Los cabritillos, junto a los cachorros de podenco ibicenco, captaron la atención de muchos pequeños que se acercaron con sus padres a la feria.

Forada celebró ayer la séptima edición de la Fira Rural de ses Quatre Véndes. Una oportunidad que cientos de personas aprovecharon para acercarse al enclave portmanyí a disfrutar del buen tiempo, la gastronomía y las distintas muestras que se ofrecieron durante la jornada.

Los animales autóctonos de Ibiza hicieron de las delicias de niños y mayores, que sobre todo se acercaban a acariciar a las crías de podenco ibicenco que había en uno de los cercados. En el puesto de la Cooperativa de Sant Antoni, aquellos interesados podían adquirir planteles de verduras y hortalizas para plantar ahora en primavera: de lechugas a pimientos o cebollas.

Como buena feria rural contó también con la presencia de empresas comercializadoras de maquinaria agrícola para aquellos profesionales, o ahora muchos aficionados, que necesitan una desbrozadora o un motocultor para su pequeño terreno.

En la zona de las pistas deportivas se situaban los puestos de artesanía y venta de productos locales. Vicent Forteza divulgaba en su puesto las bondades y la historia de la sal de cucons, aquella que se recoge en los huecos de las rocas junto a la costa tras su evaporación. «Es una sal diferente a la de ses Salines porque no se purifica, así que mantiene todos sus minerales». Explica que este tipo de sal es más conocida en Mallorca, pero él tiene documentados hasta 20 puntos de la isla donde se obtenía este tipo de sal.

La mayoría de ellos se encuentran en la zona de Sant Joan, «dado que antiguamente era muy difícil llegar a Vila a por ella, por lo que la gente iba directamente a la costa a recogerla».

En el puesto de Mieles Ibiza estaba el producto recogido por Emeric y Paul Falticska. Padre e hijo son apicultores en la isla desde hace muchos años. Su miel, etiquetada como de primavera, verano, otoño e invierno, ha ganado varios premios a nivel de Balears. Las ventas a mediodía no eran brillantes, pero Paul destacaba que estos eventos también le servían para ponerse en contacto con agricultores que le dejan poner colmenas en sus terrenos.

Quien había vendido casi todos sus quesos era Fina Prats. Produce, junto a su socia Pilar, queso de cabras ibicencas a la antigua usanza. «Tienes que infusionar las flores del cardo y con esa infusión obtienes el queso», explicaba mostrando los cardos que tenía sobre la mesa.

También mostraban sus bonsais los profesores de Bonsai Ibiza Escuela. Juan Torres y Juan Montesinos tenían sobre el puesto un pino, un olmo o un olivo de estas «esculturas vivas» que enseñan a cuidar en Puig d’en Valls.

En el evento colaboraron 20 voluntarios de Equip Voluntari que organizaron a primera hora la zona de aparcamiento y colaboraron en el reparto de la paella mixta para 500 personas que organizaron desde la Asociación de Vecinos de Buscastell, organizadores del evento. Tras la comida, todavía hubo charlas y conciertos hasta bien avanzada la tarde.