La encuesta hecha por IBES revela que ahora hay muchas posibilidades de que en Sant Antoni gobierne una mayoría de izquierdas formada por PSOE, Reinicia y Podemos, pero a falta de medio año para las elecciones existen muchos interrogantes por despejar en el municipio portmanyí, siempre envuelto en polémicas y con un tripartito que ha vivido permanentemente entre líos y visitas a los juzgados.

Como ocurre en Sant Josep, los populares han mostrado esta legislatura en Sant Antoni su vocación de ser una oposición con perfil bajo, tan bajo que pierden, según la encuesta del IBES, dos concejales respecto a las elecciones de 2015. Habrá que ver el efecto electoral que tendrá el candidato que elija el PP para Sant Antoni, pero mucho tendrán que trabajar los populares para recuperar el terreno perdido y evitar la fuga de votos hacia Ciudadanos.

En cambio, el PSOE no parece haber sufrido el desgaste de la alcaldía. Pese a todos los líos de la legislatura, la mayoría protagonizados por Reinicia, los socialistas mantienen el tipo y repiten los seis concejales de mayo de 2015, con claras opciones para liderar una nueva coalición de izquierdas.

Reinicia pasa de cuatro a tres concejales, después de estar metidos en muchos líos, polémicas y escándalos aún por esclarecerse. Como las multas que intentaron perdonarse a Pablo Valdés, que se metieron en un cajón, y hasta que Periódico de Ibiza y Formentera no lo denunció no acabaron pagándose. Nadie sabía nada, se dijo que se acudiría a un juez para esclarecer el asunto, pero todo ha quedado en agua de borrajas. Y lo sorprendente es que Valdés y sus compañeros de Reinicia siguen dando más la cara en las redes sociales que ante los medios de comunicación, una curiosa manera de defender la democracia de la que ellos tanto presumen. Por no hablar de la nula capacidad para aguantar las críticas a la que se exponen todos los políticos. Lo que siempre se ha llamado ‘tener la piel muy fina’.

Porque si hay un municipio ibicenco donde las polémicas se han ido repitiendo durante la legislatura ese ha sido Sant Antoni. Difícil de olvidar el incidente con los vendedores ambulantes, la deficiente limpieza de las calles, las protestas de los trabajadores de la nueva contrata de limpieza, la improvisación con la ORA, las denuncias por acoso contra Aída Alcaraz, la polémica de Valdés con los policías locales, el feo asunto del chiringuito de Cala Gració, y la traca final de la concesión del servicio de agua, donde hay sospechas más que razonables respecto a la empresa que ha ganado el concurso.

Con todos estos antecedentes la legislatura que viene podría ser una buena oportunidad para los nuevos partidos, pero la presencia de Ciudadanos es testimonial y la coalición Proposta per Eivissa no parece que haga ganar al PI mucho terreno electoral. De hecho, PSOE y Reinicia podrían hasta prescindir de sus actuales socios de gobierno.

Por lo tanto, Sant Antoni se inclina ahora mismo hacia la izquierda, lo que quiere decir que la campaña electoral puede ser muy intensa para acabar de decidir la configuración municipal definitiva.