Maxo Benalal (Cs).

El candidato de Ciudadanos al Parlament tiene que claro que debe haber una comunicación fluida entre Palma e Ibiza y que las políticas de vivienda deben ser transparentes para los ciudadanos.

En su presentación como candidato comentó que «por una vez, un parlamentario no se olvide de dónde viene y quién le votó», ¿a qué se refiere con esto?

—Lo que a mí me ha chocado siempre y me molesta mucho aquí en Ibiza es que cuando tú preguntas a alguien sobre parlamentarios que se han mandado de Ibiza a Palma, la gente no es capaz de decirte ni uno. Cuando preguntas sobre medidas que han tomado en el Parlament por iniciativa de algún parlamentario ibicenco, tampoco hay respuesta. Lo que yo quiero es estar en Palma pero seguir con teniendo proximidad con la gente de Ibiza, tener contacto diario o semanal con todos los cargos que tengamos en Ibiza, saber cuál es la problemática que tenemos en la isla y trasladarla a Palma. Este nivel de política es como el amor, si quieres dar pasos adelante tienes que acercarte.

Una de las reivindicaciones en las instituciones ibicencas es que se gestionen las insfraestructuras hídricas en la isla, ¿cree que debe ser así?

—He estudiado mucho el tema porque estoy conectado con varias asociaciones que centradas en la gestión del agua y sé que la gente pregunta por este tema. Lo que no es posible es traspasar competencias porque eso supondría en realidad crear cuatro cuencas, una en cada isla. Mi idea es trabajar la cercanía, es decir, si en el Parlament tenemos mayoría para hacerlo impulsar la apertura de la oficina del agua en Ibiza. Que sea dependiente del Govern, eso da igual, pero que se gestione el agua de la cuenca ibicenca desde Ibiza con personal de Ibiza y que pueda tener esa cercanía con la problemática del día a día. Lo que necesitamos precisamente es tener gente que se pueda ocupar de los problemas desde Ibiza y para Ibiza. Que no tengamos esa distancia que provoca que trate los problemas gente no conoce, no lo entiende o no hace caso con suficiente presteza.

Otro problema que preocupa mucho en la isla es la vivienda. ¿Qué se puede hacer desde el Parlament para afrontar este problema?

—El PSOE en los últimos cuatro años prometió crear vivienda social durante la legislatura. Finalmente, lo único que hicieron fueron, creo que 64 viviendas. A Ibiza vino Armengol hace un mes a hacerse una fotografía al lado de un solar y prometer que iba a construir el Empire State Building. Aquí el Consell dice que tenemos más de 1.000 personas censadas a la espera de vivienda de protección oficial. Cuando yo oí esto, hice una pregunta en el Parlament balear para que el Ibavi diera la lista de todas las peticiones de vivienda oficial que hay en Baleares. El Ibavi responde al Parlament con la lista y en esa lista figuran 0 viviendas en Ibiza. Aquí tenemos un problema de base y es que no sabemos cómo está gestionando o no gestionando este problema el Consell. Es algo que hay que hacer, hay que gestionar solares. Pero lo que no puedes hacer es prometer una cosa durante cuatro años y a dos meses de las elecciones hacerte la foto dentro de un solar y decir que vas a construir un edificio con mil viviendas. El problema de la transparencia en materia de vivienda es muy importante.

¿Seguirá siendo la política lingüística una de las puntas de lanza de Ciudadanos?

—Sí. No podemos permitir que en Ibiza, si tú quieres darle una educación en castellano a tus hijos tengas que pagarte el Mestral. Aquí todos los colegios públicos tienen una política catalanista. En parte, la culpa de esto también la tiene el Govern porque la inspección no funciona. La inspección tiene una misión que es ideológica. A la inspección educativa le da absolutamente igual los problemas que tengamos. Hay que quitar la idea de inmersión lingüística. Hay que enseñar catalán y cuando digo catalán hablo también de las lenguas autóctonas que tenemos en Ibiza. Pero el que quiera poder educar a sus hijos en castellano tiene que poder mandarlos al colegio para que aprendan en castellano. Ese control tiene que hacerlo la inspección, así que esa inspección tiene que realmente controlar y aplicar las leyes. Luego tenemos también el problema indirecto de Can Misses, donde faltan médicos, falta personal, porque se obliga a tener un nivel de catalán que en realidad no tiene por qué tener ninguna importancia. Cuando una persona va al hospital quiere que resuelvan su problema, no que lo resuelvan en catalán. Así que esos dos van a ser, como ya lo han sido, uno de los principales puntos que afrontemos.