Imagen del ‘Río Miño’ amarrado en uno de los muelles del puerto de Ibiza. | Marcelo Sastre

De pesquero de altura japonés a buque oceánico de la Guardia Civil. Es la metamorfosis de la embarcación botada en 1984 bajo el nombre de ‘Tensho Maru’ y rebautizada en 2006 como ‘Río Miño’. Cambio de nombre y de cometido. De la pesca de altura pasó a ‘cazar’ partidas de droga como los 800 kilos de cocaína que unos narcos pretendían introducir con el velero Pandora Lys. En sus más de 10 años operando también ha tenido un papel destacado en labores de control de la inmigración con operativos que le llevaron a Senegal en 2007.

Intervenciones antidroga, rescates de inmigrantes y también inspecciones y controles como los que realizan este verano en aguas de Ibiza y Formentera. Desde principios de junio, los 51 metros de eslora del ‘Río Miño’ se han convertido en los ojos del Servicio Marítimo de la Guardia Civil en las islas.

En el ‘Río Miño’ conviven algo más de una veintena de hombres, la mayoría guardias civiles pero también hay personal civil. El balance de las dos primeras semanas con base en Ibiza arroja un saldo de dos buques malteses denunciados por sobredeclarar la pesca que llevaban y un buque español al que ‘cazaron’ tirando once piezas de atún por la borda, ya que habían capturado más de lo permitido, apunta José María Dueñas, comandante del ‘Río Miño’.

El responsable del ‘Río Miño’ apunta que los 25 tripulantes se dividen el trabajo en el puente, la máquina y la cubierta del buque. A ellos se suman el denominado operativo, que son los guardias que realizan la labor policial con las dos embarcaciones semirrígidas que disponen cada uno de los buques oceánicos de la Guardia Civil.

El comandante Dueñas apunta que con las lanchas semirrígidas se realizan las inspecciones y también los rescates. Las paredes de la sala de reuniones del personal del barco recogen decenas de fotografías de operaciones en las que abundan el rescate de pateras en aguas españolas pero también internacionales y algunas con los alijos más importantes interceptados.

El buque ‘Río Miño’ participa en la ‘Operación Indalo’, un dispositivo multipropósito que persigue el narcotráfico, la pesca ilegal o la contaminación y que pone el foco sobre la inmigración y el control de fronteras en aguas españolas e internacionales. «El operativo es de vigilancia pero, evidentemente, estamos ahí cuando hay situaciones con vidas humanas en peligro en el mar», subraya el comandante Dueñas, apuntando desde el puente de mando a las dos semirrígidas que lleva el ‘Río Miño’. En caso de rescate de una patera, una de las embarcaciones iría evacuando a los inmigrantes mientras la otra embarcación «controla y tranquiliza a las otras personas».

Rescates en alta mar

Las entrañas del ‘Río Miño’ acoge una gran estancia denominada sala de naufragio. Es la zona dotada para acoger a los inmigrantes rescatados. Dueñas indica que en algunos rescates se han llegado a salvar unas 90 vidas.

Entre la tripulación de los tres buques oceánicos de la Guardia Civil siempre figura un enfermero, en el ‘Río Miño’ es el comandante Santiago Navío. En su enfermería atiende cualquier eventualidad y presta las primeras atenciones en un rescate de inmigrantes. «Aquí realizamos medicina preventiva y asistencial», apunta el comandante Navío, quien advierte que, al margen del día a día, se enfrentan a situaciones excepcionales con el rescate de pateras con inmigrantes con el estado alterado. En su dilatada carrera ha atendido a personas de todas las edades. De momento no ha tenido que realizar ningún parto pero sería una «bonita experiencia» antes de jubilarse. «Aquí realizamos medicina preventiva y asistencial», apunta Navío mientras revisa la dotación de medicamentos. «Se trata de que las personas dispongan de una buena asistencia y prevenir posibles infecciones», apunta el comandante enfermero. Junto a él, el sargento Federico recuerda que, en caso de gravedad, el herido puede ser evacuado a través del helipuerto ubicado en la popa del buque ‘Río Miño’, zona en la que tres efectivos del personal civil realiza labores de mantenimiento antes de partir a una nueva jornada controlando las aguas de Ibiza y Formentera.