El acusado de incendiar una vivienda niega que provocara el fuego intencionadamente, aunque lo confesó al 112.

El acusado de provocar un incendio en un piso de Sant Antoni de Portmany, que se extendió a todo el edificio, ha reconocido este lunes durante el juicio en la Audiencia Provincial que causó el fuego, pero ha sostenido que fue accidental y se ha defendido señalando que intentó apagarlo con una toalla.

Con todo, en la sala se ha reproducido la grabación de la llamada que hizo al 112, en la que reconoció que había sido él quien había «metido fuego» a la casa por «desprecio» y por «despecho», y dijo a la operadora que se iba a «entregar».

Los hechos ocurrieron sobre las 10.40 horas del 25 de julio de 2016. El acusado es un hombre de 60 años con antecedentes por otros delitos.

Interrogado por el fiscal, el acusado ha negado reiteradamente que el incendio fuera intencionado, y ha explicado que en el momento de los hechos había bebido y que había vertido acetona sobre un colchón cuando estaba utilizándola para limpiarse manchas de tabaco de las manos.

HABÍA DISCUTIDO POR EL ALQUILER

El acusado ha contado que vivía en el piso junto a otra mujer, que no era la propietaria, sino que se lo había subarrendado por 400 euros al mes sin firmar ningún contrato. Ha rechazado que generalmente tuviera problemas de convivencia con la inquilina, si bien en una ocasión discutieron porque la mujer decía que había encontrado drogas en la lavadora, aunque él sostenía que era tabaco.

El día anterior al incendio también había discutido con la inquilina porque ésta le había exigido una fianza y quería subirle el precio para quedarse en el piso, porque había otras personas dispuestas a pagar más.

Por este motivo, el hombre hizo la maleta para marcharse de la vivienda, aunque ha indicado que no pensaba irse hasta que tuviera otro lugar donde quedarse, porque tenía pagadas dos semanas más. Según ha indicado, era una maleta pequeña en la que no cabían muchas cosas y en el piso se quedaron otros de sus bienes, entre ellos una cámara fotográfica y un móvil.

Según su versión, el día de los hechos estuvo limpiándose las manos con acetona para tratar de eliminar manchas de nicotina, y en este proceso derramó accidentalmente líquido sobre el colchón de su cama. Después se puso a fumar.

En este sentido, el hombre ha dicho no saber cómo se originó exactamente el fuego, pero ha apuntado que pudo producirse por una chispa del mechero que soltó tras encender el cigarro. El acusado ha mantenido que el fuego creció rápidamente porque en la vivienda había mucho material inflamable -principalmente cajas llenas de ropa- y que intentó apagarlo con una toalla, pero que al no conseguirlo decidió abandonar la habitación. De camino a la salida cogió la maleta que había preparado y salió dejando la puerta cerrada.

LA LLAMADA AL 112
El hombre, que ha declarado que estaba «muy nervioso», llamó al 112 cuando había recorrido unos 100 metros desde el edificio. Ha negado que llamara a los servicios de emergencia por tener cargo de conciencia sino que lo hizo con la intención de que «apagaran el incendio».

La operadora le tomó varios datos, entre ellos su nombre y la dirección del inmueble. Le preguntó si la vivienda incendiada era su casa, a lo que el acusado contestó que lo había sido. También indicó que dentro no había nadie más y que había sido él quien le había «metido fuego».

En la grabación, la telefonista le pregunta «¿por qué lo ha hecho?», y él contesta que «por desprecio» y «por despecho». Le manifiesta que se iba a «entregar» aunque no sabía «dónde», y le pide que vayan «rápido a pararlo».

SE PRESENTÓ EN LAS DEPENDENCIAS DE LA POLICÍA LOCAL
Posteriormente el hombre se presentó en dependencias de la Policía Local de Sant Antoni, donde se identificó como el causante del incendio, si bien en su declaración rechazó que fuera intencional y explicó los hechos del mismo modo que en el juicio celebrado este lunes, es decir, dijo que fue un accidente tras utilizar acetona.

La agente de Policía que levantó el acta ha declarado que el hombre se presentó con la maleta «diciendo que venía a entregarse porque era el causante del incendio». Según su descripción, el acusado «desprendía olor a alcohol», manifestó que «había estado toda la noche bebiendo» y estaba «desaliñado» y «muy nervioso».

En el juicio también han comparecido guardias civiles y bomberos que intervinieron en las tareas de extinción y rescate y la investigación posterior, y que han detallado los daños en el inmueble. Según la Guardia Civil, la vivienda en la que se produjo el incendio quedó totalmente «destrozada».

Los agentes del Instituto Armado han confirmado que el foco del incendio fue una cama, que cuando realizaron la inspección ocular «todavía desprendía calor y humo». Además, se había caído un muro por la temperatura, y hubo daños en otros pisos y espacios comunes por las llamas y el humo.

Según la propietaria -que no conocía al acusado-, la vivienda todavía no se ha podido reparar porque necesita reformas estructurales y todavía no tiene la licencia de obras. La mujer también es propietaria de otros cinco apartamentos y un bajo en el edificio.

Por otra parte, los Bomberos han explicado que tuvieron que rescatar con una autoescala a dos chicas que se encontraban en un piso superior y que se habían quedado atrapadas.

Mientras esperaban ser rescatadas, los agentes les indicaron que se agachasen para evitar respirar la columna de humo que salía por el balcón. Según ha declarado uno de los Bomberos, hubo un «riesgo evidente» para la integridad de estas dos mujeres. Otra mujer de movilidad reducida salió con ayuda de vecinos.

11 AÑOS DE CÁRCEL
Por estos hechos, la Fiscalía pide una condena de 11 años de prisión por un presunto delito de incendio con peligro para la vida de las personas, así como una indemnización de más de 25.000 euros por los daños y el coste de la extinción.

La Fiscalía sostiene que el hombre vertió deliberadamente el bote de acetona sobre el colchón de la cama, que le prendió fuego y que después huyó del lugar.

En su escrito, el Ministerio Público acusa al hombre de dejar «que las llamas se extendieran por toda la vivienda», pese a ser «plenamente consciente de la alta probabilidad de que a esas horas hubiera vecinos.