La vocal de ABMind en Ibiza y Formentera, Ana Costa. | Marcelo Sastre

Lejos de ser una complejo una palabra de difícil pronunciación, el mindfulness es una terapia que combina meditación y psicología y cuenta con un potente respaldo científico, con aplicaciones en educación o en medicina. Hablamos con la actual vocal de ABMind en Ibiza Ana Costa, quien nos desvela las incógnitas de esta técnica ancestral y en tendencia.

La ibicenca Ana Costa es licenciada en Psicología por la Universidad de Valencia y psicóloga positiva, especialista en mindfulness y crecimiento personal. Profesión que compagina con su trabajo en el aeropuerto desde hace más de 30 años. Además, Ana es colaboradora para este medio, en su especial de los lunes ‘Bienestar Interior’. Buscamos un plácido rincón dentro del Portal de ses Taules de Dalt Vila y Ana se detiene a observar el entorno, como si tratara de absorber el eco de los pasos de alguien que camina. Me pregunto cómo lo hace.

-¿Qué es el mindfulness?
-El mindfulness es una capacidad con la que todos nacemos, que no es otra cosa que la de prestar atención a lo que está sucediendo en el momento presente, como hacemos cuando somos niños, pero de una determinada manera, sin juicio y con aceptación. Solo hay que ver a un niño jugando con un juguete para entender que para él no hay nada más que eso en ese momento. Conforme vamos creciendo nos metemos en obligaciones, agendas, etc. y perdemos esta capacidad de estar atentos al presente, por lo que nos dispersamos mucho. Nos vamos al pasado o al futuro y no sabemos estar aquí. El mindfulness aúna la psicología con la meditación.

-¿A qué se refiere con estar dispersos?
-A estar en piloto automático. Entonces, ¿qué pasa que si tú estás emprendiendo un proyecto y practicas mindfulness, enfocado en el aquí y el ahora? Pues que mejora tu atención, tu productividad, eres menos reactivo a todo lo que te pase, pudiendo tomar una distancia de las cosas y teniendo una respuesta más equilibrada.

- ¿Es una moda pasajera el mindfulness?
-Bueno, ahora está de moda, tiene mucha visibilidad, pero está para quedarse, porque los beneficios que conlleva la práctica del mindfulness son muy potentes. Entonces, no es una simple moda. A mí, personalmente, me ha cambiado mucho la vida porque llegó en un momento de crisis, una hipoteca, dos hijos y una separación. A partir de ahí decidí ejercer la psicología y me introduje en el mindfulness.

- ¿Por qué una asociación en Ibiza y qué la origina?
-Queríamos darle forma a muchas inquietudes que estaban surgiendo desde diferentes campos y aunarlas. El origen primero fue un grupo de trabajo dentro del Colegio Oficial de Psicología de las Islas Baleares, porque nos apasionaba este campo, y empezamos a estudiarlo en profundidad, a formarnos y a aprender todo lo que pudiéramos. Primero fue por interés personal y después para poder enseñárselo a nuestros colegas. Entonces, luego nos encontramos a toda una serie de profesionales que estaban dentro del mundo del mindfulness, desde la medicina a la educación, por lo que decidimos que no podíamos centrarnos solo en el ámbito psicológico, sino hacer sinergias y colaborar. Y la solución a eso fue crear la Asociación a nivel balear, aunque cada isla se gestiona a sí misma.

- Y, ¿qué objetivo tiene del proyecto en las Pitiusas?
-El proyecto se había presentado ya en Mallorca y Menorca, y en nuestra presentación del pasado octubre quisimos que coincidiera con la agenda de Fernando Torrijos (uno de los principales divulgadores de mindfulness a nivel mundial), miembro de honor de la Asociación por su trayectoria y Mauro García del Toro, médico psiquiatra y profesor de Psicología en la Universitat de les Illes Balears (UIB). A partir de aquí estamos abiertos a lo que nos planteen nuestros socios y estamos dirigidos a los tres pilares que nos sustentan que es la difusión, la formación y la práctica del mindfulness.

