Imagen de archivo de la AEE de 2015 sobre los puntos donde se concentra una mayor contaminación lumínica.

La Agrupación Astronómica de Ibiza (AAE) pide que se apruebe el reglamento previsto en la ley 3/2005 para proteger el cielo oscuro de la isla y es que, según dijeron en una nota, el patrimonio astronómico, el medio ambiente y la salud humana necesitan evitar la sobreiluminación del campo y de las ciudades.

Por ello, la AAE ha elaborado una propuesta de reglamento para la protección del Cielo Oscuro en la isla de Ibiza, para que sea estudiado por parte de las instituciones y sirva de base para la rápida aprobación de una norma que regule la iluminación exterior, tanto privada como pública en Ibiza, con criterios de protección del cielo nocturno.

Actualmente, la sobreiluminación que sufren los núcleos urbanos y también el campo amenaza la oscuridad del cielo y, de este modo, la observación del cielo estrellado. Además, este exceso de iluminación representa un grave perjuicio para las especies silvestres, sobre todo las aves, y al propio descanso del ser humano.

La propuesta redactada por un grupo de técnicos de la AAE está basada en otras normativas que están en vigor en varias comunidades autónomas, dado que la contaminación lumínica es un problema que se ha agravado considerablemente en los últimos años, a raíz de la popularización de las lámparas LED que, a pesar de su eficiencia energética, a menudo sobrepasan la intensidad lumínica necesaria para cumplir su función.

La ley 3/2005 de Protección del Medio Nocturno, aprobada por el Parlament, fue un primer paso para regular la iluminación artificial, pero la mayor parte de su articulado remite a futuros reglamentos insulares que todavía no existen. Por ello, la mayor parte de esta ley permanece inaplicable. Dado el progresivo incremento de farolas, focos, lámparas y otros sistemas de iluminación de cada vez mayor potencia se hace necesario establecer unas normas.

La cada vez mayor cantidad de luz artificial que se dirige hacia el cielo (en vez de hacerlo hacia el suelo, como toca) hace que esté en peligro el derecho a disfrutar del cielo estrellado y amenaza los trabajos de los astrónomos. Numerosas especies de aves, como es el caso de la pardela balear, especie amenazada, son también afectadas por este exceso de luz.

La intención de la AAE no es dejar de iluminar, sino iluminar aquello que realmente lo merece, a fin de mantener la seguridad pública y la comodidad en la vida urbana nocturna.

Lo que sí se quiere evitar son emisiones de luz (especialmente la blanca y azul) con orientaciones totalmente inadecuadas o con intensidades totalmente exageradas.