Imagen del acusado durante la celebración de la vista oral, el pasado 9 de mayo.

Tres años, seis meses y un día de prisión. Es la pena impuesta por la titular del juzgado de lo Penal número 1 de Ibiza, Clara Ramírez de Arellano, para un vecino de Vila condenado por un delito de robo con fuerza en casa habitada con el agravante de reincidencia.

A.E.R., de 53 años, fue detenido la madrugada del pasado 29 de abril por agentes de la Policía Nacional después de que las víctimas lo localizasen e identificasen merodeando por la avenida de Santa Eulària.

La sentencia también refleja que el condenado deberá indemnizar con 40 euros al dueño de la vivienda al que también deberá reponer un teléfono móvil Samsung, y en 30 euros a la joven que se encontraba en la vivienda en el momento del robo.

Según relata la sentencia en el capítulo de hechos probados, sobre las 05.00 horas del día 29 de abril, el acusado trepó por la fachada del inmueble ubicado en la calle del Mar, abrió una puerta del balcón, accedió a la casa y se hizo con una cartera que contenía 40 euros y un teléfono, así como con un neceser en el que había 30 euros.

El condenado se encontraba en prisión provisional desde el día de su detención y cuenta con numerosos antecedentes penales. Así, según refleja la sentencia, ya había sido condenado el 9 de febrero de 2016 a dos años de prisión por otro delito de robo con fuerza en casa habitada.

El Ministerio Fiscal solicitaba una pena de 4 años de cárcel.

Durante la vista oral, el acusado manifestó que la noche de los hechos había estado bebiendo por la zona, pero que él no trepó por ninguna verja ni robó nada. Posteriormente declaró el dueño de la casa, quien sólo reclama el móvil ya que la cartera le fue devuelta la misma noche por un joven que la localizó abandonada por La Marina.

Tras este testimonio, la sala escuchó el de la mujer que dormía en una sala de la casa y que se despertó por el chasquido y la llama de un mechero que encendió el ladrón para moverse por la vivienda.

La mujer fue quien identificó al acusado por su indumentaria. Posteriormente declararon los agentes de la Policía Nacional que lo detuvieron y reconocieron como un «habitual de la zona». La acusación se sumó a la petición de la Fiscalía y la defensa solicitó la libre absolución por falta de pruebas.