Protesta de Elite Corsaris d’Eivissa frente al Consell contra los taxis pirata en 2017.

La asociación de taxistas Élite Corsaris d’Eivissa denuncia el intrusismo que sufre el sector del transporte público en la isla. Según recoge un extenso documento elaborado por la asociación, los ingresos de los ‘taxis pirata’ en solo cinco meses -en los que operan un mínimo de 600 vehículos y hacen aproximadamente 2.700.000 desplazamientos- ascienden a 157 millones de euros.

Para obtener estas cifras, detallan, han utilizado unos datos aproximados obtenidos de recuentos de ‘piratas’ realizados a pie de calle, de los calculados a través del movimiento de ofertas y peticiones en chats, de tarifas a las que se tuvo acceso visual, anunciadas en chats y de precios que afirman haber pagado los turistas.
En este sentido, han dividido la oferta ilegal en tres grupos. El primero corresponde a los «’Piratas’ de los chats para ingleses» que, con un precio medio de 20 euros por desplazamiento, ingresa por temporada unos nueve millones de euros en 450.000 trayectos.

El segundo grupo es para los «’Piratas’ que operan básicamente en el aeropuerto», que cobran de media 50 euros por desplazamiento y hacen unos 450.000 en cinco meses; los ingresos ascienden a 22,5 millones de euros.
Los «’Piratas’ de furgonetas negras sin licencia VTC» ocupan el tercer grupo de transporte ilegal estudiado por Élite Corsaris. Según recogen en el documento, cobran un precio medio de 70 euros por desplazamiento y hacen alrededor de 1.800.000 de trayectos por temporada, lo que se traduce en unos ingresos que rondan los 126 millones de euros.
«Las cifras se han determinado a la baja para no ser alarmistas y esperamos que las autoridades competentes realicen y hagan públicas las suyas propias», subrayan, al tiempo que recalcan que el número de piratas se ha determinado a raíz de la suma de aquellos que consideran que operan durante 24 horas a doble turno repartidos por toda la isla.

Tipos de ‘pirata’

Élite Corsaris clasifica a los piratas según el cliente al que se orientan y la zona en la que operan. De este modo, señalan que los orientados a los trabajadores y turistas ingleses trabajan en el aeropuerto y zonas de Sant Antoni, Ibiza y Platja d’en Bossa, esperándoles en los aparcamientos o en la calle. Entre los habituales del aeropuerto, insisten, están quienes prefieren el desplazamiento a Sant Antoni o aquellos que combinan Platja d’en Bossa con Eivissa.

Por otro lado, están quienes simulan ser VTC legales y tienen reservas, que suelen recoger a sus clientes mostrando carteles. Otro sector se dedica a zonas de playa y discotecas e interceptan a los clientes cuando se dirigen a las paradas de taxi.
Otros se dirigen a clientes de alto poder adquisitivo y permanecen en las inmediaciones de los beach clubs y en aparcamientos privados. También están aquellos que recogen pasajeros en los hoteles. «Entre los vehículos que utilizan todavía se ven turismos particulares, pero la mayoría usa turismos alquilados». La asociación no se olvida de las furgonetas VTC radicadas en la Península y en Balears que tienen derecho a operar fuera de su comunidad autónoma durante un tiempo ilimitado.
Sin embargo, dicen que no cumplen con la ley, que establece que su permanencia en Ibiza está limitada al tiempo necesario para realizar, como máximo, el 20% de sus servicios trimestrales. «Están aquí durante gran parte del verano, haciéndose pasar por taxis de lujo, evitando identificarse e incluso disfrazándose de turistas con ropa veraniega», apuntan.

