El acusado negó las acusaciones ante el tribunal de la Audiencia Provincial | Alejandro Sepúlveda

El tribunal de la sección primera de la Audiencia Provincial dejó ayer visto para sentencia el juicio contra un hombre que se enfrenta a una petición fiscal de 12 años de prisión por los delitos de tráfico de drogas y resistencia y atentado contra la autoridad. El acusado, de origen senegalés, rechazó cualquier acuerdo de conformidad y negó las acusaciones. Recalcó que las drogas que llevaba «eran para consumo propio» y que depuso la actitud violenta cuando los «hombres que se abalanzaron sobre mi se identificaron como policías».

Los hechos juzgados ocurrieron en agosto de 2018. Según el relato de los hechos, el encausado mordisqueó y golpeó a los agentes que le habían interceptado ofreciendo toda clase de sustancias estupefacientes en el Passeig de ses Fonts de Sant Antoni.

El acusado declaró ante el tribunal que el día de autos estaba paseando solo de madrugada cuando fue agarrado por la espalda y que, al verse sorprendido, forcejeó y pegó un mordisco a uno de sus atacantes. Relató que hasta que lo tiraron al suelo y le dijeron que estaba siendo requerido por la Policía Local no supo quién le había agredido. Añadió que después colaboró con los agentes y que estos se podían haber equivocado de persona, ya que la calle estaba llena de gente.

En el cacheo los agentes le intervinieron distintas cantidades de cannabis, ketamina, éxtasis y 116 ampollas metálicas con óxido nitroso, así como varias decenas de globos de colores y dos dispensadores para la distribución del gas de la risa.

«Violencia extrema»

Por su parte, los agentes de la Policía Local de Sant Antoni indicaron que aunque iban de paisano no le sorprendieron por la espalda sino que se identificaron de frente, tanto en castellano como en inglés.

Debido a la actitud violenta del sospechoso, los policías tuvieron que pedir refuerzos. Los agentes indicaron que el acusado mordió a uno de ellos y a otro le arrancó la camiseta y la placa, hiriéndole en la cara. Según remarcaron ante el tribunal, el acusado empleó una «violencia extrema». De hecho, uno de los agentes aseguró que hasta la fecha «no se habían topado con una persona tan violenta».

La Fiscalía le imputa un delito de atentado a agentes de la autoridad y dos contra la salud pública. Para fundamentar su acusación, entre otros motivos, sostiene que se trata de un «delincuente reincidente» que ya había sido condenado por hechos similares, así como que, tras los análisis forenses, no se hallaron sustancias estupefacientes en su cuerpo.

La defensa del acusado solicitó la absolución pues los hechos «no han quedado acreditados» y existen «dudas razonables» de que se cometieran los delitos que se le «pretenden imputar».