Los cuatro sindicatos con representación en la Mesa General de Funcionarios del Ayuntamiento de Eivissa, UGT, CSIF, CCOO y el Sindicato Profesional de Policías Municipales de España, han denunciado las condiciones en las que se encuentras varias oficinas municipales y las condiciones en las que tienen que trabajar los funcionarios
En su denuncian, aseguran que en el edificio de la plaza de España, en Dalt Vila, «desde hace años venimos solicitando que se tomen las medidas oportunas para reformar y acondicionar las oficinas», tanto su instalación eléctrica, las goteras del techo o los baños, «literalmente del siglo pasado». Además, aseguran que las auxiliares administrativas del departamento de Urbanismo están situadas «en un pasillo, un espacio inadecuado por estar entre ventanas, con iluminación y climatización no adecuadas para las tareas de oficina». También afirman que las visitas por parte de técnicos de prevención «se han quedado en un cajón», y apuntan que las «continuas reclamaciones» para que se lleve a cabo una reforma integral del edificio «se han limitado a simples parches».

Torre 2 del Cetis

Los sindicatos también han denunciado los problemas de climatización en la torre 2 del Cetis, donde en invierno «en algunas dependencias hace mucho frío pero en otras se puede llegar a superar los 30º». Señalan que «hace años» ya denunciaron esta situación pero «los responsables políticos prefirieron invertir en el suelo de las oficinas que en realizar una instalación de doble tubería que habría evitado el problema del contraste de temperaturas».

«Trabajar en estas condiciones no es plato de buen gusto para nadie, y aunque los políticos no lo tengan en cuenta también lo padecen los ciudadanos que acuden a las oficinas», apuntan los sindicatos en una nota, que reiteran que los problemas en ambos edificios «vienen arrastrándose desde hace años y a pesar de las promesas de los diferentes políticos no se han solucionado, limitándose a poner más parches».

También destacan que los representantes políticos no pueden poner como excusa la Ley Montoro, ya que «no dice nada respecto a que se realicen las reformas necesarias para mejorar las condiciones laborales de los trabajadores, y una muestra de ello es que cuando algún político quiere una zona de despachos acristalada o redecorar alguna dependencia se hace al momento y, si es necesario, hasta se contrata un decorador. ¡Faltaría más!».