Milagros Carreño es la representante de las Kellys en las Pitiusas.

Las Kellys de Ibiza y Formentera se movilizan de nuevo hoy a las 19.00 horas en Vara de Rey, abanderadas por la CGT, pero «olvidadas» por los sindicatos mayoritarios. Eso es lo que asegura Milagros Carreño, la representante en las Pitiusas de un colectivo que sigue con su incansable lucha por el reconocimiento a sus enfermedades y a la jubilación anticipada.

Acerca de la nueva normativa estatal sobre inspecciones de trabajo en los hoteles, Milagros no tiene grandes esperanzas, «cuando veamos que se hacen genial, pero vemos poco movimiento». Sin embargo, sí que tiene buenas expectativas en cuanto a la participación de este año en la concentración, «el anterior fuimos poquitas pero por los comentarios y movimientos en la redes pienso que ahora vamos a ser bastantes».

El colectivo de Kellys ha enviado una carta para tratar de sensibilizar a la sociedad y buscar todos los apoyos posibles a su causa. En ella, las Kellys hablan de su día a día en el trabajo, para las que el peor momento de su jornada «es cuando nos dan la lista de trabajo, porque no sabes la que te espera, o cuando ves las montañas de sábanas que tienes para hacer salidas», explica Carreño.

Sigue la «humillación»

Su particular carta es explícita en cuanto a describir la situación de «machismo y humillación» que siguen padeciendo las camareras de piso y cómo su situación precaria va en aumento: «A veces tenemos menos de cinco minutos para hacer una habitación con 3 camas y una cuna, con su terraza y su baño (...) Nunca nos hablan bien, solo cuando te tienen que pedir que le hagas algún favor, como por ejemplo que en tu día libre vayas a trabajar, porque no tienen suficientes mujeres para cubrir el trabajo, pero de contratar una mujer ni se habla ni se les ocurre.

Si ninguna de nosotras les diéramos los días libres, tendrían que contratar a más personas, pero lo que pasa es que no te obligan, pero te coaccionan. Por eso, cuando estamos pidiendo la jubilación anticipada no es por capricho, este trabajo es inhumano, el trato hacia nosotras es machista y humillante y si protestas por algo siempre te dicen lo mismo ‘ahí está la puerta’.

Si te quejas porque tienes un poco más de trabajo de lo que crees que puedes hacer, te echan la bronca, te dicen que ‘me tenéis hasta el coño’, o cualquier otra palabrota. Te piden el día libre pensando que tú no necesitas descansar». Esta es, en resumen, una jornada para Carreño, que luego sigue su trabajo en casa y como activista.