El acusado fue sorprendido con una riñonera que contenía las dosis de droga | Toni Escobar

Tres años y nueve meses de prisión y una multa de 1.000 euros. Es la pena a la que se enfrenta un joven de 31 años que ayer fue juzgado en la sección segunda de la Audiencia Provincial acusado de un delito contra la salud pública. El juicio quedó visto para sentencia.

El joven rechazó los cargos y argumentó que en el momento de los hechos, el 17 de mayo de 2017, se encontraba de vacaciones en Sant Antoni y se había «drogado mucho» pero, alegó que no estaba vendiendo drogas porque «nunca lo he hecho», apostilló.

Según el escrito de acusación, la Policía Local lo sorprendió cuando estaba vendiendo sustancias estupefacientes en la calle Romaní. En el momento de la detención le intervinieron 4 bolsitas que contenían 6,6 gramos de MDMA y 35 comprimidos de la misma sustancia.

El acusado argumentó ante el tribunal que lo que estaba haciendo era ayudar a una amiga que se encontraba mal, dándole otro tipo de droga (cocaína) para «compensar» los efectos de la que había ingerido anteriormente, ya que llevaban de marcha desde hacía varias horas. «Ella me dio la bolsa y yo se la serví» apuntó.

Relató que cuando fue requerido por dos policías locales, puso todo de su parte y se puso violento cuando le intentaron detener por poseer una riñonera con varias dosis de MDMA. «Estaba súper drogado. Me volví loco y empecé a hacer aspavientos y me acabaron empotrando contra una valla y me tiraron al suelo», añadió.

Los agentes que intervinieron en la detención aseguraron que el joven llevaba la riñonera con las sustancias estupefacientes en la mano. Asimismo, negaron que vieran a nadie acercarse con dicha riñonera para dársela.

Durante la vista también declaró una joven como testigo que explicó que se encontraba con el procesado en el momento de los hechos. «Cuando le acusaron de que (la riñonera) era suya reaccionó mal porque estaba bajo los efectos de las drogas», aseguró. Asimismo, ha señalado que ella consumió una «raya de coca» y que el acusado no le ayudó a tomársela. Ha explicado también que la llevaba en el bolso y que él no se la vendió.