Un campo de frutales con la tierra húmeda por las lluvias del martes. | DANIEL ESPINOSA

Las lluvias del pasado martes provocaron inundaciones, desbordamientos de la red de fecales o problemas en las carreteras, pero también tuvieron su parte buena. Las diferentes cooperativas informan de que las fuertes precipitaciones no produjeron daños directos en los cultivos y han servido para facilitar la preparación de la tierra para los cultivos de agosto. Si bien apuntan posibles efectos indirectos por la acumulación de agua que se podrán valorar en las próximas semanas.

El gerente de Agroeivissa, Josep Mayans, explica que entre sus socios no se han producido daños directos por la lluvia. Sin embargo los terrenos embarrados o encharcados podrían provocar la aparición de algún hongo u otra clase de enfermedad.

Al margen de esta posibilidad, recalca las bondades de esta lluvia que «rebaja las temperaturas y limpia el aire». Indica que en este momento los agricultores ya están preparando la campaña de otoño y «campos que estaban muy secos se atemperan y eso permite que se pueda trabajar con más garantías» de cara a iniciar la siembra de cultivos en septiembre.

A modo de ejemplo explica que algunos socios estaban esperando para el cultivo de la patata tardía, «porque sino tienen que poner en marcha los sistemas de aspersión», un agua que ahora se podrán ahorrar.

Entre los socios de la Cooperativa agrícola de Santa Eulària tampoco se han sufrido daños directos, según informaron tras la visita a varios campos del técnico de la entidad. «Los cultivos hortícolas ya están al final del ciclo, por lo cual ya no hay posibilidad de sufrir daños», explica el gerente de la cooperativa, Xavier Conesa.

El único cultivo que se verá realmente afectado es la uva que no se haya recogido. Desde la cooperativa creen que estas lluvias obligarán a acelerar la vendimia que normalmente se lleva a cabo a principios de septiembre. «El trabajo se tendrá que acelerar para evitar la aparición de la botrytis», una enfermedad que se produce cuando llueve en época de maduración y pudre los granos.

En la cooperativa de Sant Antoni visitaron entre ayer y hoy algunos de los campos de sus socios. Las lluvias en esta zona de la isla fueron menos intensas que en el resto de Ibiza y cayeron de un modo más continuado sin que se produjera ninguna tromba. Si bien indicaron que «la huerta siempre padece cuando se producen precipitaciones extremas», valoraron que había sido una lluvia positiva para el campo.