El vertedero de Ca na Putxa no es infinito, no durará eternamente y ya está bastante lleno. | Archivo

La isla de Ibiza tiene dos problemas muy serios en el campo medioambiental. El primero es la depuración de aguas residuales y la calidad de las que vertemos al mar. No hablaré de ello hoy porque me remito a lo que periódicamente denuncia la Alianza por el Agua de Ibiza y Formentera, que realiza una labor extraordinaria que combina la denuncia pública con la concienciación social.

El segundo gran problema es el tratamiento de residuos. En esta materia, Ibiza lleva un retraso brutal e inexplicable, porque aplazar la toma de decisiones relativas a los problemas medioambientales, solo los agrava.

El Consell Executiu del Consell d’Eivissa ha aprobado el contenido del Plan Director Sectorial de Residuos y lo tramitará de urgencia. Se elevará al pleno para su debate y votación, se abrirá un plazo de información pública y se remitirá a la Comisión balear de Medio Ambiente. Después de todo esto, será aprobado de forma definitiva.

En lo que ha trascendido de dicho documento, que es únicamente la nota de prensa del Consell, se dice que entre los objetivos del Plan Director está el de que en 2021 hayamos reducido un 10% los residuos que cada habitante genera al año. Estupendo. Otro objetivo es el de que en 2020 (el año que viene) la totalidad de residuos que generan los residentes y turistas de Ibiza y Formentera sean tratados antes de ser enviados a «depósitos controlados». Se refieren al vertedero de Ca na Putxa, pero citar vertedero luce menos que decir «depósito controlado», un eufemismo que no camufla la realidad de la situación.

Planta de tratamiento.
La planta de tratamiento que la UTE GIREF está comenzando a construir, con suerte estará terminada en septiembre de 2020 (yo lo pongo en duda), pero muy difícilmente estará funcionando a plena capacidad y tratando la totalidad de los residuos que se generan en las Pitiusas. Pero además, ¿qué se hará con los residuos, una vez salgan de la planta de tratamiento? ¿Echarlos a un vertedero indefinidamente? Perdón, ¿a un «depósito controlado»? Pues como hasta ahora. Pero el vertedero no es infinito, ya no tiene capacidad y no se nos plantean alternativas. Y eso es aplazar el problema, cosa que no lo resolverá.

La cuestión es muy sencilla: o se incineran los residuos aquí, para lo que habrá que construir una planta carísima, o se empaquetan y se llevan fuera, lo que costará un potosí, pero menos que una incineradora. Me extraña mucho no oír a las entidades ecologistas hablar nunca de esta cuestión que, reitero, considero de extraordinaria gravedad para el medioambiente de Ibiza.

Un cupo humillante.
Ustedes recordarán que cuando se conocieron los primeros detalles de la restricción a vehículos en Formentera, se reclamó que los vecinos ibicencos no podían ser tratados como los turistas peninsulares o extranjeros que llegan a la isla con sus coches. El Consell d’Eivissa reclamó que los residentes en Ibiza pudiesen ir a Formentera sin limitaciones. Solo consiguió que se estableciese un cupo de vehículos específico para Ibiza. Todo el mundo pensó que se trataría de un cupo generoso, como corresponde a islas vecinas. Pero no. En julio y agosto solo 20 ciclomotores al día podrán circular por Formentera. Quizás desde Ibiza habría que pensar en actuar a la recíproca.

Feliz domingo.