Turistas pasean por el Passeig Marítim un día de verano.

El día de mayor presión humana sobre el territorio balear en 2018 fue el pasado 7 de agosto, fecha en la que había en la Islas 2.012.757 personas. Pese a que la cifra produce vértigo por su magnitud, lo que en realidad pasó es una paradoja, porque hubo un récord pero a la vez se produjo un descenso con respecto al año anterior, algo que no había pasado en los últimos diez año, desde que estalló la crisis económica.

El Institut Balear d’Estadística (Ibestat) publicó este miércoles los datos del Índice de Presión Humana (IPH) correspondientes al mes de agosto que certifican la tendencia a la baja ya observada en julio. El día de más gente de agosto hubo 47.769 turistas menos que el día de más gente del año anterior y eso significa, a su vez, que el récord absoluto de ocupación humana en un solo día sigue siendo el 9 de agosto de 2017, con 2.060.526 personas en las Islas.

Este descenso únicamente se había dado antes en una ocasión: fue en el año 2009, en pleno arranque de la crisis económica, pero lo hizo en menor medida que este año ya que el descenso fue de 19.815 personas. De hecho, desde que hay registros de este dato, solo ha habido una caída en dos ocasiones: en 2009 y este año.

Hay varios factores que explican este decrecimiento en la presión demográfica en los meses de verano y uno de ellos han sido los esfuerzos del Govern por evitar que lleguen más turistas en temporada alta. El Ejecutivo lleva desde principio de legislatura promoviendo el turismo de invierno en lugar de fomentar la llegada de turistas en verano después de que en el año 2016 comenzara a extenderse la sensación de masificación y saturación turística.

El otro factor que ha contribuido de forma decisiva a que se produzca el descenso ha sido la tímida recuperación de destinos competidores con Baleares, especialmente Turquía y Grecia, con precios más baratos que en las Islas. Este verano ya ha habido desvío de turistas a estas zonas que habían estado en declive en los últimos años.

La inestabilidad en ambos países ha atraído turismo a Balears durante todos estos años, especialmente desde el estallido de la crisis económica. Desde 2008, y a pesar del descenso relativo de 2009, la presión humana sobre las Islas ha aumentado en 212.494 personas en el día de mayor pico, lo que supone un aumento total del 11 por ciento. Con respecto a 1998, el aumento ha sido de 563.425 personas, un 38,8 por ciento.