El conseller de Medio Ambiente, Agricultura y Pesca, Vicenç Vidal, admite los vertidos producidos ese verano en Ibiza, pero precisa que no ha habido «tantas roturas como el primer año de la legislatura» . | DANIEL ESPINOSA

El conseller de Medio Ambiente, Agricultura y Pesca, Vicenç Vidal, aseguró ayer que las mejoras en el mantenimiento de las infraestructuras de saneamiento han permitido que se hayan producido este verano menos episodios de vertidos que en años anteriores, si bien ha habido varios importantes.

Vidal señaló en una rueda de prensa que si bien Baleares fue pionera en depuración porque implantó una red innovadora en su día y creó una empresa pública para gestionar la inversión, posteriormente se acumuló un déficit histórico en inversiones.

Según Vidal, el crecimiento demográfico muy fuerte que se ha producido en Baleares no ha estado acompañado de inversión en mejorar esas infraestructuras que quedaron infradotadas, no tanto porque fueran obsoletas como por falta de capacidad y de mantenimiento.

El conseller admite que este verano se han producido vertidos de agua residuales importantes «en zonas sensibles como en Ibiza y Andratx», pero ha precisado que no ha habido «tantas roturas como el primer año de esta legislatura» cuando había una situación muy deficitaria en las instalaciones.

«El cambio de manera de funcionar y del contrato de mantenimiento está permitiendo que no haya tantos episodios», ha insistido Vidal.

En el caso de Palma, Vidal apuntó a otra causa, como es que no existe separación entre la red de pluviales y la de saneamiento, de manera que si hay un volumen extra de agua que no debería llegar a las depuradoras, desborda las infraestructuras, algo que sucede también en Andratx.

La directora general de Recursos Hídricos, Joana Garau, recalcó que este verano «los problemas no han sido con las depuradoras, han sido con las redes de alcantarillado», por la coincidencia de la temporada alta, con un gran volumen de residuales, con tormentas intensas.

Garau achaca esta situación a las redes unitarias de residuales y pluviales hacia la depuradora, que han producido vertidos por escorrentías superficiales y rebosaderos para evitar la rotura de conducciones.

Subrayó que «los episodios no son nuevos, llevan años pasando, pero ahora se comunican y se adoptan medidas de prevención para los usuarios».

Por otra parte, en relación con la contaminación marina que generan los emisarios en Baleares, Garau detalló que de las 80 depuradoras que gestiona Abaqua, 26 tienen emisarios, a las que se suman las de Palma y Alcúdia.

Si bien cuentan con proyectos de legalización, la ocupación del dominio público marítimo-terrestre la debe autorizar el Gobierno central, que está empezando a emitir informes al respecto «para poder redactar los proyectos de adecuación para vertidos tierra-mar» que se financiarán con cargo al canon de saneamiento.