La isla de Ibiza, concretamente la granja de Ca’n Pere Mussona, cuenta desde el pasado miércoles con tres nuevos animales. Se trata de tres alpacas macho que han llegado de un criadero andaluz con el objetivo de proteger a los rebaños de ovejas de los ataques de perros.

La idea fue de Ronnie Andersen, dueño de la granja, quien sufrió hace poco más de un año la pérdida de 14 ejemplares ovinos de la noche a la mañana. «Un domingo fui solo al campo y me encontré con los cuerpos de las ovejas; algunas aún estaban moribundas», señaló Andersen. «Unos pastores alemanes habían escarbado por debajo de la verja y se colaron en la granja», añadió.

Esta pérdida ha sido, sin duda, el momento más trágico que ha vivido este irlandés en los más de 10 años que lleva al frente de C’an Pere Mussona, aunque reconoce que a raíz de este suceso empezó a informarse sobre cómo proteger a los rebaños.

Tras trastear en numerosas páginas web de Australia y América Latina encontró la solución que buscaba: la alpaca. Esta especie doméstica de mamífero, similar genéticamente a la llama, «se integra en el rebaño y protege a las ovejas 24 horas al día», matizó Andersen. Además, el olor de este animal junto con el ruido que emiten y su estatura ahuyentan a los canes.

Con todos los permisos en regla, estas tres alpacas han llegado para quedarse. «Cuando llegué al Consell d’Eivissa para pedir una licencia especial para traerlas me dijeron: Ronnie, ¿qué idea tienes ahora? Mi respuesta fue: ¡Alpacas!», dijo riéndose. En este sentido, la máxima institución insular no supo, en un principio, dentro de qué categoría había que enmarcar a estos animales, si de uso zoológico o de uso agrícola. «Están aquí para trabajar así que, claramente, son de uso agrícola», señaló Andersen.

Mayor protección

Roco, Ronnie y Saxon son los nombres de estas tres alpacas que hacen honor a sus tres cuidadores. Aunque de momento solo son ellas en la isla, la idea es que, progresivamente, vayan llegando más hasta completar la docena.

De hecho, dentro de un mes llegarán a la granja dos hembras embarazadas, lo que supondrá que, en 2019, nacerán las primeras alpacas «ibicencas». Y es que el embarazo de este animal dura un año, siendo uno de los más largos.

Si las alpacas hacen su labor y se adaptan a la granja, se donarán a todos los criadores que tengas ovejas ibicencas como solución a los continuos ataques que sufre esta raza que, a día de hoy, apenas supera las 200 cabezas en la isla.

De momento, los tres ejemplares de Andersen están en cuarentena y probablemente la semana que viene puedan integrarse en el rebaño. «El veterinario sigue haciéndoles análisis, tomándoles la temperatura... y todo está bien. Además, todos los días las sacamos para que conozcan el terreno, vayan oliendo y se vayan habituando al sitio», explicó el dueño de la granja.

Se trata de un proceso progresivo para lograr una integración en ambas partes. «La alpaca se tiene que ir acostumbrando a ver a las ovejas y las ovejas se tienen que acostumbrar a las alpacas», dijo Andersen. «En otros sitios se ha hecho y se sabe que funciona bien», añadió.

Sin ir más lejos, en Australia y en América Latina hay cientos de miles de alpacas que se han convertido en «perros guardianes». En España, sin embargo, solo hay 1.000 ejemplares en Andalucía y «se está viendo que, cada vez más, se usan para cuidar los rebaños», señaló Sandra Benveniste, directora de la Fundación para la Conservación de Ibiza y Formentera.

De momento, la granja de C’an Pere Mussona ha iniciado un proyecto piloto que es posible gracias al apoyo económico de la Fundación. «Estamos muy orgullosos, nos parece un proyecto precioso y estamos contentos de poder participar en él», manifestó Benveniste.

Usos de la alpaca

Junto a la labor de protección que hacen estos animales, se suman otros usos complementarios como el aprovechamiento de su lana que, además de dar sostenibilidad al proyecto, es de gran calidad; incluso Andersen se atrevió a catalogarla como «el nuevo cashmere».

También son conocidos sus usos terapéuticos ya que está probado que tienen propiedades tranquilizantes para gente con discapacidad o algún tipo de problema. Sin olvidar que, al igual que las cabras, hacen una gran labor en la protección anti incendios al limpiar, mientras comen, los terrenos.

Para Andersen son un diamante en bruto que se suman al resto de animales de su granja en su compromiso por mantener, conservar y reproducir las razas que se encuentran en peligro de extinción, como es el caso del porc negre.

En este sentido, dijo que uno de los mejores recuerdos que guarda de sus más de 10 años en la granja es la recuperación del porc negre. «Es un proceso muy lento, pero con la ayuda de la Federació Pitiüsa de Races Autòctones (Fepira) y de algunas universidades esta recuperación se está convirtiendo en un éxito».

Así, este granjero irlandés seguirá buscando soluciones para proteger el campo aunque económicamente no compense. «Esto no lo haces para hacerte rico, te da para sobrevivir. Tienes que trabajar duro y olvídate de tener vacaciones porque los animales no tienen vacaciones», concluyó.