Un primer plano de María Catalán en Can Botino. | DANIEL ESPINOSA

El espacio de la antesala del Salón de Plenos del Ayuntamiento de Ibiza, en la tercera planta del edificio de Can Botino, en Dalt Vila, acogerá durante un año las obras de la artista castellonense María Catalán. En total son seis pinturas, la mayoría de gran formato, y la iniciativa de nuevo ha sido coordinada conjuntamente por el consistorio y por el Museu d’Art Contemporani d’Eivissa (MACE) que dirige Elena Ruiz.

Algo que el concejal de Cultura de Vila, Pep Tur agradeció ayer durante la presentación de la exposición. «Gracias al trabajo del museo con las muestras de la antesala del salón de plenos se sigue acercando el arte a la ciudadanía, saliendo de las paredes del propio museo para conquistar otros espacios».

Los cuadros que se pueden ver en Can Botino corresponden a la obra más reciente de Catalán. Han sido realizadas durante 2018 y 2019 y en tres de ellas, Océano eterno, Por la vida y Sense Títol, la artista ha empleado el papel amalgamado a la tela del soporte.

Mientras, por ejemplo, en Detrás de su Reja María Catalán ha empleado este mismo recurso pero empleando en su lugar tela metálica.

Por su parte, en los cuadros más recientes, pintados en los algo más de tres meses de 2019, Pliegues I y Pliegues II, se puede ver una novedad artística en la pintora nacida en Castellón de la Plana en 1961. Por primera vez en su obra «aparece tela cosida en líneas verticales al soporte de la obra y cubierta con una gruesa capa de materia pictórica, creando relieves y ritmos nuevos». Además, en las obras la pintora ha decidido incluir frases escritas, «fruto de unos poemas y textos escritos anteriormente».

En este sentido, Elena Ruiz Sastre, directora del MACE, aseguró ayer que María Catalán «es una artista que ha evolucionado desde unas constantes que tienen como referencia a las generaciones artísticas anteriores y que tienen un peso muy grande». Además, aseguró que sus obras «hay referencias de Eduard Micus, Erwin Bechtold o Pagliari, artistas que son para ella referencias inevitables del panorama cultural y artístico».

Sobre las obras que se pueden ver en Can Botino, Ruiz confirmó que Catalán «está trabajando actualmente con el blanco y el gris, prescindiendo de los colores, y utilizando los fondos texturados para provocar un vaciado que es fruto de una maduración de su discurso». Un proceso que la propia artista aseguró que «es fruto de dirigirse hacia la simplicidad dotando la obra de mayor expresividad».

Además, Ruiz, calificó las pinturas como «muy formalistas» y aseguró que «vienen acompañadas de formas con cajas que delimitan las zonas cromáticas excepto dos, que auguran una etapa en la que la autora trabaja el volumen».