Los asistentes a la Feria de Navidad de IFCC iban recorriendo el recinto para hacer compras, se sentaban a disfrutar de los diferentes espectáculos a lo largo de la jornada o llevaban a los pequeños a la casa nevada de Papá Noel . | DANIEL ESPINOSA

La llegada a media tarde de ayer al Recinto Ferial de Ibiza y Formentera por la carretera, ya auguraba que la Feria de Navidad que organizó la Asociación Ibiza y Formentera contra el Cáncer (IFCC), estaba siendo un éxito. Una fila de vehículos esperaba a que los encargados de organizar el espacio de aparcamiento les fueran dando paso. «Estamos contentísimos, no sé cuánta gente ha venido porque además cerramos a las 21:00, pero esperamos que sean tantas como hace dos años cuando vinieron más de 3.000 personas», explicaba la presidenta de la asociación en torno a las 19:00 horas.

El evento, que se celebró bajo el lema «juntos contra el cáncer», realmente invitaba a una celebración para todos. Los más pequeños hacían cola frente a la casa de Papá Noel, que estuvo recogiendo cartas y escuchando a los más pequeños en su hogar nevado. Winnie de Pooh también hizo acto de presencia y se divirtió por el recinto bailando y saludando. Los mayores recorrían los puestos en busca de algo interesante.

En total fueron 36 los puestos a los que podía hacercarse el público que llenó este espacio y que acudió a hacer alguna compra navideña sabiendo que además los fondos iban destinados a un fin solidario.

Respecto al destino de la recaudación, la presidenta de la asociación indicó que existía algún proyecto del que se estaba en conversaciones, pero no quiso avanzar nada. «Pero no son sólo proyectos, es para poder ayudar a la gente, a las familias que necesitan de nuestro apoyo», puntualizó. Desde el año 2000 IFCC colabora con los enfermos de cáncer y sus familias, a través de ayudas directas para comprar prótesis y pagar los servicios que necesitan en su día a día, y para mejorar las instalaciones hospitalarias en las que se les trata.

En los diferentes stands se podía adquirir ropa nueva o de segunda mano, cerámica, libros, adornos de Navidad e incluso muebles. Además se vendían boletos para la celebración de una rifa en la que se sorteaban objetos donados por empresas y particulares de la isla.
La feria estaba preparada para que la gente dedicara toda la jornada a esta fiesta solidaria, y ofrecía también comida y bebida en diferentes puestos. Durante el día se fueron subiendo al escenario las diferentes escuelas de baile de la isla y músicos que ofrecieron su arte para deleite de los asistentes.