Padres, alumnos y profesores del centro se distribuían entre los diferentes puestos y talleres organizados para el mercadillo.

El patio de la escuela infantil Waldorf se convirtió ayer en un coqueto mercadillo navideño. En torno a una sabina decorada con adornos de Navidad hechos por papás, mamás y alumnos de la escuela, se distribuían los distintos puestos: mesas con comida dulce y salada, un puesto de maquillaje, libros, artesanía y un escenario por el que fueron pasando varios músicos invitados.

Un evento que la asociación Waldorf Ibiza organiza dos veces al año, la otra es en primavera. Música en vivo, actividades y mercado que se celebran con tres objetivos: ofrecer una jornada de convivencia para las 80 familias que integran la asociación, dar a conocer a aquellos que se acercan la filosofía del centro, y recaudar fondos para ayudar a aquellas familias que no pueden pagar las cuotas que se destinan a cubrir los gastos del centro.

En el puesto de artesanía había distribuidas figuritas de belén hechas con lana, coronas de tela o adornos navideños. «La mayor parte de las cosas ya están vendidas pero las guardamos para que después pasen a recogerlas», explicaba Meli, la encargada del puesto de artesanía. Los objetos provienen de otros centros Waldorf y de la asociación de Ibiza. «Las familias hacemos un taller todos los martes por la mañana para crear artesanía y de paso aprender» explica la vicepresidenta de la asociación, Marisina Marí.

Junto al puesto de artesanía estaba el puesto de libros del que se encargaba Ángel, padre fundador de la escuela. Sobre la mesa había libros infantiles y sobre pedagogía Waldorf, que plantea las estrategias de aprendizaje adecuadas para las tres etapas de desarrollo planteadas por Steiner y busca fomentar el pensamiento creativo y analítico del niño.
De la música se había encargado Ivan, otro de los padres del colegio, músico y guitarrista de Pin-up sound. En la programación de ayer había música electrónica de inspiración india, la guitarra de Matías Kamelmat, swing y la jornada concluyó con villancicos.

En unas mesas en el centro del mercadillo, había diferentes talleres organizados también por padres y profesores. Pequeños y adultos se entretenían decorando velas, recortando adornos navideños de papel o haciendo figuritas de origami.

«Casi toda la escuela la construyen los papás con ayuda de los maestros. La comunidad es real, padres y maestros colaboran para hacer la escuela. La unión de todos hace posible tanto un mercadillo como este como el día a día de la escuela» explicaba una de las madres y maestra del centro.

La jornada también contó con una rifa de cestas ecológicas que llenaron las propias familias del centro y con una charla pedagógica para aquellos padres interesados en conocer las técnicas de enseñanza y las instalaciones del centro.