Imagen de la concentración que tuvo lugar el lunes a las puertas de Cas Serres. | DANIEL ESPINOSA

Los familiares de los pacientes del Hospital Residencia de Cas Serres se han enterado de la resolución que elimina la función de hospital a Cas Serres a través de los medios de comunicación. Así lo explicó Juan García, representante de los familiares, quien mostró su «preocupación» ante el cambio anunciado por el Consell.

«Estoy indignado porque desde la última reunión que tuvimos con el equipo de gobierno, hace más de año y medio, no hemos vuelto a saber nada», criticó García. «Nos dijeron que se estaba tramitando la licencia, que estaba caducada, y que había muy buena voluntad por su parte. Tuvimos dos reuniones en su día y nada más», añadió.

En este sentido, cabe recordar que los familiares y trabajadores del Hospital Residencia se concentraron en junio de 2016 a las puertas del Consell d’Eivissa por el mismo motivo que lo hicieron este lunes: exigir el compromiso que mantuviera el actual servicio de hospital y no solo de residencia. Un compromiso que Lydia Jurado, consellera de Benestar Social, se comprometió a cumplir y que dos años después no ha podido.

Por su parte, Jurado explicó que el cambio no va a repercutir en el funcionamiento del centro. «Sería un centro sociosanitario con servicios autorizados, que es una opción que tiene la comunidad autónoma en un decreto y, bajo ese marco legal, nosotros podríamos seguir ofreciendo el servicio actual y mantener los puestos de trabajo».

Sin embargo, los familiares de los pacientes de Cas Serres ya no se creen las palabras de la consellera. «No entiendo lo que se dice ahora de que se van a mantener los servicios actuales. De ser así, ¿por qué hay que quitar la denominación de hospital? ¿Por un decreto? Es una incongruencia», denunció García.

A su juicio, el Consell hará una «chapuza» para salir del paso y «en cuatro días estaremos con el mismo problema». García advirtió de que «hay mucha gente de Ibiza que acabará en el centro y ni siquiera se paran a pensar en eso».

Más personal

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El Hospital Residencia Asistida Cas Serres cuenta con una plantilla de entorno a los 170 trabajadores entre médicos, enfermeros, celadores, auxiliares, fisioterapeutas y personal de mantenimiento, limpieza, lavandería y cocina. Una plantilla que se queda «corta» para atender a los casi 160 pacientes que están en el centro.

El personal está dividido por plantas: la primera es la psiquiátrica; la segunda acoge a los pacientes con complejidad clínica o paliativos; la tercera es de crónicos y rehabilitación y en la cuarta se hace un uso más residencial, aunque también habitan pacientes crónicos de larga estancia.

Aún así, no es suficiente. «Estamos divididos por plantas en los turnos en los que hay personal suficiente, que no siempre pasa. Por la noche solo hay una enfermera para todo el hospital y ni un celador», explicó Susana Cros, enfermera y portavoz de los trabajadores.

«Aunque digan que solo tenemos cinco camas nuestra carga de trabajo es mucho mayor porque asumimos el tratamiento hospitalario de pacientes que llevan con nosotros 20 o 30 años y queremos que estén en ‘casa’ el máximo tiempo posible», recalcó Cros.

LA NOTA

El Consell deja a un lado a sindicatos y trabajadores

Uno de los compromisos del Consell hace dos años fue el de integrar a uno de los representantes de los trabajadores en las reuniones de seguimiento del Hospital Residencia Cas Serres. Un compromiso que no se ha cumplido y «me consta que los sindicatos tampoco han tenido noticias del Consell», dijo Susana Cros. Por ello, hoy celebran una rueda de prensa a modo informativo para trasladar a familiares y a la población en general la atención sanitaria que desarrollan los profesionales en el centro. Será ya mañana cuando se reúnan con miembros del equipo de gobierno, entre ellos Vicent Torres, para aclarar la situación actual por la que atraviesa Cas Serres.

De momento, los trabajadores no cesan en su lucha por conseguir que el centro siga siendo hospital y ya están empezando a organizar diferentes mesas informativas en centros de salud de la isla y en el hospital Can Misses.