Miguel Lázaro, el miércoles pasado, poco antes de la asamblea del sindicato. | DANIEL ESPINOSA

Miguel Lázaro, el psiquiatra más veterano del Servei de Salut balear, preside el Sindicato Médico de Balears desde hace seis años. Esta semana se desplazó a Ibiza para reunirse con los médicos de los centros de salud de Es Viver y Sant Antoni y en Can Misses celebró una asamblea informativa el miércoles para dar a conocer las logros conseguidos y los objetivos que se han marcado a corto y largo plazo.

—¿Cómo está el colectivo médico?
—Somos una comunidad importadora de médicos en el que hay un gran déficit. Hay más de 25.000 médicos españoles formados que están fuera y eso sería un tema de alarma social en cualquier sitio serio. Exportamos muy buenos médicos que se rifan los grandes países donde hay una incentivación y un reconocimiento que no tienen aquí e importamos médicos, menos mal que vienen; con una formación que no se puede equiparar a la nuestra. En ese marco general hay uno nacional en el que competimos con otras comunidades para atraer médico y somos importadores. Estamos los terceros por la cola en la ratio por especialistas por 100.000 habitantes.

—¿Cuál es la situación en Ibiza en ese contexto?
—El contexto más deficitario es en Ibiza, Formentera, Menorca y después de Mallorca. Hay un gran problema para captar y fidelizar los médicos, retenerlos. Los médicos vienen y se van. Necesitamos importarlos. De la Facultad de Medicina no saldrán médicos hasta dentro de siete años y algunos se irán. Algo tenemos que hacer y es una responsabilidad de la administración. Simebal coopera dando estrategias para fidelizar a los médicos. Estos cuatro años ha habido paz social y sólo nos enfrentamos al Govern cuando quisieron quitar la carrera profesional, que es algo clave en el ADN del médico, que te va evaluando a lo largo de tu profesión, es una manera de reciclarse y cuantificar la excelencia del médico. Somos la segunda mejor comunidad respecto a la carrera profesional de los médicos.

—¿Que objetivos se han marcado?
—Nuestra mayor potencia sindical va a ser en el ámbito de la Atención Primaria, es el GPS de la sanidad y está en la UCI en Ibiza, si lo comparamos con Mallorca. Nos faltan médicos sustitutos, no hay refuerzos en verano. Vienen muchos desplazados y turistas que van a los centros de salud. En Sant Antoni están en 1.950 tarjetas sanitarias y la media de España es de 1.350. Son 600 más que están mal pagadas. Hay trabajos de más que hacen en Primaria que no se cobran y funciona gracias a la vocación y al esfuerzo de los médicos. Es una sobrecarga que ya tienen y ahora suman los desplazados. Planteamos que el 30% del presupuesto sea para Primaria. Hay hospitales que están muy desarrollados en las Islas pero necesitamos que haya recursos para Primaria, es fundamental. Hay burn out en los profesionales y lista de espera de siete a 14 días. Además, el médico tiene que atender domicilios y desplazados, es una sobrecarga muy importante. El principal perjudicado es el paciente porque cuánto tiempo puede dedicarle a cada uno si atiende a 50.

—¿Esa situación se vive en los centros de salud que ha visitado?
—La queja en Ibiza es la misma en los centros de salud: la sobrecarga, la falta de sustitutos y refuerzos. Cuando se abrieron los centros de salud por las tardes faltaban médicos y propusimos una especie de peonada en la atención primaria; el sueldo es la mitad que la hospitalaria y no estuvimos de acuerdo pero es el pacto que llegamos. Ahora hay una semipeonada, dos horas por la tarde sin hacer domicilios y urgencias, que ves a unos 15 pacientes y te pagan 120 euros. Es voluntario. Queremos que se reconozca al médico de primaria, que lo que haga de más se cuantifique.

—¿Cuantos médicos calcula que hace falta en Primaria?
—En Mallorca unos 250 médicos y en Ibiza, unos 60.

—Eso sin contar otras especialidades.
—Hay especialidades que son difíciles no tanto sólo de captar sino de retener. Nuestra misión es esa y para ello hay que establecer estrategias de incentivación. Un médico que viene a Ibiza en verano se gasta un 35% o 40% de su sueldo en pagar una vivienda. La residencia de Can Misses es un parche mal puesto como la idea de ocupar unas casas del ayuntamiento en un barrio al que no quieren ir a las policías y va a ir un médico de familia. Son ideas de bombero. Lo que hay que hacer es conseguir como las islas menores de Canarias que nos equiparen con ellas en indemnización de residencia. Planteamos un parque social de 400 viviendas. Si un medico tiene que venir a Ibiza le tiene que resultar rentable. Sabemos cómo se puede financiar. La deuda sanitaria histórica que padece Balears es de 2,800 millones de euros, ese dinero hay que pedirlo en la REB y lo que tienen que hacer ahora es que lo exijan. Queremos también que en la ecotasa haya una parte de ecotasa sanitaria. Los turistas que vienen consumen sanidad. Con ese dinero de la ecotasa se incentive el médico, para que vengan hay que darle más dinero y ya verán cómo no hacen falta profesionales.

