Joan Ribas, Rafa Ruiz, Alfonso Molina y Elena López, en una rueda de prensa en 2015.

Muchos de ustedes recordarán a la banda de rock estadounidense de la década de los 60 Creedence Clearwater Revival (CCR), formada por los hermanos Tom y John Fogerty, Doug Clifford, Stu Cook, autores de canciones icónicas que han marcado nuestra vida como ‘Have you ever seen the rain?’, ‘Bad Moon Rising’, ‘Down on the corner’, ‘Who’ll stop the rain’ o el archiconocido tema ‘Proud Mary’, que escribió John Fogerty y no Ike y Tina Turner, como erróneamente mucha gente cree, aunque ella interpretó las versiones más sublimes, en mi opinión. El concejal de Ibiza Joan Ribas me perdonará esta incursión en terrenos musicales porque él sobre esto sabrá mucho más que yo, que soy un mero aficionado y él un gran profesional con muchos años de experiencia.

Creedence tiene una canción genial que no puedo dejar de recomendar. Se titula ‘Molina’. «Molina where you goin’ to? Molina where you goin’ to? She’s daughter to the mayor. Messin’ with the sheriff. Drivin’ in a blue car. She don’t see no red light». En castellano sería algo así: «Molina, ¿dónde vas? Ella es la hija del alcalde. Desastre con el sheriff. Conduciendo en un coche azul, ella no ve ninguna luz roja». No me negarán que viene mejor que ni pintado al caso.

Un puntal insustituible.

Alfonso Molina, el primer teniente de alcalde de Hacienda y Administración Municipal del Ayuntamiento de Ibiza, que presentó su dimisión el jueves por la noche, aunque debió dimitir bastantes días antes, era mucho más que el concejal de Hacienda. Era mucho más que un puntal fundamental del equipo de gobierno. Era y es absolutamente insustituible en el organigrama. De ahí que lo defiendan de este modo tan irracional e ignorando de forma tan imprudente lo que dicen los inspectores del Govern. Molina era el alcalde de facto. Todos los periodistas lo sabemos. Rafa Ruiz es perfectamente prescindible, pero Molina no. Llevaba el peso político y administrativo del Ayuntamiento. Un hombre inteligente, afable, irónico, elocuente e incisivo. Un magnífico orador en los plenos (justamente por eso era el portavoz del PSOE) que nos ha dejado magníficos duelos dialécticos con Alex Minchiotti, sobre todo cuando había presencia de escolares entre el público.

Es una auténtica lástima que alguien con tanto talento haya acabado de esta forma tan inesperada y tan negativa para su imagen pública, por un informe del Govern del mismo color político que él. Aunque es un dato para la esperanza, porque si hay funcionarios inspectores dispuestos a hacer bien su trabajo, sin dejarse intimidar por el carné político del investigado ni por el cargo público que ostenta, aún podemos confiar en el sistema. Y en la honestidad tanto de funcionarios como de altos cargos que, sabiendo la que se podía armar si esto trascendía (algo que siempre acaba sucediendo de una forma u otra, no se engañe, señor alcalde) decidieron actuar como es debido, instruir un expediente y llevarlo a su fin para exigir la devolución del dinero que Molina ya había cobrado más lo intereses. En total, 27.000 euros.

Otra vez los cursos a parados.

Molina no es el primer socialista que tiene problemas con los cursos de formación a parados y menos aún en 2010, una época en que se ha demostrado que aquello era un coladero donde cualquier espabilado -y cuando se trata de dinero público, los listillos surgen como caracoles en un día lluvioso- ponía que un libro que le había costado 9,39 euros, valía 38 euros tras haberselo comprado a otra empresa de su propiedad. Cuando Lola Vera en una rigurosa entrevista en Radio Ibiza le preguntó por el asunto de los libros, Molina solo atinó a decir: «es incorrecto». Sin Más. Lo peor es que sus compañeros del equipo de gobierno le creyeran a pies juntillas sin cuestionar su respuesta en lo más mínimo. Lo dice Alfonso y es así. Siguiendo al líder , como los feligreses de la Iglesia del Palmar de Troya creían al papa Clemente. No cayeron en la cuenta que esta vez las acusaciones no provenían de una denuncia anónima, ni de un recurso del PP ante un archivo precipitado de un caso de corrupción complejo y farragoso como el caso ‘Eivissa Crea’, que mantiene imputado a Alfonso Molina y también a un exconseller insular como Joan Serra Mayans.

