Una serpiente de herradura capturada en Ibiza. | DANIEL ESPINOSA

Desde abril hasta finales de agosto se han capturado en Ibiza y Formentera alrededor de unas 1.800 serpientes por la Federación de Caza Balear y el Consorcio para la Recuperación de la Fauna de las Islas Baleares (COFIB). En su inmensa mayoría, serpientes de herradura, según informaron desde la Federación Balear de Caza. De estos 1.800 ejemplares, aproximadamente 1.600 han sido capturados en Ibiza de los que 800 han sido capturados por un trabajador de la Federación de Caza y 800 por dos trabajadores del COFIB. Los otros 200 ejemplares restantes han sido capturados en Formentera por un trabajador del Consorcio para la Recuperación de la Fauna de las Islas Baleares. Durante toda la temporada pasada se capturaron 1.500 ofidios entre Ibiza y Formentera, apuntaron desde la Federación de cazadores.

La Federación de Caza tiene puestas en torno a 400 trampas distribuidas por toda la isla de Ibiza y asegura que esta especie de serpiente «no es venenosa ni peligrosa para el ser humano; en el caso de verse acorralada podría morder produciendo una leve herida». Sin embargo, sí representa una amenaza para la supervivencia de la lagartija autóctona del territorio, así como para crías de perdiz y gazapos de conejo.

Las serpientes son una especie invasora que empezaron a llegar hace más de 10 años a Ibiza, pero la Federación de Caza Balear comenzó con esta labor hace tres años.

«Probablemente, llegaron en olivos o contenedores de plantas que fueron transportados hasta la isla en barco», indicó Alejandro Macías Torres, miembro de la Federación de Caza Balear. «Vienen escondidas hibernando y con el calor salen, de abril a octubre es su época de mayor actividad», concluyó.

Sant Carles, Sant Lorenç, Santa Gertrudis y Sant Miquel son las zonas donde más serpientes hay. Desde la Federación de Caza, apuntaron que esto podía ser debido simplemente a que son «las zonas donde se han distribuido las plantas que han llegado con serpientes dentro y allí al reproducirse sin depredadores, ha aumentado la población rápidamente».

Esta especie de ovíparo, al carecer de depredadores en la isla, según explicó Alejandro, «es importante controlar la población y evitar su reproducción masiva». Para ello, la Federación Balear de Caza pone trampas en las zonas donde se ha visto más afluencia del animal y anima a los particulares a distribuirlas por sus casas si sospechan que en sus terrenos pueden habitar serpientes.

Además, hay que tener en cuenta que la esperanza de vida de estos animales puede llegar hasta los 15 años.

El Consell d’Eivissa firmó un convenio con la Federación Balear de caza en el que se comprometió a colaborar con la captura de serpientes.

La cooperativa de Santa Eulària vende trampas, subvencionadas por la institución insular, a 15 euros. Estas trampas consisten en una caja de madera con dos compartimentos. En uno hay un ratón y el otro está vacío, que será donde se quedará atrapada la serpiente cuando intente entrar para comerse al roedor. El sistema funciona a través de una rejilla por la que el ovíparo puede entrar, pero no salir. Por otro lado, el ratón permanece vivo en la trampa. Puede durar años si se alimenta simplemente una vez cada 10 días. Incluso, se puede guardar para una próxima temporada. En el caso de necesitar un nuevo ratón, se puede comprar por seis euros.

Las mejores zonas para colocar las trampas, según explicó Alejandro, «son los lugares donde suelen habitar, como troncos de árbol, paredes de piedra y torrentes».

Una vez capturada la serpiente es sacrificada con un golpe en la cabeza y se envían a la UIB para ser estudiadas y conocer mejor la especie.

«La gente cada vez está más concienciada e intenta colaborar para capturar a las serpientes porque saben que peligra la lagartija autóctona de la isla», zanjó.

Alejandro aseguró que su teléfono está siempre disponible «para ayudar a cualquiera que tenga problemas con la trampa».

El Govern informó a Periódico de Ibiza y Formentera que «probablemente, las primeras serpientes que colonizaron Ibiza llegaron gracias al comercio de olivos ornamentales procedentes de la Península. Se encontrarían en fase de hibernación en el cepellón de estos árboles y, cuando fueron trasplantados y llegó la primavera, despertaron, escaparon de su escondrijo y se dispersaron, estableciendo poblaciones estables y, hoy día, es ya imposible erradicarlas por completo». Añadió que esta vía de entrada hace «muy difícil el control de las serpientes, dado que se encuentran escondidas y, al mismo tiempo, protegidas por el mismo árbol».

En cuanto a poder restringir la entrada de plantas u otra mercancía que las pudiera contener, el Govern señaló que el tema de poner limitaciones al libre transporte de mercancías «en la UE no es sencillo. Existen multitud de trabas legales para imponer estas restricciones». Pero aseguró que están «valorando la posibilidad de encontrar algún resquicio legal que, por temas de bioseguridad, permitan establecer controles».

Desde el Consell d’Eivissa indicaron que referente a otra opción que no sea matar a los ovíparos, según explican los técnicos del departamento de Medio Ambiente, «es la única forma que existe ahora». Aunque afirman que algunas corrientes «abogan por reintroducirlas en la Península», el criterio general de los técnicos «dice que reintroducir una especie que ha cambiado de hábitat en su hábitat original puede ser muy contraproducente al haber sufrido cambios de comportamiento, de parásitos y genéticos, y al ser impredecible cómo se va a comportar esa especie reintroducida». Por ello, «no se plantea otra opción que no sea matarlas».