Los vecinos de Platja d’en Bossa llevan años reclamando mejoras en el barrio; motivo que ha impulsado a José Antonio Cardona a crear una nueva asociación vecinal para revertir su imagen. Un nuevo inicio en el que se pide mayor actuación policial en la zona para erradicar la venta ambulante y controlar la prostitución, además de una mejora en el muelle que, dice, es competencia de Demarcación de Costas.

—¿Por qué motivo nace esta Asociación?
—Nace con el objetivo de dar soporte a todos los vecinos que ya llevan casi dos años sin ninguna asociación en la que ampararse y, sobre todo, para ayudar a dos colectivos, los jóvenes y la tercera edad. Creo que ellos son los que necesitan más apoyo. La Asociación también surge por la necesidad de incentivar el barrio porque tiene carencias en jardinería, los autobuses no pasan con la frecuencia que deberían, el muelle está partido en dos y Costas dice que hasta el año que viene no lo van a arreglar... En definitiva, nace para ayudar a los vecinos.

—¿Qué pasó con la anterior Asociación? Porque a raíz de su disolución no habéis podido hacer uso de la sede que anteriormente usaban los vecinos.
—El Ayuntamiento ya nos ha permitido la entrada, pero no sé qué es lo que pasó con la antigua asociación. Parece ser que no estaban por la labor de hacer cosas; de hecho, el que era presidente ni siquiera vive en Platja d’en Bossa. Eso quiere decir que no tenía ningún interés en el barrio más que el de lucrarse personalmente. Esto ha hecho que nosotros hayamos tenido que rehacer todo. Por su parte, el Ayuntamiento, con muy buen criterio, también ha tenido que rehabilitar todas las instalaciones porque se ve que estaban en un estado deplorable.

—¿Cuántos socios sois actualmente en la Asociación?
—De momento somos 80 porque hemos parado hasta que tengamos las instalaciones funcionando al 100%. Aún así, calculo que superaremos los 300 socios porque en Platja d’en Bossa vive muchísima gente.

—Hacía referencia antes a las personas jóvenes y al colectivo de la tercera edad ¿Hay mucha gente en el barrio que pertenezca a alguno de estos dos colectivos?
—Sí. Tenemos bastante gente mayor y también hay mucha juventud en la zona. Por ello, queremos incentivar, por ejemplo, el deporte y hacer unas escuelas de fútbol; si alguien tiene la necesidad de un refuerzo escolar y desde la Asociación se le puede ayudar dando clases de matemáticas, inglés, informática o lo que sea, intentaremos ayudar. Y sobre todo, es importante recordar que la tercera edad sufre mucho las malas frecuencias que hay en el autobús. En invierno pasa cada hora y hay muchas personas que, por diferentes motivos, tienen que ir a Ibiza o al hospital Can Misses y no tienen vehículo o no pueden permitirse un taxi. Me parece que esto debería cambiar y con un autobús pequeño que sea de tipo microbús, que pasara cada 20 o 30 minutos, se salvaría la situación.

—La reclamación de las frecuencias horarias de los autobuses, ¿es una de vuestras peticiones más urgentes?
—Sí, de hecho lo pedí en la última reunión que tuve con el alcalde Rafa Ruiz, pero me dijo que era competencia del Consell d’Eivissa. Lo reclamaremos.

—Aprovechando que a finales de este año se caducan las concesiones de los autobuses y hay que renovarlas, ¿cree que mejorarán las líneas y las frecuencias del servicio?
—A mí que se llame ‘x’ o ‘y’ me trae sin cuidado. El autobús es un servicio público, como la empresa que recoge la basura del municipio, y el servicio lo tiene que dar el que mejor lo haga. Estamos hablando de dar servicio a la población y de hacerlo lo mejor posible.

—Hablando de basura, ¿se puede decir que la actual empresa de limpieza está dando un buen servicio a Platja d’en Bossa?
—Personalmente del 0 al 10, ahora mismo, les daría casi un 9 porque se están activando bastante y están limpiando zonas que hace unos meses estaban muy descuidadas. Puedo decir que con la contrata que está trabajando en Platja d’en Bossa estoy muy contento.

—Desde hace tiempo venís reclamando mayor presencia policial en la zona para atajar el problema de la prostitución; problema que se incrementa con la llegada del turismo en temporada alta.
—En la frontera, que así la llamo yo, entre Ibiza y Sant Josep hay bastante prostitución; no importa tanto la prostitución en sí como la mala imagen que da a quienes nos visitan. Son prostitutas que están en la calle para acechar a turistas que están borrachos y no van para darle un servicio, van a robarle. Lo que quieren es meterle mano al paquete, pero al paquete donde tiene la cartera. Además, ejercen la prostitución en la calle y dejan los preservativos tirados en cualquier sitio. Esto debería mirarse porque tenemos cuatro cuerpos policiales entre Vila, Sant Josep, Guardia Civil y Policía Nacional. Creo que con ellos se podría reducir este problema en verano.

