Más de medio centenar de trabajadores del Hospital Residencia de Cas Serres se concentraron ayer frente a las puertas del Consell d’Eivissa para exigir a la institución que mantenga el servicio actual y no lo reconvierta en residencia sociosanitaria. Lo hicieron entre abucheos y pancartas que recordaron, principalmente a Lydia Jurado, consellera de Benestar Social, que no ha cumplido con su promesa de mantener el servicio «tal y como está». Entre gritos de «sinvergüenza» y «Jurado dimisión», mostraron su rechazo a la decisión del Consell.

En este sentido, Jurado explicó que cuando recibieron la resolución, por parte de la consellería de Salut, que retiraba la catalogación de hospital «lo que hicimos automáticamente fue buscar una alternativa para poder mantener los servicios médicos que se están prestando en la actualidad y, sobre todo, que la asistencia a los pacientes siga siendo la que se presta».

Jurado reiteró el deseo del Consell de mantener tanto los servicios como los puestos de trabajo actuales, motivo por el cual han solicitado una autorización que permita ofrecer los mismos servicios a pesar de no tener la acreditación como hospital.

«Sería un centro sociosanitario con servicios sanitarios autorizados, que es una opción que tiene la comunidad autónoma en un decreto y, bajo ese marco legal, nosotros podríamos seguir ofreciendo el servicio actual y mantener los puestos de trabajo», matizó la consellera. De esta manera, los casi 170 trabajadores que conforman la plantilla de Cas Serres se mantendrían porque, según señaló Jurado, «el personal pertenece a la Relación de Lugares de Trabajo (RLT) del Consell y no al Ib-Salut. Además, dentro de esta legislatura hemos pasado a plantilla estructural prácticamente toda la plantilla temporal que había».

Asimismo, recordó que en la reunión mantenida la semana pasada con los representantes de los trabajadores, los sindicatos y los representantes de las familias, explicó la intención del Consell de identificar cuál es la plantilla necesaria en Cas Serres no solo para mantenerla, sino también para asegurar que el servicio que se presta 24 horas, al día se sostenga.

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Cabe recordar que hace dos años los trabajadores del Hospital Residencia de Cas Serres entregaron a la vicepresidenta del Consell d’Eivissa, Viviana de Sans, y a la consellera de Benestar Social un manifiesto en el que expresaron su «temor» a que la HR de Cas Serres tuviera un uso exclusivamente residencial, reivindicando que se mantuviera su uso hospitalario.

Ante esta situación, Jurado se comprometió a mantener el uso hospitalario y no solo residencial. «Mientras yo sea consellera, el Hospital Residencia de Cas Serres seguirá siendo hospital. Es una infraestructura esencial y primordial, y que es insustituible dentro de la sanidad ibicenca», dijo en su momento.

Unas declaraciones que los trabajadores no han olvidado y que quisieron recordar en la concentración de ayer. Así, Jurado respondió que «Cas Serres ofrece un servicio único en la isla y que no queremos perder. Ha sido un compromiso mío en todo momento, pero el decreto me ha obligado a tomar otras decisiones y estas son las opciones que nos dan», concluyó.

EL APUNTE

Torres no hizo acto de presencia en la concentración

Los trabajadores concentrados ayer en el Consell criticaron, entre abucheos, que el presidente de la máxima institución insular no diese la cara como sus compañeros de equipo. Así, Vicent Torres comunicó vía Twitter que ha convocado a los representantes de personal y a familiares a una reunión esta semana. «Mi compromiso y el del Ejecutivo es mantener los actuales servicios y la calidad asistencial, mantener todos los puestos de trabajo y mantener la gestión pública. «Cas Serres seguirá siendo un punto de referencia asistencial», aclaró.