Eloy pasa estos días ayudando en el negocio familiar durante sus vacaciones antes de empezar a trabajar.

Licenciarse en Física en Oxford es complicado, aunque más complicado es hacerlo con matrícula de honor. Este es el viaje de Eloy Torres, un chico de Portinatx que decidió apuntar alto y que de momento sigue una trayectoria ascendente. Obtuvo la octava mejor nota de su promoción y ahora se prepara para lanzarse al mundo laboral con una buena carta de presentación.

Eloy estudió en la escuela internacional Morna de Ibiza. Su tía, que trabajaba allí, animó a los padres de Eloy a que estudiase en inglés. «En Portinatx si no sabes bien inglés no puedes hacer nada», reconoce él.

Tras acabar la secundaria, con 16 años decidió hablar con el director. Quería hacer el bachillerato en inglés. La mejor opción era hacerlo en Inglaterra, le propuso, y ni corto ni perezoso se fue para allá. A Culford, una escuela privada deportiva a la que fue para jugar a tenis.

Empezar en un país extranjero sin conocer a nadie reconoce que fue complicado, pero indica que en la escuela había un ambiente internacional con muchos alumnos que empezaban como él. Otro tema fue el clima. «Yo no tenía ropa para tanta lluvia y tanto frío. Tuve que comprarme ropa nueva. Pero aunque siempre llueve te acostumbras, como a todo».

La decisión de estudiar Física fue más fácil para él de lo que podría ser para un estudiante español. «En Inglaterra cuando haces bachillerato solo haces tres asignaturas. Yo hice matemáticas, matemáticas avanzadas y física. A los 16 ya decides 3 o 4 asignaturas, así que aunque no tengas decidida una carrera te van orientando».

De Cambridge a Oxford
Eloy quería estudiar ingeniería en Cambridge, pero no le aceptaron. Se tomó un año sabático en el que estuvo trabajando en Inglaterra. En ese año decidió que la física era otra alternativa interesante. «Simplemente me interesaba, tampoco lo pensé demasiado». En el sistema británico eliges cinco universidades a las que quieres ir. La elección se hace casi un año antes. Presentas tu currículum, tus notas, un escrito de motivación y cartas de recomendación de los profesores.

Eloy puso entre las opciones Oxford, sin excesiva confianza. De hecho la nota le daba para ir a otra universidad del norte de Inglaterra con la que ya había hablado y que ya le había aceptado el año anterior. Pero a Oxford se interesó por su perfil. Pero eso no era suficiente. También había que pasar un examen de acceso y pasar una entrevista. «No esperaba que me seleccionaran. La universidad a la que quería ir ya me había dicho que sí. Pero cuando aprobé el examen de Oxford y pasé la entrevista decidí intentarlo aunque fuera más difícil».

Trayectoria ascendente
El primer año en Oxford confiesa que fue muy complicado. La universidad hace una criba con los recién llegados. Hay que aprobarlo todo. «El sistema es muy diferente al del instituto. Tienes dos clases a la semana de una hora. El profesor te da materiales y tienes que ir con la lección aprendida para poder entender lo que se dirá ese día». Es un sistema muy autónomo que requiere una actitud de estudio que no todo el mundo tiene. «A mi mejor amigo el primer año le echaron», recuerda.

Su trayectoria en la universidad fue ascendente. Indica que entre los alumnos hay de todo. Gente de familias muy ricas y estudiantes de ambientes más normales que suelen ser los que más se esfuerzan.

El último año era una clase particular a la semana con un profesor. «Eran unas 40 o 50 horas semanales de estudio. Simplemente te decían que respondieras a una pregunta y te daban materiales para que buscaras».

Obtener un título de Oxford ya tiene su valor, pero Eloy explica que no lo es todo. «Hay muchos alumnos que piensan que con sacarse el título de Oxford ya se los van a rifar. Aprobar es difícil, pero más difícil es conseguir un sobresaliente. Eso las empresas lo saben y prefieren a un estudiante que ha conseguido un sobresaliente en otra universidad que un aprobado en Oxford».

Con empeño todo se consigue
Ahora en verano empezará a buscar trabajo. Seguramente, dice, en Reino Unido, aunque no sabe en qué campo. Se le da bien el análisis de datos, así que valora entrar en algún banco o alguna empresa de finanzas. Las matemáticas avanzadas que se estudian en Física, dice que están muy bien valoradas en el mundo empresarial. Pero es un tema que se toma con tranquilidad.

De momento sustituye a su primo unos días poniendo hamacas en la playa para el hostal de su familia. El resto del verano lo pasará de vacaciones por primera vez desde hace años.
A aquellos que se plantean estudiar en el extranjero les anima a intentarlo. «Hay mucha gente que lo piensa y luego le entran miedos. Si no lo intentas no lo conseguirás». Luego en el caso de Reino Unido explica que existe el UCAS, un servicio que pone en contacto a los estudiantes con las universidades. Es un procedimiento que desde España puede parecer complejo, pero hay empresas en Inglaterra que gestionan la convalidación de las notas al sistema inglés. «Si de verdad te interesa, merece la pena».