Dorvs enseña a sus alumnos como funciona un circuito eléctrico antes de pasar a la parte práctica. | DANIEL ESPINOSA

La canícula se sufre con intensidad sobre las terrazas de cultivo que rodean la Casita Verde. Bajo un techado de madera y cañas, Dorvs, enseña a sus seis alumnos, todos extranjeros, cómo funciona un circuito eléctrico sobre una pizarra. Más adelante pondrán en práctica lo aprendido con la instalación de dos placas fotovoltaicas. Con la ayuda de los alumnos orientará las placas, las conectará a una batería y harán la instalación eléctrica de una pequeña cabaña de madera. Con el sol que hace la instalación podrá funcionar a su máximo rendimiento.

El taller forma parte del curso de dos semanas de ‘Vida sostenible’ que se imparte en este espacio.

Entre los alumnos estaban las francesas Romaine y Steffie. Las dos acabaron un máster de Comunicación y Sostenibilidad este curso y hacen sus prácticas en este complejo de educación y ocio sostenible. «Cada día tenemos un taller diferente y aprendemos algo nuevo para tener una vida sostenible».

Cada vez más conciencia
El promotor y director de la Casita Verde, Christopher Dews, ve entre la población ibicenca cada vez más interés por la energía fotovoltaica y el autoconsumo. «Han bajado los precios de las placas y los sistemas de almacenamiento de energía. Además se ve también un aumento del interés por luchar contra el cambio climático».

Desde que adquirió la casa en 1991, Christopher apostó por no conectarse a la red eléctrica y funcionar únicamente con energías limpias. Más adelante lo convertiría en parte de la filosofía de este centro educativo y de ocio que promueve la sostenibilidad y el respeto con el medio ambiente. Hoy día la Casita Verde cuenta con 10 kilovatios de potencia para abastecer todo el complejo.

Ahora ofrece periódicamente estos cursos para que cualquiera ponga en marcha su propia instalación fotovoltaica. Una actuación que además garantiza «ser autosuficiente y poder enterarse de un corte de energía por los periódicos».

Impulso de las instituciones
Desde el punto de vista de Dews, el impulso que ha dado el Govern balear a través de la Ley de cambio climático y transición energética de Balears es un factor fundamental para que las islas desarrollen el uso de energías limpias. «Es una ley muy optimista y fuerte para convertir las islas en autosuficientes, eso es fabuloso, es un primer paso para una isla sin polución».

Entre las medidas que ha promovido el Govern están las ayudas a las instalaciones fotovoltaicas de autoconsumo para particulares y empresas, que cubren hasta el 50% del precio de la instalación. Unas subvenciones que este año solicitaron solo 78 personas en Ibiza por las 246 solicitudes en Menorca o las 706 de Mallorca. «Desde luego se puede hacer más publicidad, pero la gente que quiere saber de ellas se entera. Tu puedes enseñarle a un caballo donde está el agua, pero no puedes forzarle a beber», valora Dews respecto a estos datos.

Parques fotovoltaicos
En materia de energía solar, el Govern informó ayer de que un total de 56 proyectos se han presentando a la convocatoria de ayudas del Instituto para la Diversificación y el Ahorro de la Energía para la instalación de parques fotovoltaicos en Baleares.

El vicepresidente del Govern Juan Pedro Yllanes, explicó que las solicitudes presentadas suman 41 millones de euros y 335 megavatios, lo que supone mayor potencia y un millón de euros más que la dotación prevista en la convocatoria, que es de 40 millones de euros y 240 megavatios.

Estas ayudas servirán para financiar los dos primeros parques fotovoltaicos en la isla de Ibiza que deberán estar concluidos antes de 2022.