Abaqua seguía a la espera, ayer por la mañana, de que llegaran desde Murcia las «bridas especiales» que conectarán la tubería. | MARCELO SASTRE

Las bridas especiales fabricadas en la Península para reparar la avería de la tubería de la depuradora de Vila que vertía fecales en el puerto de Ibiza finalmente llegaron ayer. Los trabajadores de la empresa contratada por Abaqua para estas labores trabajaron durante la tarde y la noche de ayer y, finalmente, cerca de las 22.00 horas Abaqua informó a este rotativo de que la avería había quedado solucionada, por lo que se dejarán de verter fecales en el puerto.

Desde Medi Ambient del Govern informaron, además, que se ha cambiado la barrera de retención, se ha puesto un producto para limpiar las aguas que estaban sucias en el puerto de Ibiza y, además, las barcas del Govern han limpiado una zona que pedía la Policía Portuaria.

Todo apunta a que un sólido arrastrado por la tormenta del domingo pasado podría ser la causa de la ruptura, ya que se produjo un bloqueo al bombeo que habría provocado una sobrepresión en la conducción y habría provocado que la tubería se rompiera por la parte más débil. «Desde que se ha detectado la avería se ha trabajado para minimizar el impacto del vertido. Los camiones que vacían la tubería siguen trabajando llevándose el agua del bombeo a la depuradora», aseguraron. Asimismo, se han mantenido las barreras de contención en el puerto y ayer se sumaron también las barcas de limpieza del litoral.

Ecologistas

Hazel Morgan, presidenta de Amics de la Terra, considera que hay falta de previsión por parte de las administraciones para actuar más rápidamente cuando ocurren situaciones como las del pasado lunes. «Abaqua debería saber la edad que tienen estas infraestructuras, tener un plan de previsión y hacer más por el mantenimiento de las infraestructuras», aseguró Morgan, un trabajo que «es evidente que no se hace». «Es un desastre para el mar, incluso creo que es un delito medioambiental porque provoca problemas ambientales y de salud en las personas», afirmó la presidenta de la asociación.

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Amics de la Terra considera que este es un problema que se lleva años arrastrando y que no afecta solo al actual Govern y que el problema fundamental es que no se ha dado prioridad «al mantenimiento de los sistemas y de las infraestructuras. Saben construir pero no saben mantener». La entidad ecologista señaló que es inadmisible que una empresa pública, como es el caso de Abaqua, no tenga recambios para prevenir cualquier tipo de accidente que se pueda producir. «Cualquier empresa privada que hiciera algo así recibiría sanciones muy duras», declaró.

En cuanto a las propuestas, Amics de la Terra propone que los emisarios estén señalizados con boyas, para impedir que los barcos anclen en la zona donde se encuentra la tubería y la rompan. «No entiendo por qué no se hace igual que ocurre en otros países. La gestión que se hace es mínima, pero no solo de ahora, siempre ha sido así», sostuvo Morgan. La activista recordó también la obligación de «separar las aguas pluviales de las aguas residuales», para evitar desastres ecológicos como el del Parc Natural de ses Salines, donde se han perdido cinco toneladas de cultivo.

Finalmente, Morgan cree que estos vertidos de aguas fecales pueden tener efectos adversos para el medioambiente y, por tanto, constituir un delito ambiental, que se podría denunciar. «No nos planteamos presentarla porque tenemos asuntos de los que nos ocupamos, pero los afectados que tengan abogados y capacidad económica para hacerlo podrían estudiarlo», finalizó.

Pasividad

Virginia Marí, presidenta del PP de Vila, calificó de «apática» la actitud del Govern balear y denunció la «pasividad» con que las administraciones, en general, han abordado este problema. «No es el primer vertido que ha habido este verano, ha ocurrido varias veces aunque no haya salido a la luz y está afectando a zonas emblemáticas del puerto», denunció Marí. La presidenta de los populares de Vila cree que se podría haber actuado con más rapidez y eficacia y que después de las lluvias torrenciales que cayeron el pasado fin de semana no se pusieron suficientes medios para que la ciudad estuviera en condiciones, no solo para los ciudadanos, sino también para los turistas.

«Este vertido está afectando a todo el puerto, el olor que desprende es brutal, no se puede estar y todo esto afecta a la gente que vive allí, que pasea por allí, a los locales que están situados en la zona, etcétera. ¿Que si pienso que esto está afectando a nuestra imagen turística? No lo pienso, estoy segura», sentenció la presidenta de los populares. Finalmente, Marí pidió que las barcas de limpieza estén disponibles en el puerto para cuando sean necesarias.