Sandra Monsálvez en una foto promocional con el libro que presenta esta noche.

Sandra Monsálvez es escritora de libros de éxito. El último de ellos, Camino a tu libertad, cierra una trilogía formada por Tu divino propósito y Amar en libertad, y se presenta hoy a las 20.00 horas en la biblioteca municipal de Can Ventosa de la ciudad de Ibiza. Sin embargo, una vez que responde al teléfono con su contagiosa sonrisa nos damos cuenta que, sobre todo, es una motivadora nata a la que le encanta transmitir sus conocimientos y consejos para que «mucha gente pueda alcanzar una vida lo más plena posible». Comenzó con ello hace 14 años, cuando hablar de esto no estaba tan de moda, y actualmente se ha convertido en un referente en la materia con un blog (www.sandramonsalvez.com), vídeos en Youtube, conferencias y tres libros, el último Camino a tu libertad, prologado incluso por Lain, autor del bestseller La voz de tu alma.

—¿Qué podemos encontrar en Camino a tu libertad? ¿Es otro libro de autoayuda más?
—Espero que no. (Risas). Es un libro que forma parte de una trilogía e intenta dar claves, pautas y pasos para poder vivir en felicidad y plenitud. Habla de lo importante que es vivir con una mentalidad positiva gestionando nuestras emociones. Y creo que se hace de forma didáctica e interactiva ya que dentro hay códigos QR desde los que se puede acceder a vídeos, meditaciones o ejercicios prácticos.

—A riesgo de hacer spoiler... ¿Nos puede adelantar algunas de estas pautas?
—Por supuesto. La principal y más importante es no dejar que los miedos nos paralicen. Para ello es necesario adiestrar nuestra mente para superar los temores porque está demostrado que, cuando al final damos el paso, nos damos cuenta que no es para tanto. También es básico hacer las cosas con coherencia en todo lo que dice y se piensa.

—Lo que vulgarmente se conoce como «coger el toro por los cuernos».
—(Risas). Sin duda. Sin embargo, en los años que llevo trabajando en este campo me he dado cuenta que para mucha gente esto no resulta nada sencillo.

—¿Cuál es la solución para superar nuestros miedos?
—No pensar siempre en los problemas como algo negativo. No hay que negar que la vida nos va a poner zancadillas y es complicada pero todo es mucho mejor si en vez de hundirnos ante el primer problema lo afrontamos pensando directamente en la solución. Te puedo asegurar que he comprobado que si se hace así la vida pueda cambiar mucho.

—Pensar que siempre que se cierra una puerta se abre una ventana...
—Es que es así. Lo importante es deshacernos de los apegos emocionales que lo único que consiguen es hacernos infelices. Los cambios se producen siempre, son necesarios y sólo hay que tener la capacidad y el valor para amoldarnos a ellos.

—Usted empezó en este mundo hace 14 años cuando nadie hablaba de ello. ¿Fue una pionera?
—No lo se. La verdad es que no recuerdo cuantos años hace que empecé a dedicarme a ello.

—¿Pero que le indujo a dar el paso?
—Realmente fue una experiencia personal con un fuerte impacto emocional que viví en mi familia cuando tenía 12 años. Me di cuenta de que la vida se tendría que poder afrontar de otra manera distinta, me puse a investigar y acabó siendo mi profesión. Y me encanta porque como siempre digo, al final somos como un vehículo y nosotros tenemos que aprender a conducirlo. Es decir, no sólo somos mente, sino emociones y según como las controlemos mejor nos irá en la vida.

—También hace un gran hincapié en la importancia del conocimiento.
—Sí, porque el conocimiento es tener conciencia. Saber por qué me pasan los problemas para poder afrontarlos y no sentirme constantemente como culpable. Así conseguiremos además no repetir los malos hábitos, tomar las riendas de mi vida y crearnos un futuro prometedor.

—En esta sociedad inhumana en la que vivimos, ¿esto es posible?
—Por lo menos hay que intentarlo. Yo soy partidaria de que cada persona tenga su parcela y que nos dediquemos a nosotros para vivir desde nuestra propia inspiración. Para eso es fundamental predicar con el ejemplo, haciendo las cosas y no siendo sólo mera teoría. Está en nosotros mismos el decidir si queremos vivir una película de terror o una vida espléndida.

—¿Nuestras compañías también son importantes?
—Sin duda. Yo tengo que ser consciente de con quien me rodeo y ser inteligente. Es cierto que yo, saludo a todo el mundo, pero decido quienes son mis amigos o con quien me puedo ir de cena o con quien únicamente me tomo un café para salir del paso porque son personas pesimistas que lo único que hacen es hundirme. Son personas tóxicas porque al final no saben afrontar la vida de otra manera y para ellas todo son problemas y negatividad.

—¿A lo mejor les faltan las herramientas adecuadas para superar esa situación?
—Puede ser. Y es una pena porque en ninguna escuela ni a niños ni a padres se les enseña cómo tienen que comportarse ni que pautas seguir cuando las cosas vienen mal dadas.

—Entonces... ¿No creo que lo mejor sería que usted diera estas charlas en colegios o institutos?
—Sería mi sueño. Me encantaría poder crear escuelas donde educar desde la conciencia. Pero no sólo a niños sino también a los padres porque van todos juntos en un mismo pack. De nada sirve el esfuerzo del maestro si sus alumnos llegan a su casa y viven en un entorno donde todo es negativo. Con los padres es donde hay que picar mucha piedra porque ya tienen unos hábitos aprendidos desde hace años. Con los niños todo es más fácil porque son como esponjas y seguramente entenderían lo importante que es ser sincero, honesto, auténtico y una persona con un profundo compromiso.