Félix Sánchez, Christian Fontán y Giulio ‘Fight’ Magnasco posan juntos. | DANIEL ESPINOSA

Giulio Fight Magnasco, David Santacruz, Félix Sánchez, Christian Fontán y Alejandro Pla, acompañados por la mallorquina Dalila Llanos y los navarros Cristina Arizkuren y Alberto Urtasun, realizaron la ascensión a la cumbre más alta de Europa, el Elbrus (5.642 metros). La ascensión de esta montaña se realizó por su cara sur, situada en la cordillera del Caucaso frontera entre Rusia y Georgia.

Félix Sánchez, el pionero de este mundillo en la isla, reconoció que el grupo sintió «bastante emoción» cuando llegó a la cima. «Cuando llegas arriba, te dan ganas de dar abrazos y brincos aunque vayas hecho polvo», indicó.
El del Club Eivissenc de Muntanya destacó que el trabajo que hay que realizar para realizar este tipo de actividades es, sobre todo, físico: «Tiene también una parte genética muchas veces, pero es físico. Lo más duro es la aclimatación. Hay que ir poco a poco».
En este sentido, destacó que pasaron tres días de adaptación antes de comenzar su aventura. «Entre llegar y volver a España, tardamos diez días. Hay que hacer una aclimatación. Llegamos a un pueblecito e hicimos varias rutas para ir aclimatándonos. Luego, nos trasladamos al campo base y nos situamos en unos refugios. Hicimos ahí la aclimatación en altura y estuvimos tres días. El cuarto ya intentamos la cumbre desde abajo», explicó.

Afortunadamente, no tuvieron que vivir ningún contratiempo: «Pillamos unas condiciones de tiempo fenomenales. Allí suelen ser duras, con mucho frío. No eran menos 20 o menos 30 grados, sino menos 10, que es una temperatura bastante asequible».
Ahora, estos aventureros planearán con tiempo llevar a cabo algún nuevo reto, pero no será fácil, sobre todo por el coste económico. «La idea es hacer cada año un monte e ir subiendo la dificultad, pero todo va a depender de la economía. Cada vez va siendo más caro. Nos ha costado 2.000 euros por persona, pero un 6.000 o un 7.000 requiere más tiempo y, por tanto, dinero», dijo Sánchez, quien, con todo, no ocultó que sería bonito «hacer las siete cumbres».