Fuego amigo.

Ahora quien disparaba contra Molina era el Govern de Francina Armengol, a través de la Conselleria de Treball, Comerç e Industria que dirige el socialista Iago Negueruela, miembro y portavoz de la Ejecutiva del PSIB, de la que también son miembros el secretario general de la FSE-PSOE, Vicent Torres, y el alcalde de Vila, Rafa Ruiz. Han sido los inspectores del Govern. Pero Ruiz no fue capaz de asumir este hecho

Ruiz ha llegado al punto de absoluto delirio y de desconexión con la realidad (algo más que alarmante en un cargo público por más que esté en comprensible estado de shock al verse desprovisto de su mejor edil, del alcalde en la sombra, porque ahora habremos de comprobar -sospecho que para desgracia de todos los vecinos de la ciudad de Ibiza- quién es Rafa Ruiz sin Alfonso Molina) de atribuir la visita de la Policía Judicial el viernes 27 de abril a las maniobras del PP. Olvida el alcalde que fue la jueza quien comisionó a los funcionarios de la Policía Nacional a Can Botino y al edificio CETIS a buscar nueva documentación. Y tampoco reparó -o no supo asumir- en el nada nimio detalle de que es el Govern de su siempre elogiada líder socialista Francina Armengol quien acusa a Molina de hinchar los costes de los cursos del SOIB «de forma ficticia y fraudulenta».

Seguro que Ruiz habrá recibido un severo tirón de orejas tras arremeter contra el conseller Negueruela, por un informe que deja en evidencia prácticas absolutamente inaceptables y poco éticas de su hasta ahora mano derecha. Y a poco que le quede algo de prudencia, algo que yo dudo, obedecerá a quienes saben mucho más que él.

Cuando Molina y Ruiz afirman que ha habido un cambio de normativa en relación a las subvenciones, deben referirse a que hace años los mangoneos que se hacían, colaban. Pero que ahora, tras descubrirse tantos casos y gracias a la intervención de la Unión Europea, que financiaba muchos de los proyectos de formación a desocupados y amenazó con dejar fuera a España si no se acababa con el ladrocinio, eso se acabó. Las inspecciones son más y más minuciosas. Y ya no cuela subcontratar a empresas vinculadas a uno mismo para disparar el coste sin aportar nada, que es de lo que el Govern acusa a Molina. No es ningún cambio de normativa, es sencillamente que antes los mangoneos colaban y ahora no. No hay más, Rafa.

Caso ‘Eivissa Crea’.

El informe del SOIB habrá puesto en alerta, si no lo estaban ya, a la jueza del caso, a la Fiscalía y a los investigadores de la Policía Judicial, porque el modus operandi es idéntico al que sí han acreditado los inspectores del SOIB, solo que a mucha mayor escala. Y quizás haya llegado el momento, para esclarecer todo lo sucedido, de asignar a esta investigación a un número suficiente de agentes especializados como se reclama desde la Comisaría de Ibiza, dirigidos por un fiscal delegado de la Fiscalía Anticorrupción. Porque debe saber Rafa Ruiz que las veces que el asunto se ha archivado, no es porque no se haya visto ninguna ilegalidad, sino porque no ha habido medios suficientes para analizar todo lo que hay. Si un fiscal anticorrupción medianamente celoso de su trabajo asumiera el caso, otro gallo cantaría. Pero está claro que hay partidos políticos que merecen la atención de la Fiscalía Anticorrupción y otros que no la merecen con igual intensidad. O no la merecen sin más. Si los hechos ocurrieron en Ibiza, pues entonces ancha es Castilla, que ya se sabe que esta es tierra de descontrol e impunidad y apenas hay policía ni fiscales.

¡Feliz primer domingo de mayo!