José Corraliza, durante la entrevista con Periódico de Ibiza y Formentera en la terraza de Heart Ibiza. | Arguiñe Escandón

Tras un año y medio como presidente de la asociación Ocio de Ibiza, José Corraliza pasa el relevo al frente de este organismo a Cres Huerta Bahíllo, vicepresidente y director de la Fundación Pacha, que ha resultado elegido por unanimidad. La Asociación Ocio de Ibiza integra a 40 empresas del sector en la isla. José Corraliza se muestra contento con la puesta en marcha de diversos proyectos que el nuevo presidente deberá desarrollar y le queda la espinita de tal vez no haber sabido vender entre los ibicencos una imagen diferente del ocio en la isla que dice que la asociación busca promover.

—La renovación del cargo de presidente de Ocio de Ibiza es cada dos años, en su caso sería en marzo del año que viene, ¿por qué deja antes el cargo?
—Principalmente, por proyectos personales que necesitaran de mi atención y apenas podré dedicarle el tiempo que necesita. Además, ha habido un cambio de gobierno y tiene sentido que se establezcan nuevas relaciones ahora que empieza la legislatura y, por ello, el avanzar un poco mi salida. Se requiere dedicar tiempo a la asociación. Yo le he dedicado todo lo que he podido, entre otros motivos, porque creo en la asociación y creo en todo lo que hemos hecho en estos años y tambien durante mi presidencia. Se ha puesto en marcha una hoja de ruta, hemos establecido un código ético, hemos ido a Fitur con nuestro propio stand y hemos expuesto lo que es la asociación de una forma muy abierta. Ahora es momento de pasar el testigo y de establecer nuevos objetivos que nos ayuden a avanzar.

—Este código ético, ¿se cumple? ¿Cree que es extrapolable al resto de negocios de ocio de Ibiza?
—Se cumple y es una condición para permanecer dentro de la asociación. Hay que relativizar mucho cuando se pregunta cuál es la relación del ocio con la isla y lo que significa. Lo que ha hecho la asociación como tal y lo que es el ocio en general de la isla. Nosotros abogamos por el ocio bien hecho y el ocio hay que saber hacerlo y si no sabes el cómo, el por qué y cuál es el fin que tienes, no es ocio. Hasta que no sabes eso no puedes poner en marcha un ocio que sea respetuoso, que transmita, que sepa como cuidar a la gente y desarrollar la relación con tu entorno. Eso es el ocio bien hecho. En la asociación trabajamos por esa clase de ocio. Hay gente que lo puede hacer mejor y gente que lo puede hacer peor. Lo que ha estado bien ha sido dar estos pasitos en que la asociación sale fuera y dice: ‘señores, tenemos un código ético’. Como en todas las industrias, existe un lado bueno y un lado malo. En el ocio también. Lo sabemos y trabajamos para mejorar y minimizar los impactos negativos.

—Pero, ¿cree que se percibe entre los residentes un cambio por la puesta en marcha de ese código ético?
—Aquí hay una asociación que está realmente interesada en proteger y cuidar la isla. Muchos socios tienen sus raíces aquí. Queremos establecer una serie de normas que sean respetuosas con los residentes. Me duele ver que hay residentes que no están de acuerdo con el ocio. A veces con toda la razón. Creo que hemos conseguido acercar posturas, aunque no hemos hecho un buen marketing de nosotros mismos. No hemos sabido transmitir lo que representa el ocio. Ya no a nivel de imagen y de marca que vendemos internacionalmente, sino aquí dentro, explicando como se involucra el ocio dentro de la sociedad ibicenca. A nivel de actividades, a nivel de asociaciones, a nivel de actos culturales, de fundaciones, del deporte. El ocio siempre está ahí y sus socios siempre están trabajando por la sostenibilidad de la isla. Todas las actividades que han hecho los asociados para trabajar en este aspecto sostenible de la isla. Pero no lo hemos vendido muy bien.

