Salvador Aguilera sentado en su escaño en el Parlament balear. | Joan Torres

El diputado de Podemos Salvador Aguilera anunció ayer su baja en el partido morado y comunicó a la dirección que retendrá su acta y conservará el escaño. Se pasará al Grupo Mixto donde se reencontrará con Xelo Huertas y Montse Seijas, expulsadas de la formación y que también se quedaron con el escaño.

Aguilera informó al grupo que había dejado de creer en el proyecto y que había perdido la frescura inicial. Además, cuestionó algunas de las decisiones. Fuentes de la dirección consideran «infantiles» estas razones y califican de «estafa» o «robo» que no entregue el acta de diputado. Podemos, que logró 10 escaños en las elecciones de 2015, tiene ahora siete, los mismos que tendrá e Grupo Mixto.

Reforma del Estatut

La baja de Aguilera llegó en la primera de la sesiones extraordinarias del Parlament. Una sesión en la que se inició el proceso para reformar el Estatut para suprimir la figura del aforamiento; en la que se instó a una reforma de la Constitución para que Formentera pudiera elegir un senador en las elecciones generales y en la que se pidió al Gobierno la prohibición de las prospecciones en el Mediterráneo. Todas estas propuestas se aprobaron por unanimidad.

La baja del diputado restó protagonismo a estos tres acuerdos. Podemos informó al resto de los grupos y también al Govern. Todas estas propuestas precisan ser validadas por las Cortes Generales. El diputado de Més per Menorca Nel Martí aprovechó el debate de la propuesta sobre Formentera para reclamar una reforma más ambiciosa del Senado y criticar el peso político de la Cámara Alta.

El Ejecutivo, tras la baja de Aguilera, sigue contando con mayoría absoluta, concretamente 31 escaños de 59. Sin embargo, la nueva situación obligará a un reequilibrio en la composición de las comisiones parlamentarias. Més per Menorca y Gent per Formentera apoyan formalmente al Govern pero alguna vez han votado de forma diferente.

Las desavenencias de Aguilera con su grupo vienen de lejos. De hecho, en 2016, coincidiendo con la expulsión de Huertas y Seijas, ya se mostró disconforme con el modo en que se estaban negociando los Presupuestos.