Consuelo López cree que hay que apostar por el turismo en los meses fuera de verano. | Arguiñe Escandón

Consuelo López es secretaria de organización de Comisiones Obreras (CCOO) de Ibiza y Formentera. También una camarera de piso que ha trabajado en la isla y sabe de primera mano cómo está la situación laboral en las Pitiusas. Hablamos con ella para analizar cómo será la temporada que está a punto de empezar y que viene marcada por la precaridad laboral y la falta de trabajadores debido al alto precio de la vivienda.

¿Ha aumentado la precaridad laboral en las islas durante los últimos años?
—Si, por desgracia. Son múltiples factores los que han llevado a ello pero sobre todo ha influido la modernización de los hoteles, algo que aplaudimos desde CCOO. Pero el problema es que son avances de cara a los clientes. Es decir, hay muchos avances técnicos que no se están incorporando a los métodos de trabajo de la plantilla porque son costosos. Barandillas que antes se limpiaban facilmente con un trapo ahora son cristales, hay más mamparas...
Hablo sobre camareras de piso pero se puede aplicar a cualquier sector. Las cargas de trabajo aumentan tanto que acaba siendo casi explotación y eso provoca otros problemas. Hoy día se hacen camas que aprietas un botón y suben, se pueden ver en los hospitales, ¿por qué no se ponen en los hoteles? Porque son costosas. Para nosotras la salud también es muy costosa.

La carga de trabajo y las condiciones en las que algunos tienen que llevarlo a cabo está generando muchos problemas de salud. ¿Están haciendo algo las empresas en cuanto a prevención de riesgos laborales para evitarlo?
—Se va avanzando algo pero lo que vemos es que la prevención se queda en papel y esto no puede ser. Hay que hacer que la prevención sea efectiva. No puede ser que salgas un día de tu casa y no vuelvas nunca más porque a alguien se le ha ocurrido no poner medidas preventivas.
Te dicen que te pongas las gafas, los guantes…pero luego tienes que acabar unas listas de trabajo insoportables y hacer eso es perder el tiempo.

¿Cuáles son las denuncias más graves que habéis recibido?
—De lo más grave, el caso de un trabajador, inmigrante, que por reclamar sus derechos, porque no le pagaban las horas extra, lo echaron a la calle y como era el empresario el que le daba casa se quedó sin techo. Llegó aquí con el petate. En estos casos lo que hacemos es llamar a Servicios Sociales a ver dónde puede pasar esa persona varias noches...
También tuvimos a una camarera de pisos con una rotura del manguito rotador a la que le dieron el alta para trabajar sin estar recuperada. Hay trabajadores con lesiones graves a los que la inspección médica da altas. Quieren perseguir el fraude pero meten en el mismo saco a todos y es un porcentaje mínimo el que lo hace mal e intenta aprovecharse.

¿Cómo se prevé esta temporada?¿Será tan mala como se dice?
—No. Estos ultimos años han sido extraordinarios porque teníamos mercados competidores que tenían conflictos bélicos y los turistas en vez de ir ahí han venido a Ibiza. Era una cuota de turismo prestado. Ahora esos países han mejorado y el turista británico o alemán se vuelve a ir. Pero no va a ser una mala temporada. Tendremos algo menos de turismo, sí. Pero es que también en algún momento habrá que ver cuántos cabemos en la isla y decidir ampliar otros meses para que pueda venir gente. ¿O es que todo el mundo tiene que venir en julio y agosto? ¡Un día vamos a ser tantos que del peso se nos va a hundir la isla!
Es insoportable tanto para el turista que viene, porque no se le ofrece un buen servicio ni una buena calidad, como para los que vivimos aquí porque no puedes descansar ni disfrutar de una playa. Lo que habría que hacer es distribuirlos, que en Ibiza tenemos un buen clima casi todo el año y pueden venir turistas en otros meses.

¿Las empresas no se plantean acabar con la estacionalidad?
—Llevo aquí más de 30 años y desde entonces llevo escuchando la palabra desestacionalización, pero seguimos con lo mismo. Aquí debería haber voluntad política. Hay que presionar para que se hagan planes estratégicos y ver qué modelo productivo queremos porque el turismo de sol y playa ya sabemos que funciona pero ¿cuántos meses? ¿y el resto? Ya sabemos que hay empresarios que con eso les va bien y que sacan sufiente para mantenerse y vivir su vida, pero un trabajador no.
Habría que potenciar otro tipo de turismo, de deportes, música o convenciones. Tenemos unas posibilidades infinitas sin explotar y y recursos para poder trabajar los doce meses del año. Pero hay que querer. Trabajando seis meses no se puede vivir.

