El fuego tomó gran fuerza alimentándose con el material inflamable que había almacenado en el interior de un solar. | PERIÓDICO DE IBIZA Y FORMENTERA

«La sensación era de pánico porque las llamas sobresalían por encima de un bloque de tres alturas y tampoco sabíamos por dónde podía avanzar el fuego con el viento que soplaba. Hemos vivido momentos de muchos nervios». Son palabras de uno de los vecinos de Cala de Bou, la zona de Sant Josep que ayer revivió una nueva pesadilla en forma de grandes lenguas de fuego.

La alerta saltó minutos antes de las 15.30 horas cuando las primeras llamas cogían fuerza y avanzaban por el interior de un solar enclavado junto a la avenida de Sant Agustí a la altura de la calle Granada, un punto próximo a los apartamentos Monterrey.

El material almacenado y prendido originaba una gran y densa columna de humo que se extendía por la bahía de Portmany, alertando a los vecinos de una zona castigada en los últimos años por numerosos incendios. En la mente de muchos vecinos la sospecha de que el incendio hubiese sido intencionado.

Hasta el escenario del fuego se movilizaba de urgencia un gran dispositivo en el que participaron en torno a medio centenar de efectivos. El parque de bomberos desplazó a once efectivos con cuatro vehículos.

Por su parte, el Ibanat activó a un total de 26 brigadistas con dos autobombas, un jefe capataz, tres agentes medioambientales y dos técnicos. Los medios terrestres contaron con el apoyo de hasta cinco medios aéreos -dos aviones y tres helicópteros.

A todos ellos se sumaron varias patrullas de la Guardia Civil, Policía Local de Sant Josep y Sant Antoni, voluntarios de Protección Civil y personal de Emergencias.

Temor y desalojos

Los primeros instantes del incendio desataron el nerviosismo entre los vecinos de las viviendas más cercanas, ya que las llamas se habían trasladado desde un punto del solar a otro terreno próximo localizado en la calle Jaén. Las rachas de viento empujaron las pavesas que prendieron metros más allá.

La amenaza de las llamas obligó al desalojo de los ocupantes de varias viviendas. Fueron los momentos de mayor tensión ya que algunos vecinos desconocían la localización de sus familiares.

«Se han producido varias explosiones y las llamas eran enormes», señaló uno de los vecinos de Cala de Bou, una zona que se quedó temporalmente sin suministro eléctrico.

Las altas temperaturas, la humedad, el viento y los materiales presentes en la zona siniestrada dificultaron los trabajos de extinción. Tres horas y media después de originarse el fuego, a las 18.45 horas, el Ibanat daba por controlado un incendio que redujo a cenizas una superficie de 1,35 hectáreas, más de 10.300 metros cuadrados de sabinas, pinos y rastrojos.

En la zona permaneció un retén para evitar cualquier sobresalto. La Guardia Civil se ha hecho cargo de la investigación.

El incendio ha sido extinguido cerca de la medianoche tras quemar 1,35 hectáreas, principalmente de pinos y sabinas. Así ha informado el Instituto Balear de la Naturaleza (Ibanat) en su cuenta oficial de Twitter.