El equipo que trabaja en el día a día de la biblioteca Can Ventosa. | DANIEL ESPINOSA

El pasado 7 de noviembre la Biblioteca Municipal de Can Ventosa lanzó un programa para conmemorar su 30 aniversario a través de 30 propuestas que se alargarán hasta el día 4 de enero. Dentro de su agenda y bajo el lema de ’30 anys, 30 propostes’ la entidad ha reunido todas las actividades más habituales como son la promoción de la lectura para la infancia, las exposiciones bibliográficas o el club de lectura, que se reúne el primer jueves de cada mes, así como otras importantes con el ánimo de dar a conocer todo ese universo escondido entre estanterías o promocionar a algún autor o temática.

Historia

La Biblioteca Municipal d’Eivissa abrió el 7 de noviembre de 1988 en la calle Castilla número 19, lugar ocupado en la actualidad por el Centre de Creació Jove C19, con 5.000 libros, que es el mínimo que marcaba la Unesco. Entonces, la política y directora de l’Arxiu Històric d’Eivissa i Formentera (AHEF), Fanny Tur, era su bibliotecaria y lo sigue siendo, aunque la entidad cultural está dirigida actualmente por Ana Colomar, que explica para Periódico de Ibiza y Formentera los dos ejes de fundamentales de su desarrollo.

Desde el primer momento, el propósito fue dar mucho protagonismo al fondo bibliográfico local, «acogiendo todas estas obras de autores locales o con relación con nuestras islas y también libros de temática local». Y en segundo lugar, ha querido ser «un espacio dinámico, abierto a presentaciones de libros, conferencias literarias o de historia. Ser un lugar de encuentro cultural y literario», tal y como señala Colomar.

El volumen de obras se duplicó a los dos o tres años de la abertura de la biblioteca y se hicieron campañas para la donación por parte de la gente de Vila , algo que se ha hecho durante todos estos años hasta albergar en la actualidad hasta 80.000 volúmenes.
Como entidad pública, Can Ventosa está dirigida a todos los centros públicos nacionales, por lo que está dividida en un fondo infantil y juvenil, en el local de Pitiusas y Baleares y en un fondo bibliográfico de temática general.

En mayo de 1995 la biblioteca municipal se fusionó con la de Vía Púnica, perteneciente entonces La Caixa, y ambos fondos pasaron a Can Ventosa. A partir de aquí, se disponen de más recursos y salas, así como de un mejor servicio. Es en este momento también cuando empieza la transformación digital y en la actualidad el centro ofrece wifi y nuevos sistemas y terminales conectados para los usuarios.

Del cajón al archivo digital

«Desde el punto de vista de la catalogación y búsqueda, hace 30 años era un trabajo manual, utilizando una máquina de escribir y haciendo fichas catalográficas. Todo ello se archivaba en unos cajones de madera y la búsqueda de un título se hacía de forma manual», relata la bibliotecaria que describe cómo fue el paso a la digitalización. «Fue a partir de los años 90 que todo eso cambia gracias a la automatización de estas tareas a través de un catálogo colectivo que actualmente está en red.

Algo que permite que cualquiera pueda consultar desde su casa la búsqueda de un título, un autor o la disponibilidad. Claro, todo esto es un evolución muy importante en biblioteconomía».

En cuanto a la relación con el resto de bibliotecas municipales de la isla se establece a través de un convenio por el que cualquier carnet de usuario, tanto de las diferentes poblaciones como de Formentera, sirve para todas ellas.

Promoción de la lectura

Desde el primer momento, una de las primeras prioridades de Can Ventosa era la de dinamizar la lectura y organizar actividades para los niños y niñas. La primera actividad que se programó al respecto y que ha perdurado a lo largo de estas tres décadas fue ‘La tarde del conte’. «En ese momento en la calle Castilla solo había una sala y los viernes por la tarde se cerraba al público adulto durante dos horas.

Entonces se hacían proyecciones de películas, que entonces no estaban al alcance de muchas familias y sesiones de cuenta-cuentos. Hay que decir que antes tampoco existía una oferta de narradores de cuentos como la que hay ahora o de grupos de teatro, algo que afortunadamente abunda hoy en día», agradece Colomar. «Comenzó a venir una chica que se llamaba Cateria Valriu, conocida como Caterina Contacontes y venía expresamente de Palma a impartir las sesiones de los viernes por la tarde. Por suerte también, ahora tenemos más salas y no cerramos al público adulto durante la sesión».

El papel de la biblioteca es muy importante para la educación tal y como expresa Ana Colomar, «trabajamos mucho con las familias. Nos encanta que las tardes de cuentos vengan los padres porque esa complicidad es una gran satisfacción para nosotros». Asimismo, colaboran con los centros educativos de las islas ofreciendo visitas guiadas, desde infantil a secundaria, adaptándose a cada edad, y ofrecen un servicio de préstamo especial cada curso escolar denominado ‘Bibliomaleta’, dedicado a una temática diferente durante tres semanas, este año dedicada a la familia y su diversidad. Del mismo modo, el servicio de biblioteca está siempre disponible para los centros si en un momento dado necesitan una bibliografía determinada.

Retos de futuro

Para Ana Colomar es una gran satisfacción ser bibliotecaria y estar al servicio de la cultura y los usuarios. «Llega un momento que ya conoces sus gustos, sobre todo los de los más asiduos, y cuando encargas un libro a veces ya sabes quien lo va a coger». Recomendar libros también es una labor muy gratificante para la bibliotecaria de Can Ventosa, así como observar la diversidad de gustos literarios. «También es gratificante cuando vienen los estudiantes de selectividad, que estudian fuera, y ves como pasan aquí sus vacaciones escolares consiguiendo examinarse».

El objetivo de de la Biblioteca Municipal d’Eivissa es «poder ofrecer siempre un buen servicio y tener el fondo lo más actualizado posible, porque al final los usuarios son muy exigentes y hoy en día tienen acceso a todo tipo de información, por lo que hay que estar al día y ese es el reto», concluye Colomar.