Inundaciones en los pasillos del nuevo juzgado de Ibiza. | PERIÓDICO DE IBIZA Y FORMENTERA

La futura sede judicial de Ibiza hace aguas. Las lluvias caídas ayer dejaron su huella con inundaciones y filtraciones en varias estancias del edificio que todavía no ha sido inaugurado. Así, el juez decano de Ibiza, Juan Carlos Torres, y el sindicato CSIF, lamentaron la aparición de numerosas filtraciones de agua que ocasionaron acumulaciones de agua en el garaje, en la zona destinada a calabozos y en las dependencias que deberían acoger en breve el Instituto de Medicina Legal y Forense de Ibiza.

Las inundaciones registradas en diversas estancias fue advertida a primera hora de la mañana, según avanzó el juez decano, quien mostró su descontento y enojo por este nuevo revés para la administración de Justicia de las Pitiusas. En este sentido, el juez Torres apuntó haber realizado un escrito para informar y elevar su protesta ante el Ministerio de Justicia por las deficiencias que presentan las instalaciones, una obra que aún no ha sido recepcionada.

El juez decano ha dado traslado del escrito a la secretaría del Tribunal Superior de Justicia de Balears (TSJB) y a la Gerencia Territorial del Ministerio de Justicia en Mallorca.

Puede conllevar más demoras

Por su parte, el secretario general del CSIF en Ibiza y Formentera, Juan Nieto, denunció que este episodio «es el colofón a la serie de despropósitos que estamos padeciendo en la administración de Justicia. Venimos de un edificio cuyos bajos se inundaban siempre que llovía en Ibiza -en referencia al juzgado incendiado de Isidor Macabich- a una instalación nueva y moderna que, a las primeras de cambio y cuando todavía no se han inaugurado, ya presenta deficiencias y problemas similares a los que se producían en el viejo edificio», apuntó Nieto.

En el mismo sentido se expresó el responsable de Justicia del CSIF, Sabino Aramburu, quien advirtió que esta nueva incidencia puede suponer una nueva demora en la puesta en funcionamiento del nuevo edificio».

Aramburu indicó que se han registrado varias goteras en el sótano procedentes del techo pero también «caen chorros de agua por las paredes» y las cañerías interiores rebosan agua «porque no tienen capacidad de gestionar el agua. No es una gotera, es que llueve en el sótano», apostilló Aramburu, quien añadió que el sindicato también trasladará su protesta a Justicia.