Pero quien trabaja en invierno asegura que ha sido flojo. Han venido menos turistas y se han gastado poco. ¿Qué valoración hace?
Que se debería apostar más por otro tipo de turismo. Por ejemplo, el Imserso. No puedes obligar a un empresario a abrir solo por esto porque dicen que es lo comido por lo servido. Desde que empezaron a venir a Ibiza abren 10 ó 12 hoteles pero si abrieran más repercutiría para mejor. Eso da trabajo. Se abrirían también los comercios de al lado, los bares... Además, si hay más visitantes tendrán que venir más policias, por ejemplo. Pero tenemos una visión de que aquí trabajamos seis meses y para qué vamos a molestarnos el resto el año. Hay que fomentar actividades que llenen la isla en los meses centrales y alargar la temporada porque la isla da recursos para todo el año. Hagaque los turistas la disfruten también en invierno.

Imagino que esto influye para que cada vez vengan menos trabajadores a hacer temporada...
—La gente hace sus cuentas y a muchos no les compensa. Estamos viendo como trabajadores con antigüedades considerables, cualificados y profesionales se están pidiendo excedencias porque el nivel de vida en Ibiza es tan caro -empezando por alquileres- que deciden quedarse en su casa, aunque no trabajen de los suyo, pero no pagan burradas por una vivienda y el nivel de vida no es tan costoso. Entonces sí, están dejando de venir. También hay algunos ibicencos que si no tienen vivienda y pagan alquiler se plantean marcharse de la isla.

Así que ¿el problema es el alquiler de vivienda turística ilegal ?
Hay que acabar con esto. Desde el Gobierno central, pasando por el Govern Balear, el ayuntamiento y los vecinos, todos nos tenemos que implicar para acabar con esta lacra de abusos y de turismo ilegal porque nos afecta a los trabajadores.
En un hotel, por ejemplo, el tema de las camareras de piso está más controlado. Pero en fincas de este tipo las mujeres están muy explotadas. Trabajan por zonas y cuando se van los clientes. A lo mejor no trabajan en varios días y luego un día tienen que estar 16 horas. El alquiler ilegal perjudica a los hoteles porque les hacen competencia, perjudica a los residentes, que tienen que aguantar a jóvenes que entran y salen borrachos y a las trabajadores.

Desde la administración local se ha empezado a perseguir este tipo de alquileres ¿se está haciendo suficiente?
—Hay que facilitar las denuncias y poner más inspectores de turismo. Las denuncias como vecinos son complicadas y los inspectores...¿Si no hay gatos quién va a cazar ratones? Así surgen las plagas, que es lo que está pasando.

¿Qué se debería hacer?
—Hay que poner un tope a lo del libre mercado. Quiero decir, está claro que yo con mi casa hago lo que quiero. Pues debería ser hasta cierto punto. Si usted hace con su casa lo que le da la gana pero está provocando un mal social usted no puede hacer lo que quiera. Hay que cortar. Hay que poner un tope. Las administraciones deberían decir «usted que tiene una vivienda de 80 metros con un baño y una habitación en esta zona cuesta tanto» y no puede ser el doble o el triple como está pasando y quien lo haga que se enfrente a la ley. Porque el problema es que la mayoría de personas que tienen un piso piensa en sacar todo lo que puedan en tres meses.
Como esto no se regule dejaremos de recibir trabajadores, que ya está pasando.

¿Y que los empresarios vuelvan a ofrecer alojamiento a sus trabajadores?
—Se ha empezado a hacer. Algunos están alquilando bloques de apartamentos para sus trabajadores y hay hoteles que han recuperado las zonas para empleados que se habian convertido en almacen...Pero vamos lentos.

Y a vosotros ¿hay quien también os pide ayuda por el tema de alojamiento?
—Si, pero poco podemos hacer. Hay mucha vivienda cerrada pero no de alquiler residencial.

¿Todo esto que conlleva?
—El efecto a medio largo plazo es que si Ibiza se queda sin trabajadores suficentes con la cantidad de hoteles cinco estrellas y el enfoque al turismo de lujo que se está dando, no sabemos quien va a atender a esos clientes. Son turistas que pagan mucho y esperan calidad que solo pueden dar profesionales cualificados. Ibiza es una marca mundial. ¿Vamos a estropearla?
Otro problema también es que todo ese trabajo que van a dejar de hacer esos trabajadores que no vienen por la vivienda quien lo va a hacer es quien está trabajando ya y supone más carga, horas extras, dejar de librar... Parece que como se trabaja solo seis meses todo vale.