—¿Notáis más presencia policial en temporada alta?
—Sí, claro que se nota. La zona de Platja d’en Bossa que pertenece a Vila sí que tiene más movimiento. La policía local de Vila es un 10. Aún así, estaría bien tener más efectivos porque que la gente les vea caminando por la calle ayuda. Además, así se podría controlar de forma más efectiva a los dueños de perros que no recogen sus excrementos, a las personas que montan alboroto en cualquier sitio... De todas formas, en este barrio hay un turismo que, a raíz de haber cerrado la discoteca Space, parece que se ha relajado un poco o eso veo yo.

—Cierra Space, pero hay otro tipo de discotecas en la zona.
—Sí, como por ejemplo Ushuaïa, pero es un buen compañero: da prestigio y vida a la zona.

—Entonces, ¿quiere decir que el tipo de turismo que llega a la zona es compatible con los residentes que están todo el año?
—Sí, yo creo que sí, sin problema. Antes había mucho tráfico de droga y creo que se debía a aquella discoteca a la que iban muchos jóvenes que todo el mundo sabe lo que hacían. Aun así, hay otro problema, el de la venta ambulante. Es muy importante erradicarla porque no puede ser que los políticos digan que van a acabar con ella y luego se vea todo lo contrario. No puede haber gente vendiendo en la calle cuando hay comercios que están cumpliendo con sus impuestos. No puede ser que haya personas vendiendo comida en la playa sin saber si el alimento que van a dar está en buen estado. Todo esto da muy mala imagen a la zona y a la isla en general.

—Puede decirse que ya estamos en el inicio de la temporada turística. ¿Considera que las mejoras en las infraestructuras siempre llegan de la mano de los turistas?
—Depende. Lo que sí que creo es que los desperfectos no solo hay que subsanarlos cuando llega el verano; hay que arreglarlos todo el año. De hecho, la visión del Ayuntamiento es ir arreglando, poco a poco, todos los desperfectos que haya aquí. En la isla suele pasar que cuando llega el verano nos ponemos a arreglar carreteras y demás, lo que no sé es si se tienen que arreglar las cosas cuando hace sol porque durante el invierno invernamos como los osos.

—En cuanto a mejoras, ¿el Ayuntamiento os ha dicho si se va a reparar la fuente? Lleva mucho tiempo sin funcionar y en el interior solo se ve basura.
—La concejala de Medi Ambient, Montse García, nos ha dicho que sí y yo, que soy creyente, espero que así sea.

—Con esta nueva Asociación se entiende que lo que se quiere es revertir la actual imagen del barrio. Los vecinos siempre habéis dicho que esta es una de las zonas turísticas más llamativas de la isla.
—Claro. Nuestra principal labor es colaborar con las instituciones (ayuntamientos, Consell y Demarcación de Costas) para mejorar la zona lo antes posible. Sí que es verdad que ya se han hecho cosas. Por ejemplo, donde está la sede se ha hecho, hace unos meses, un parque infantil que está bastante bien; teníamos el alumbrado de la playa que habían puesto placas solares y no funcionaban y ahora está en perfecto estado. Sin embargo, para nosotros el problema más grave está en el muelle donde atracan las barcas que van a Ibiza o de donde salen excursiones a Formentera que está partido. Creo que Costas debería hacer un esfuerzo y arreglarlo porque con un par de miles de euros estaría.

—¿De allí también salen los party boats?
—Algunos. Hablando de estos barcos, la autoridad competente no debería permitir que estén hasta las 10 de la noche haciendo ruido y molestando a todos los vecinos. Si quieren hacer ruido que se vayan a alta mar o a hacer compañía a las cabras de es Vedrà, si es que todavía queda alguna, pero que dejen de molestar. Yo no sé, ni siquiera, si este tipo de negocio tributa en la isla. Y los negocios que no tributan en la isla y encima molestan a sus residentes, fuera de aquí.

—La Asociación ha nacido, como ha explicado, para mejorar el barrio y en los próximos días vais a hacer una inauguración de manera oficial. ¿Tenéis pensado hacer algo especial?
—Vamos a hacer una presentación de bienvenida e invitaremos a las autoridades y medios de comunicación que quieran venir. Intentaremos también captar socios aprovechando esta presentación. Para formar parte de la Asociación, los mayores de 65 años tienen que pagar 10 euros y el resto de socios, 20.