- ¿Por qué es revolucionaria esta terapia?
-A ver, en el fondo es una técnica meditativa. Se puede practicar de dos maneras: está la práctica formal, reservando un espacio y un tiempo para ello, algo que normalmente lo hacemos con audios y centrando nuestra atención, porque si no se dispersa mucho. Y luego está la práctica informal del día a día, que se trata de elegir ciertos momentos para enfocarse solo en ello, puede ser en la ducha, mientras caminamos o cocinamos, por ejemplo. Esto ha existido desde siempre y en todas las culturas, aunque sí que es verdad que parte de las bases del budismo, porque uno de los ocho caminos del budismo es la práctica de la atención consciente.

- Y llega a occidente...
-Empieza a ser revolucionario cuando Jon Kabat-Zinn, de la Escuela de Medicina de la Universidad de Massachusetts, decide incorporar esta práctica en sus estudios, siendo la persona que le ha dado una base científica potente en occidente y le puso nombre. Kabat-Zinn empezó a ver resultados espectaculares en las personas que sufrían estrés y dolor.

- ¿Para qué dolencias está indicado?
-Es como el perejil, sirve para todo. A nivel personal, ayuda al día a día. Por ejemplo, a mamás estresadas que deben ocuparse de sus hijos, su casa y su trabajo, a estudiantes, etc. En medicina se aplica sobre todo con lo que tenga que ver con dolencias crónicas y enfermedades asociadas a patologías dolorosas con muy buenos resultados. Quitando esto, está indicado a personas que se sienten estresadas, cansadas o insatisfechas, que no disfrutan de la vida o este tipo de personas que sienten que sus vidas no tienen un sentido, ni propósitos y no saben a qué enfocarse. Pero te voy a decir para quién no está indicado.

- ¿Cuáles son las contraindicaciones?
-Hay que ir con cuidado, porque no puede sustituirse con una atención médica experta. Lo que sí que ayuda mucho a sobrellevar mejor el dolor, porque en lugar de resistirnos al dolor y a no querer sentirlo, aprendemos a aceptar ese dolor, ya sea físico o emocional, y a abrazarlo. Y haciendo eso nos hacemos amigos de él, lo que nos ayuda a funcionar en nuestro día mucho mejor. Muchos profesionales de la medicina están enviando a sus pacientes a que practiquen mindfulness para dolencias para las que igual no está indicado, por ejemplo, en trastornos graves de ansiedad. Primero hay que resolver el problema y estabilizarse, porque en este caso el mindfulness puede ayudar después. Sería como ponerle una tirita a una herida abierta. Para personas con trastornos psiquiátricos graves, incluso puede agravar la dolencia si no se sigue un protocolo, como con personas con trastornos obsesivo-compulsivo, porque si tienen que dedicarse a observar sus pensamientos puede agravarlo, o en personas en estado de shock, porque han sufrido una experiencia traumática reciente. No pueden practicarlo porque no pueden atender a lo que están sintiendo.

- En una época en la que la tradición espiritual o religiosa va en detrimento y con la crisis de identidad que sufren muchas personas al sentir esa falta de pertenencia a un grupo, ¿considera que el mindfulness puede ayudar a creer en algo?
-En primer lugar, en el mindfulness se han quitado todas las connotaciones religiosas y filosóficas que pueda haber. Es una puerta a enfocarte en ti mismo y a descubrir. Puede ayudar, pero yo diría que en lugar de ayudar a conectar con algo más, la conexión es más a nivel interno, contigo mismo. Sí es cierto que las personas que lo practican poco a poco se vuelven más espirituales y les nace este sentimiento de que formamos parte de un todo y que, de alguna forma, estamos todos conectados. Me gusta especialmente una definición que dio un profesor, que precisamente es sacerdote, y que decía que la diferencia entre la espiritualidad y la religión es que la primera es el agua y la segunda el recipiente que la contiene. El agua es la misma para todos. Entonces, yo creo que el mindfulness nos puede acercar más a esa agua. Es muy bonito hacer prácticas en grupo pero es que, además, una persona que practica, al estar más atenta a lo que siente y hace, se cuida más y tiene conductas que repercuten de forma positiva en su salud.

