Algunos de los participantes en el encuentro posan en los terrenos de la finca Can Pep Xico . | Arguiñe Escandón

La finca Can Pep Xico se convirtió ayer en centro de encuentro para una treintena de agentes sociales de distintas asociaciones y Servicios Sociales municipales de la isla. Bajo el concepto acuñado como sinhogarismo, en el V encuentro de agentes sociales de Ibiza y Formentera, organizado por Cáritas, se trataron aspectos para comprender y trabajar con personas sin hogar, que según se expuso es algo más que no tener un techo.

Avance del informe Foessa
La primera actividad de la mañana fue la presentación de los datos del informe de la Fundación Foessa sobre exclusión y desarrollo social en España, que abarca el periodo 2008-2018.

Un estudio que muestra una gran mejoría desde 2013 en el número de personas integradas plenamente en la sociedad, del 34,1% en 2013 al 48,4% en 2018; en 2007, antes de la crisis, era de un 49%. Sin embargo, el porcentaje de personas en exclusión severa se ha reducido del 10,8% al 8,8% en el mismo periodo, cuando en 2007 era del 6,3%.

Unos factores de pobreza que en Ibiza se notan mucho más, con «gente que trabaja 40 horas semanales y acude a Cáritas a pedir alimentos», indicó Gustavo Gómez, coordinador de Cáritas en Ibiza. Anunció que estos datos se podrán contrastar con el informe balear que está haciendo Cáritas y Foessa a nivel del archipiélago, que se conocerá en marzo o abril del año que viene.

Desde Cáritas de Ibiza informaron de que con frecuencia se encuentran con personas adultas y menores, e incluso familias a las que ayudan a empadronarse. Las situaciones de alquileres irregulares provocan que muchas personas tengan dificultades para realizar este trámite, necesario para muchas de las gestiones del día a día. «El otro día empadronamos a un señor que lleva 6 o 7 años en la isla trabajando, que necesitaba empadronarse para firmar el traspaso de un vehículo», explicó a modo de ejemplo Maite Barrachín, trabajadora social de Cáritas.

Personas sin hogar
El último estudio del Instituto Nacional de Estadística, del año 2012, indicaba que había 486 personas sin hogar en Balears. «Cáritas de Ibiza atendió solo a lo largo del año pasado a 390» personas sin hogar, explicaba Enrique Domínguez, técnico de vivienda y personas sin hogar de Cáritas española, para argumentar la necesidad de actualizar las cifras de este colectivo.

Para Domínguez el problema del acceso a la vivienda y del acceso al alquiler social todavía es un campo en el que se debe trabajar en España. «El acceso a la vivienda es un derecho que se debe favorecer a las personas que más dificultades tienen», indicaba, algo que se debe conseguir con un compromiso político. «En España hay 3,5 millones de viviendas vacías y no todas están en manos de particulares, muchas son de la administración», apuntó.

Para este trabajador social la realidad de las personas sin hogar debe plantearse no como un fracaso de las personas que la viven, sino como un fracaso de una sociedad que no ha sabido atajarla.

El concepto de personas sin hogar que se trató ayer se remite al fijado por Feantsa que incluye, además de los sin techo, a las personas que no tienen una vivienda propia, aquellos que viven en una vivienda insegura (2,1 millones de personas en Espala), o en una vivienda inadecuada a sus necesidades (4,6 millones).

Dentro de la exposición de Domínguez surgió la pregunta trampa del día: ‘¿Cualquiera puede acabar en esta situación?’. Respuesta estadística: es difícil. Respuesta de los participantes: en Ibiza no lo es tanto. Un tema que llevó a una pequeña discusión sobre este punto y las dificultades de acceso a la vivienda de ibiza. Más adelante se proyectó un vídeo de Cáritas en el que varios usuarios exponían su historia. Dos de ellos antiguos empresarios a los que los avatares de la vida les habían dejado sin nada.