—¿Estos pueden ser quizás los deberes de su sucesor en el cargo?
—Creo que sí, que es algo en lo que se debe trabajar.

—¿Y cree que es posible llegar a dar esa ‘buena imagen’ del ocio nocturno?
—Somos la asociación del ocio en general. Buena parte es ocio nocturno, sí, pero también hay hoteles, restaurantes o bares de playa. Yo creo que el objetivo es poder hacer que la gente vea y entienda el ocio de otra manera. Está en nuestra mano. Nosotros somos los que tenemos que acercar esas posturas con el residente. El ocio de Ibiza ha sido uno de los bastiones en la última crisis para poder pasarla. Ahora hay quien dice que viene otra crisis igual. No hay que echar el ocio fuera. El ocio está regulado, pues hay que aplicar la regulación, trabajar con ello, pero protegerlo. Hay miles de empleados que están unidos al ocio, cientos de empresas que solo trabajan en torno al ocio. Es algo que genera una riqueza en la isla que es un sustento. Protejamos eso. No dejemos que llegue una crisis y de repente, porque hayamos dejado el ocio de lado, no vuelva a entrar. El ocio no es lo único que hay en la isla, hay otras industrias, pero es una parte muy importante del atractivo turístico y atrae un turismo que deja dinero en Ibiza.

—¿Cómo ha ido esta temporada?
—Obviamente hay un cambio de tendencia en la isla a nivel de público. Hay estancias más cortas, un tipo de público nuevo que está llegando a la isla, otro que ha salido de la isla. En general la temporada ha sido más flojita. Pero hay que verlo un poco desde fuera y ver el crecimiento que ha tenido la isla. Cómo ha crecido tan alarmantemente y es normal que no sigamos creciendo. También otros mercados que estaban fuera de lo que es el circuito de ocio ya están dentro y entonces la gente se distribuye y va a otros sitios o no está tanto tiempo en Ibiza como estaban hace dos años. Es un reseteo. Por otra parte nos hemos salido fuera de precio. Somos muy caros comparados con otros mercados. Tenemos un problema habitacional, ¿dónde está el alojamiento para los trabajadores? Entonces claro, si no hay trabajadores y no hay trabajadores de calidad, todo suma. Son semillitas que se van sembrando y van afectando a la isla. No solo al ocio sino en general. El otro día alguien de una gran cadena de supermercados me dijo que han traído empleados de fuera y que les daban alojamiento para que vinieran a trabajar aquí. Una empresa como una gran cadena de supermercados que no encuentre empleados en Ibiza es un problema. Yo creo que afecta a todos los sectores pero desde luego al ocio. El ocio sin duda debe tener un servicio de calidad y si ese servicio no existe o no está bien pues se resiente.

—Dentro de la asociación, ¿se están tomando medidas para solucionar el tema de la plantilla?
—Hay muchos negocios dentro de la Asociación del Ocio que ofrecemos alojamientos para empleados del equipo pero no cubre a todos. Aquí solo son 300 personas trabajando, pero dentro del ocio hay tanta gente trabajando… Lo de compartir cama, las camas calientes y todo eso a los empleados ya no les vale. Aunque aquí se pagan sueldos más altos que la media, cuando le pides a alguien que pague lo que tiene que pagar por una cama o un alojamiento que sea un poco digno pues hay muchos que dicen «oye mira, al final con lo que tengo que pagar en Ibiza por estar allí, me quedo en mi ciudad o me voy a donde sea y gano más». Ese es el problema.

—Y en cuanto a lo que decía de que somos muy caros, ¿estamos por encima de lo que valemos?
—Yo creo que nos hemos salido de precio porque no se da la calidad. Muchas veces el cliente paga más que la calidad que recibe. Al final el cliente no es tonto y se da cuenta. Entonces hay que revisar toda la estructura. No se puede cobrar por habitaciones o por cubierto una barbaridad cuando al final el cliente no recibe lo que está pagando. Entonces, sí, nos hemos salido un poco del mercado. Yo creo que el cliente es al final quien lo regula. Es el que nos va a decir si estamos bien o estamos mal. Al final el cliente selecciona.

