmulo de casualidades determinaron que Alfonso Herrero, un almeriense que hacía la mili en Maó y no se encontraba a gusto, acabara en Ibiza. El último día antes de licenciarse, un 14 de septiembre, se cruzó en su vida el ya desaparecido Joan Tur Ramis, que le ofreció su primer trabajo de profesor en la extinta escuela Blat. «Fue un gran amigo. La única vez que me afilie a un partido político fue por él. Estuve en el partido de Tierno Galván y no volví a militar en otro». Así fue como Herrero se quedó en Ibiza. «Creía que iba a ser algo provisional y llevo desde el año 1972». De eso hace ya 46 años.
Alfonso se jubiló hace ocho cuando estaba en el colegio de Sant Jordi y donde estuvo los últimos 19 años de su vida laboral, una experiencia que compaginó con su vinculación con el STEI que cumple 40 años de su implantación en las Pitiusas. Su preocupación por la educación determinó la organización de una serie de encuentros en 1977 entre docentes: «Nos reuníamos de manera informal en un local de la calle Carlos II para intercambiar impresiones, éramos doce escuelas». En 1981, haciendo el reciclaje en Sa Graduada, le avisaron del intento del golpe de Estado y fueron al local donde recogieron toda la información de aquellas reuniones y se las repartieron. «Unos las quemaron y yo la guardé hasta 1987 cuando renació el sindicato; fue una coincidencia, justo antes de la huelga general», recuerda. De hecho, de aquellas asambleas de profesores salieron los dos vocales que irían a Mallorca para formar los documentos que dieron lugar al nacimiento del STEI como tal, Toni Marí e Idelfons Juan.
Las consultas en el bar
En 1987, a través de Pere Polo, Alfonso estaba en Sant Jordi cuando un día recibió una llamada de teléfono de Madrid. «Era Carlos Cermeño y me dijo si estaba dispuesto a colaborar con el sindicato, pero mi experiencia era mínima. Me pareció un sindicato comprometido y consideré que podía ayudarle pero no me afilié, lo hice en 1988 y todavía sigo afiliado, pago mi cuota de jubilado pero la sigo pagando».
Los inicios no fueron fáciles. «No teníamos ninguna infraestructura. Vivía encima del bar Moreta y por la tarde me bajaba a charlar o a echar la partida con los amigos. La gente sabía que estaba allí y pasaba a hacerme las consultas. Luego iba a los centros. Era medio liberado porque yo quería seguir mi contacto con la docencia y así fue». El primer año de funcionamiento consiguió 50 afiliados. El primero fue Leopold Llombart que durante muchos fue director de la escuela de sant Rafel. Con un presupuesto de 25.000 pesetas para todo el año, empezó su trabajo sindical con visitas a los centros y medio liberado. «No cobraba nada, ni gasolina. Puse mi vehículo. Teníamos que mandar correspondencia, eran los primeros años del fax. Estaba solo». De aquellos comienzos recuerda que entonces «se luchaba más por la estabilidad, no nos preocupaba el punto crematístico; nuestro caballo de batalla era la estabilidad profesional y conseguir mejoras en los centros».
A través del STEI, Herrero ha conocido a mucha gente y muchos amigos, «me enriqueció profesionalmente, amplió mis conocimientos». Rechaza que el sindicato esté desfasado, «ha tenido una gran ventaja con el resto y es que ha trabajado la rama de la enseñanza durante muchos años, ahora es intersindical, y dedicarse únicamente a la enseñanza era un punto, su capacidad de atención al profesorado era mayor que el resto; también ha sido un defensor de la lengua y ese aspecto nacionalista; ha sido muy valioso». Asegura que en su vida laboral, «el mayor problema fue las relaciones entre los padres y los profesores. Era feliz en la clase pero cuando venían los padres al despacho me frustraba porque eran partidarios de concederles a sus hijos más derechos que deberes». Alfonso precisa, no obstante, que las relaciones con las asociaciones de padres eran muy buenas e incluso crearon unas jornadas de convivencia.
Consejos escolares
Entre los logros del STEI destaca la creación de los consejos escolares municipales, «la persona que, sobre todo, impulsó estos movimientos fue Edelmiro Fernández», precisa. Con Fernández se crea el Consell Escolar Insular de Eivissa y Formentera en 2008. Alfonso asegura que dejó de ser la cabeza visible «cuando vi que entraba gente más valiosa que yo, pero nunca pensé en dejar huérfano el sindicato sino que lo hice cuando entró Edelmiro, que tiene más capacidad que yo». Además, de Edelmiro, que ha hecho un trabajo entre bambalinas, el sindicato contó con el trabajo de Joana Torres, que sustituyó a Alfonso Herrero como responsable visible del STEI a partir del curso 93-94 en el que entró de pleno en la cooperación internacional. Precisamente, Joana Tur, actual responsable de Ensenyant Solidaris, se acercó al sindicato a traves de la cooperación. «Pere Polo había estado en Guatemala y fue al instituto Quartó a dar una charla. Una compañera de trabajo y yo le dijimos que nos íbamos. En el verano del 96 empezó la cooperación internacional y nos fuimos cuatro personas, tres de las Pitiusas, Teresa Navarro, Magdalena Navarro y yo, y de Mallorca, Juan Rodríguez», recuerda.
Juanjo Cardona relevó a Joana Torres contribuyendo a dar un gran impulso a las reivindicaciones en la enseñanza concerta. Después, Mariví Mengual y, desde 2008, el actual secretario territorial es Pere Lomas. También han tenido un papel importante la desaparecida Rosa Morán, Magdalena Merino, Neus Llaneras o Cecilia Plaza. El sindicato celebró sus 40 años en Ibiza el pasado 8 de febrero, fecha en la que reunió a 40 invitados, entre ellos estaba el histórico Alfonso Herrero, Edelmiro Fernández o Juanjo Cardona. No será la única. También hay previsto una celebración en Formentera. El 3 de mayo organiza una conferencia sobre el papel de la mujer en los procesos de paz que impartirá la especialista en cooperación internacional para el desarrollo Paloma Gómez Monllor y, de cara al curso que viene, tienen previsto unas jornadas de Educación. Es un año de celebraciones para un sindicato de largo recorrido.