Bañistas disfrutan de la playa de es Canar durante un día caluroso de septiembre. Fotos: DANIEL ESPINOSA | DANIEL ESPINOSA

A menos de dos meses para que finalice la temporada turística, la isla ha experimentado una caída tanto en el volumen de llegada de turistas a la isla (casi 35.000 menos respecto a junio y julio del año pasado, según los datos de Frontur) como de las ventas, que en algunos municipios y zonas de la isla ha caído aproximadamente un 30 por ciento. En diferentes zonas del municipio de Santa Eulària, entre ellos es Canar, la percepción es la misma pese a que no a todo el mundo le ha ido igual y unos han padecido la caída más que otros.

Es el caso, por ejemplo, del Hostal Mar y Huerta de es Canar, donde Laura Juan, jefa de administración, explica que ellos no han notado el gran bajón que han experimentado en otros hoteles. «La verdad es que tampoco hemos subido excesivamente los precios, hemos hecho muchas reformas y el precio que hemos puesto está muy acorde. La tónica aquí ha sido la de siempre, ha habido un poco menos de ocupación que el año pasado pero no como en otros establecimientos», aseguró Laura Juan.

Respecto a las ventas del restaurante del hostal, los números de julio fueron similares a los del año pasado durante el mismo periodo y más o menos se han mantenido durante toda la temporada. «Aquí tenemos a mucho cliente repetidor, que viene bastante a menudo, así que el tipo de clientela que tenemos no ha cambiado demasiado y básicamente son familias y gente mayor», declaró Juan.

Lo único que ha bajado ligeramente es la ocupación, ya que durante el mes de agosto el hostal no ha tenido todo reservado como ha ocurrido durante otros años, en los que no se sabía donde alojar a los clientes. Este año, sin embargo, la ocupación aun siendo alta, aproximadamente del 90 por ciento durante todo el mes de agosto, no llegó a poner el cartel de «todo reservado».

Estas buenas perspectivas se mantienen en septiembre y octubre, e incluso desde el hostal piensan en alargar la temporada. «Este año vamos a cerrar más tarde que otros años, el 31 de octubre, así que esta temporada se mantiene más o menos como la del año pasado para nosotros».

Para el bar-restaurante Jacaranda Lounge este año ha sido incluso mejor que el anterior, pese al cambio que ha experimentado en cuanto a clientela. Según explica Facundo Bocchia, encargado del local, este año ha abundado el público francés e italiano en detrimento de los clientes americanos y anglosajones, lo que ha conllevado también un cambio en los hábitos de consumo.

«Se podría definir más como un bioturismo lo que buscaban nuestros clientes este año: paisaje, naturaleza y contacto con el mar y con una cultura del comercio distinto, el otro público venía con más capital y gastaba más», detalló Bocchia, que ha definido los meses de verano como «irregulares». «Ha habido picos. Hay días en los que viene muchísima gente y pasados unos días ves un panorama distinto», continuó.

Según Bocchia, la temporada no ha seguido una línea ascendente ni descendiente, sino que ha estado subiendo y bajando continuamente. Para ellos el mes más fuerte ha sido el de junio, incluso por encima de agosto, que era el mes que se esperaba como agua de mayo. «Hemos estado esperando todo el verano que el mes siguiente fuera mejor que el anterior y no ha sido así».

Sin embargo, como indicábamos, a los comerciantes de es Canar, igual que en otros puntos de la isla, no les ha ido a todos por igual. Es el caso de pequeñas tiendas y souvernirs, como por ejemplo el Buddha Shop. Regentado por una pareja, explicaron que las ventas este año habían caído un 30 por ciento y que para ellos la temporada estaba siendo mala.

«Creemos que la gente tiene menos dinero para gastar, los hoteles son cada día más caros, estamos perdiendo el turismo familiar y el turismo exclusivo no nos reporta beneficios». Las tiendas que tienen en Portinatx y Sant Antoni, donde la caída en ventas para los pequeños comercios es similar, tampoco han tenido una temporada mejor. Este ha sido el mismo caso de otro pequeño establecimiento de es Canar, que ha preferido mantenerse en el anonimato.

El clima en Santa Eulària es similar, a unos comercios les ha ido mejor que otros, en una temporada que se define como «irregular». Dorita Ferrer, propietaria de Tejidos Cardona, explicó que la temporada ha sido un poco más baja que la anterior, pero que el establecimiento tiene ventas muy regulares cada año.

«No cerramos en invierno y los clientes que tenemos son los habituales. Las ventas son casi las mismas que el año pasado». Sin embargo, la sensación en el municipio es que los turistas han gastado menos que otros años, lo que ha suscitado quejas entre los comerciantes.

Igual que en el caso de los comercios que se mantienen, el bar Es Puetó, situado al final del Paseo Marítimo y cerca del puerto, es un local que ha mantenido su estilo en el tiempo, goza de una clientela y unas ventas fijas y no ha notado el bajón que han sufrido otros comercios de Santa Eulària. «Ha ido más o menos igual que el año pasado, no hemos notado el bajón», aseveró Jesús González, propietario del local.