—¿Cree que las políticas medioambientales que se están implementando en muchos establecimientos es una moda o ha venido a quedarse?
—Es algo que se tiene que mantener. Creo que ya no hay opción de ir en otra dirección. Es casi un movimiento social. Si no cumples unas normas, si no hay un esfuerzo de todos de proteger el medio ambiente pues al final estamos abocados a un final bastante negro. Entonces creo que no es un movimiento que haya empezado solo como moda. Dentro de la Asociación hemos hablado bastante de ello y estamos dando grandes pasos en cómo integrar también el ocio en ese movimiento y en cómo ser partícipes de actividades medioambientales que se hacen en la isla para protegerla. Pero el problema es mucho más grande que Ibiza Es un movimiento global.

—¿El turista lo valora?
—Creo que sí, cada día más. El cliente te puede criticar que no uses pajitas biodegradables, que estés usando botellas de agua de plástico, que se gaste tanta agua o que tires papel. Yo creo que el cliente cada día es más consciente del medio ambiente y cada día demanda más que las empresas contribuyan a cuidar medio ambiente. Creo que es el primero otra vez que va marcando las líneas.

—¿Hacia dónde cree que debe ir el sector del ocio de Ibiza?
—Yo creo que el sector del ocio de Ibiza es más potente fuera que aquí mismo. Es más fuerte la representación de la imagen de Ibiza en el mundo que realmente la proyección que hay aquí. Todas las empresas salen fuera y cuando te presentas como marca Ibiza es tan idílico y tan aspiracional que a nivel de ocio marcas tenencia a nivel mundial. ¿Hacia dónde va? Evoluciona, cambia estilos, integra nuevos elementos. El ocio como existe en Ibiza no existe en ningún lugar del mundo. Yo que he viajado toda mi vida, me he quedado sorprendido de cómo es el ocio aquí. A parte de muchas más cosas que tiene la isla y que la hace mágica y especial. El ocio aquí es único, no existe nada igual. Pero hay que hacerlo bien. Yo lo he dicho muchas veces como presidente, que nuestro objetivo es hacer al ibicenco la persona más orgullosa del ocio de Ibiza. Si el residente está orgulloso, habremos hecho nuestro trabajo.

—Cuando presentaron el estudio de la UIB sobre el sector del ocio, se planteaba crear cluster del ocio nocturno. ¿Qué pasos se han dado en esa idea?
—Se ha empezado a hablar, de hecho yo creo que será una de las próximas acciones que se hagan dentro de la asociación. Formalizar ese cluster, que ya existe de por sí pero no está formalizado. Esto y también el alcalde de noche, que fueron dos ideas que salieron de ahí y se está viendo qué forma pueden tomar. Creo que en las próximas reuniones se puede ir dándole sentido y posicionarlo para ser los ojos de la industria a nivel mundial y que vengan aquí y digan ¡guau! Porque aquí ves tantos sectores alrededor del ocio y es tan interesante la imagen que refleja el estudio que es una plataforma que habrá que formalizar de alguna forma.

—¿La figura del alcalde de noche seria interesante par Ibiza?
—En las ciudades que se ha hecho ha tenido mucho efecto y en Ibiza yo creo que hay que tener varias conversaciones con estamentos, ver qué es y qué se pretende. No es una figura privada sino social, que se posiciona para hacer de mediador entre la ciudadanía, el ocio y el ambiente nocturno. Para que haya diálogo y que fluya. Yo creo que ayudaría a políticos, a residentes y empresarios a crear esa comunicación. Que todo el mundo se sienta escuchado y que no hagan falta grandes manifestaciones ni estas cosas, que la isla es muy pequeña al final. La asociación la formamos 40 establecimientos que están comprometidos a solucionar problemas, comprometidos a aportar a Ibiza y cumplir la normativa. Pero el ocio es mucho más que una asociación.