El viernes 14 de junio, dirigentes de PP y Cs anunciaron un acuerdo programático para gobernar en el Consell d'Eivissa | MARCELO SASTRE

Han transcurrido 16 días desde que PP y Cs convocaran a los medios de comunicación en el Centro Cultural de Jesús para informar de que se había llegado a un acuerdo programático que permitiría gobernar conjuntamente en el Consell d’Eivissa. Vicent Marí, José Vicente Marí, José Luis Rodríguez y Javier Torres se pusieron delante de cámaras y micrófonos para explicar los términos de un acuerdo que dada la afinidad ideológica evidente, parecía más que previsible desde la misma noche electoral.

Pese a ello, las dificultades habrían de llegar cuando se abordase el reparto de áreas y departamentos a gestionar en la institución insular y también los cargos públicos que a cada cual correspondería nombrar. Comenzaron entonces las reuniones de Cs con el PSOE, un flirteo poco comprensible y peor explicado, al que los socialistas tampoco se prestaron con demasiado entusiasmo, pues parecían tener claro que Cs no tenía un interés sincero por pactar con la izquierda un gobierno que, además, dejaría fuera a Unidas Podemos pero, a la vez, requeriría de su apoyo desde fuera del ejecutivo insular. Una carambola casi imposible, por más que hubo quien la dio por casi hecha.

Dado que el viernes próximo se celebrará la toma de posesión de la nueva corporación del Consell d’Eivissa, el tiempo de marear la perdiz estaba llegando a su fin. Y así, el pasado viernes se cerró un acuerdo que, a falta de ratificar por la superioridad mallorquina, establece que Vicent Marí (PP) será presidente del Consell y Javier Torres (Ciudadanos) será vicepresidente segundo. El conseller no electo será para el PP y Cs nombrará tres directores insulares. Un reparto más que razonable y justo, teniendo en cuenta en resultado de las elecciones.

Pacto imposible. Aunque la FSE-PSOE hubiese prometido el oro y el moro a Cs, es difícil creer que Viviana de Sans hubiese admitido ser relegada fuera del equipo de gobierno pero facilitando apoyo externo a un eventual pacto PSOE-Cs. Una unión así no podría nunca, dadas las circunstancias, contar con el apoyo de la formación morada. Hubo quien pretendió hacer ver que tal cosa estaba prácticamente hecha y que contaba con la anuencia de todos los implicados. No era verdad porque, por más que se diga, en política no todo es posible. O no al menos sin un menoscabo enorme.

Unidas Podemos no es Guanyem. Como se pudo ver en el primer pleno ordinario del segundo mandato del alcalde Rafa Ruiz en el Ajuntament d’Eivissa, ni Unidas Podemos es Guanyem, ni Aitor Morrás es Joan Ribas. En la pasada legislatura hubo muchos momentos en que PSOE y Guanyem parecieron ser una misma formación política; distintos partidos en perfecta comunión.

A tenor de lo ocurrido en el pleno consistorial celebrado el jueves pasado, donde los concejales de Podemos se desmarcaron de sus socios del PSOE —y no solo votaron en contra de subirse el sueldo un 10%, sino que anunciaron que rechazan dicho incremento de las retribuciones porque lo que cobran, en palabras de Morrás, «ya es suficiente»— el Grupo Socialista en Vila habrá de asumir que su coalición de gobierno es sensiblemente diferente a la que forjó la legislatura anterior.

Los regidores de Podemos no tendrán reparos en marcar distancias públicamente con sus socios, lo que exigirá mucha mano izquierda y sobre todo, paciencia.

Feliz domingo.