Asimismo, subrayan que han constatado que llevan operando en la isla desde mayo «numerosos vehículos con licencia VTC de la Península y se han ido incorporando muchos más» hasta superar, remarcan, la cifra de 60 unidades.
De hecho, confirman que hay siete vehículos que son tan activos que casi todos los taxistas se saben sus matrículas y «hay cuatro tan agresivos que tienen las furgonetas llenas de golpes, ofreciendo una imagen de descuido muy lejana a la que espera ver un cliente vip».
También indican que hay furgonetas -que no son VTC legales- rotuladas con los logotipos de discotecas, hoteles, empresas privadas, etc., como simple «camuflaje», dado que estos establecimientos solo pueden transportar a sus clientes hacia o desde el aeropuerto.
En cuanto a su forma de operar, la asociación de taxistas explica que los piratas se dan a conocer por el ‘boca a boca’, a través de Facebook en grupos como Ibiza Workers 2019, en chats de WhatsApp y en aplicaciones como Ubiz, que ya va por la versión 7.

«Aparecen mostrando sus números de teléfono, fotos, supuestos nombres reales, su disponibilidad horaria y sus tarifas, incluso sospechamos que se les cobran comisiones a los conductores por permanecer agregados», matizan. «El precio suele ser más barato que el del taxi, pero no mucho; incluso hay veces que es algo mayor», añaden.
También recuerdan que hay una aplicación llamada IBEEZ que pretende estar orientada a la economía colaborativa en la que un ciudadano que va a realizar, con su propio vehículo, un desplazamiento, admite pasajeros que pagarán parte del consumo de combustible. «Esta aplicación se orienta, exclusivamente, a los desplazamientos en la isla de Ibiza; habitualmente muy cortos y que no suelen suponer un consumo elevado de combustible y tienen previsto que los conductores van a utilizar vehículos de alquiler sin conductor», insisten.

Además, dicen que empezaron usando sus propios turismos, pero decidieron apostar por alquilar los vehículos en rent a car.

Poca oferta y mucha demanda

Para la asociación, la principal causa de intrusismo en el transporte público es el «mal servicio» prestado por la «permanente» falta de taxis en las calles. Además, reiteran que no solo existe oferta ilegal en el sector del taxi sino también en el sector del alquiler con conductor, conocido como VTC y en el que se utilizan sobre todo vehículos de alta gama con capacidad para ocho pasajeros.

Élite Corsaris también carga contra las autoridades competentes, tanto políticas como policiales, jurídicas y económicas, de las que dice que «no le han dado importancia ni se la dan». Esto ha generado, a su juicio, un efecto llamada «muy intenso» dada la impunidad con que se encuentran y los beneficios que obtienen.
A sus quejas se suma la escasez de visitas, dicen, por parte de los inspectores de Transporte y de licencias concedidas para operar de forma legal.
En esta línea, recuerdan que el taxi solo dispone de licencias fijas anuales y estacionales veraniegas que habilitan a estar disponibles las 24 horas del día. «Existe la posibilidad de utilizar vehículos de siete plazas, pero no salen rentables porque deben disponer de espacio para los equipajes de esos siete pasajeros, lo que obliga a que sean grandes y mucho más caros que un turismo. Además, solo se puede cobrar por el servicio un incremento de unos tres euros sobre la tarifa normal, lo que no compensa la inversión», explican.
Los taxistas también se quejan de que no se dé la posibilidad de reservar un servicio a una hora determinada, excepto hacia el hospital o el aeropuerto.

Por todo ello, piden que haya más flexibilidad a la hora de diseñar las licencias y se modifiquen algunas normas para mejorar su funcionamiento interno.
También que se organice una mesa de trabajo para eliminar el intrusismo en la que participen las diferentes administraciones, siendo el Consell d’Eivissa quien convocara la reunión con los consellers de Movilidad, Transportes, Intrusismo y Hacienda; la Jefatura de Tráfico, Policía Nacional y Guardia Civil; ayuntamientos y policías locales; AENA, Hacienda y AEAT, además de las asociaciones de VTC, de taxistas, turísticas, etc.
Además, piden que se pueda reservar el taxi de forma previa y que se pueda pagar a través de una aplicación móvil, sin olvidar la posibilidad de ofrecer precios cerrados y la creación de un sistema de fidelización de clientes mediante un programa de puntos por kilómetros o servicios.