El barrio de la Marina celebró ayer su gran fiesta por San Salvador con actividades para los más pequeños y la tradicional misa en Sant Elm.

Las fiestas del barrio de la Marina recuperaron ayer su celebración en el día del Santísimo Salvador, fecha en la que antiguamente se celebraban, y que se ha recuperado de forma intermitente. El escenario fue la calle Simó Poulet, junto a la muralla.

La jornada se inició con un taller de hadas de lana cardada. Los grupos de niños se fueron sentando, descalzos, sobre una tela en torno a la lana cardada de colores que había traído la organizadora del taller, Eugenia Borboleta. «Los niños disfrutan mucho y además realizan un proceso interior con la elección de los colores» contaba, mientras explicaba a los pequeños participantes como ir uniendo la lana cardada mediante pinchazos con una aguja.

A las 20.00 la iglesia de Sant Elm acogió la celebración de la transfiguración del Señor que presidió el obispo de Ibiza y Formentera, Vicente Juan Segura.

Mientras tanto, los grupos de niños se fueron sucediendo sobre las telas de Borboleta, ensamblando sus coloridas melenas y trajes, hasta pasadas las 21:30, cuando fue el turno de Acrobati-K. La compañía de Carol Brest presentó un espectáculo en el que «se emprende un viaje sensual a través de las emociones», indicaba su directora. Cinco artistas sobre el escenario y siete números en los que se unían el fuego y la luz a ejercicios de telas en altura, work out, aro y contorsionismo.

La noche la cerró la voz cálida de Carmen Corinha Brown y su grupo Soul Sigh XL. La artista, afincada en Ibiza en verano, encandiló al público con sus canciones entre el soul y el jazz en las que desplegó su energía sobre el escenario.