- ¿Tan enfermos estamos?
-Yo creo que no, pero necesitamos darnos cuenta. Hemos entrado en una rueda donde la competitividad, la eficacia o el éxito son lo que priman y estamos metidos en este bucle de conseguir objetivos, hacer y hacer, olvidándonos de nuestra esencia. Esto nos desconecta y debemos permitirnos simplemente estar y disfrutar, sin tener nada que hacer o sin tener que conseguir nada. Yo cuando doy una charla mucha gente dice: ‘Ostras, es verdad, no me había dado cuenta’. Y en el momento que toman conciencia de eso, algo pasa. Es simple cambiarlo, aunque no fácil.

-¿Alguna recomendación?
-Yo invitaría a todos a observarse y a darse cuenta de cuándo hay un malestar que nos impide ser feliz o estar bien y preguntarse ¿qué estoy haciendo con mi vida? ¿Estoy haciendo lo que realmente quiero o estoy metido en una rueda solo para no desagradar a alguien? Eso es porque hemos llegado a un punto en el que vivimos en la mente y nuestra mente es la que domina todo. Nos hemos olvidado de prestar atención a lo que sentimos. La mente nos gobierna y puede llegar a marearnos, por eso nos cuesta desconectar. A veces, en vez disfrutar de un paisaje precioso o de la compañía de gente a quien queremos, estamos pensando en todo lo que tenemos que hacer o en centrarnos en lo que nos ha dicho Fulanito. Entonces, esto es simple de hacer, el problema es que muchos hemos olvidado cómo hacerlo.

-Qué le diría a aquellas personas que piensan que esta terapia solo vende humo?
-Hay mucha confusión y a veces se pone todo en el mismo saco y queremos diferenciarnos con respecto a otras terapias y prácticas. Al mindfulness lo avalan gran cantidad de estudios científicos y otros que demuestran que no sirve para determinadas cosas. Al final cada uno cuando lo practica sabe si le sirve o no. Ahora hay un debate importante en el Gobierno sobre las pseudoterapias. Es como todo, puede ser bueno o puede ser malo dependiendo de su uso. Yo no atacaría a las diferentes terapias o disciplinas, sino a los profesionales que hacen un mal uso de ellas. Yo a las personas escépticas con esto les diría que se acerquen a nuestra Asociación y que lo prueben. Simplemente que lo prueben y después decidan con conocimiento de causa.

- Y, ¿para quien quiera formarse en esta disciplina?
-Por ahora no hay una formación reglada establecida, entonces los profesionales que nos dedicamos a esto nos hemos ido formando por nuestra cuenta. A nivel internacional sí que hay más avance formativo, sobre todo en Estados Unidos o en Reino Unido, donde son pioneros. Aunque sí es cierto que en España ya empiezan a impartirse másters al respecto. Luego también hay personas con una formación impresionante y no lo aplican y yo creo que lo fundamental es la práctica. Es cuando puedes compartirlo con los demás, solucionar los posibles problemas y acompañar a las personas. No se puede explicar algo que no conoces.

- ¿Qué futuro le espera a la sociedad con la práctica del mindfulness?
-Creo que es importante hacer algo antes de que nos desconectemos del todo, porque en nuestro mundo cada vez hay más personas infelices y sufriendo. Pero no soy adivina. Sí que es verdad que incorporando la práctica del mindfulness seguro que hay alguna mejoría ya que nuestro nivel de conciencia será más elevado y podremos manejar mejor ese estrés que tanto nos está complicando la vida. Hay una frase del Dalai Lama que dice que si enseñamos a meditar a todos los niños de ocho años, en una generación se habrán acabado todos los conflictos y la violencia en el mundo. Esto lo resume todo y solo esperamos poner ser ese granito de arena.