—¿Cuál va a ser el reto que le plantea al Govern en esta segunda legislatura de Francina Armengol?
—El objetivo fundamental va a ser rescatar la Primaria. Conseguimos que se adecue el precio de la hora de la guardia que llevaba once años congelado, somos los segundos mejor de España, y las peonadas de Primaria. Queremos la indemnización de residencia, que el precio de la hora de la guardia se vaya adaptando para el 2020-21, que a los médicos de SUAP y de Urgencias se le reconozca la nocturnidad y festividad, porque ellos no hacen guardias; y que se reconozca el pago de desplazados. Lo que no puede ser es que el médico haga actividad asistencial y no sea retribuido. En el fondo no es un problema económico, sino de darle valor al médico, de reconocer su trabajo. La solución es que quieran venir médicos y cómo los captas, como en Inglaterra, ofertando el doble o triple de lo que cobran los españoles. Todo el mundo habla de lo buena que es la sanidad española pero el reconocimiento de la administración es mejorable. Yo utilizo una metáfora, la administración es como el dios Cronos que devora a sus hijos.

—También plantean una jubilación flexible por la falta de especialistas.
—Antes se jubilaban los médicos a los 65 años. Fíjese cómo son los políticos, no tenemos facultativos y descapitalizan el sistema. Lo llevamos al Supremo, ganamos y eso nos permite trabajar hasta los 67 años. En Andalucía es hasta los 70. Los especialistas se están jubilando y captarlos es muy complicado. Los ciudadanos de Ibiza no son de segunda, sino de primera y pagan sus impuestos. Quien complica a Ibiza no es Madrid, es Mallorca. La exigencia del ibicenco ha de ser que es un ciudadano balear de primera, igual que el que vive en Palma y tienen la obligación de proveer de médicos que le atiendan igual que en Mallorca. La Administración tiene la obligación de captar y fidelizar a profesionales, les hemos dado muchas ideas para que funcione. Al fin y al cabo, el problema le afecta al ciudadano. De hecho, mucha violencia sanitaria tiene que ver con un sistema que enfrenta al paciente y al médico. Balears necesita, además, más que nunca una red sociosanitaria, es una asignatura pendiente. Salud Mental ha hecho un plan muy bueno aunque sin presupuesto y en Ibiza faltan psiquiatras. Los especialistas hacen virguerías con muy pocos recursos. Los psiquiatras no utilizamos ordenadores ni grandes aparatos, sino la tecnología humana, la relación entre médico y paciente. Faltan especialistas, primero hay que ver cuántos hay y cuántos se van a jubilar. Si el médico quiere y está bien, pues a los 70 años. Tiene que haber una flexibilidad en las jubilaciones.

—Antes mencionaba que faltaban 60 médicos en Primaria. ¿Cuántos se necesitan en Can Misses?
—Las más deficitarias son Radiología, Psiquiatría, Digestivo, Otorrino está bajo mínimos, Urgencias, la pediatría en primaria que llevan médicos de familia y en Cardiología cuesta mucho contratar. Es muy complicado conseguir que vengan y cuando lo hagan que no se vayan. Hay doble insularidad. No se acaban de cubrir las plazas estructurales y en las que se han cubierto estamos cortos por la ratio que tenemos.

—¿Qué porcentaje de especialistas se van?
—Hay mucha rotación de especialistas. Pasa en Mallorca, en el hospital de referencia. Aquí si vas al límite con los especialistas y encima alguien se va. Cubrir plazas en Ibiza es más complicado que en Mallorca. De entrada tendriamos que tener la indemnización por residencia canaria pero realmente tendríamos que equipararnos con Ceuta y Melilla, que les dan 860 euros porque no había especialistas. Se nos tiene que meter en la cabeza que médicos hay los que hay y eligen.

—Además de la vivienda, ¿ha influido la exigencia del catalán?
—Defendemos desde el 2000 que sea un mérito. En el contexto actual exigir un idioma es disuasorio porque mucha gente lo pregunta antes de venir. Hemos pagado el precio pero nuestra postura es que en esta situación en el que faltan especialistas no se puede pedir el catalán. Es una decisión política, Més le obligó al PSOE a ponerlo, eso es politizar la sanidad. Estamos a favor de las clases de catalán y que se fomente el aprendizaje, por supuesto. No es un problema de lengua, sino que faltan médicos y si queremos captarlos y retenerlos elementos de este tipo va a interferir, Esta decisión es la única en España, ni en Euskadi, ni en Galicia y ni en Catalunya, por ahora, se han adoptado medidas similares.

—¿Qué precio han pagado?
—Los partidos políticos utilizan el chivo expiatorio y nos han acusado de ser un sindicato de derechas, que no respetamos los derechos de los ciudadanos que hablan catalán; eso es absurdo. Soy psiquiatra, de Teruel, y mis pacientes me hablan mallorquín, lo entiendo perfectamente. Ese problema no existe. De las ocho mil quejas, cuatro son por el idioma. Es un problema político que lo trasladan a la sanidad. Con nuestra actitud firme conseguimos una moratoria de dos años. Tememos que con el nuevo Pacte y la oficina lingüística se puedan endurecer las condiciones. El PSOE debería plantearse que no hay que endurecer más este requisito. La carrera profesional no tiene nada que ver con el idioma. De hecho, al primer médico que le denieguen la carrera profesional por este tema lo llevaremos al juzgado.

—¿Han contribuido las oposiciones a mejorar la falta de especialistas?
—De entrada ayudan las oposiciones pero estamos muy descontentos. Faltan pediatras en Primaria y el examen que hicieron suspendieron cinco profesionales algunos llevaban más de diez años trabajando. En Primaria se presentaron 400 y había 190 plazas, aprobaron 117; eso es para hacérselo mirar. Hay médicos que se han ido. No puedes examinar a la Primaria como si fuera un MIR. Esperamos que con la nueva OPE de Primaria impere la racionalidad como ha pasado en otros sitios, porque faltan médicos. Queremos OPES cada dos años y que el personal eventual se interinice de forma automática al año.