López no pudo aguantar las lágrimas en la cuarta canción, ‘La mejor noche de mi vida’, tras la que se abrazó con dos de sus mejores amigos sobre el escenario. | Toni Planells

No pudo evitar que se le saltaran las lágrimas. Mientras cantaba ‘La mejor noche de mi vida’, la cuarta canción del concierto, recordaba que «fue un 13 de septiembre» aquella historia. El día anterior al del concierto que Pablo López dio ayer en Ibiza. Cierre de su gira ‘Santa Libertad’ que tras 94 etapas le llevó a la isla en la que había estado «200.000 veces» pero en la que anoche actuaba por primera vez. Se le juntó todo y brotaron las lágrimas.
Pablo es un torbellino de emociones en pleno concierto. Pero cuando apareció parecía tímido. Le iluminaron los focos, saludó y se oyeron gritos por todo el Recinto Ferial. Se iluminó el piano y empezó a tocar las teclas con energía. Sonaba ‘El Camino’, mientras en una enorme pantalla detrás del escenario montado expresamente para la ocasión junto al edificio del Recinto Ferial se emitían imágenes de caminos, carreteras, campos de trigo. Se levantaba con energía y otra canción, ‘Lo saben mis zapatos’.

Parecía un atleta en medio de una carrera de canciones. Hasta llegar a ‘La mejor noche’ tras la que sacó a sus mejores amigos para abrazarlos con lágrimas en los ojos. «Qué bonita es la vida», repetía una y otra vez. Esa vida que es su música. Sencilla. La vuelta a casa en coche tras un día de trabajo o el trajín de una mudanza.

Cuatro horas antes, a las 19:15, ya se iba formando cola para entrar al concierto. Las puertas se abrían a las 21:00, pero muchos querían situarse lo más cerca posible del escenario y eso requiere el sacrificio de la espera. Mientras los técnicos iban haciendo pruebas de sonido y luces en el escenario, con la llegada de la oscuridad, se produjo un pequeño incidente entre los fans que esperaban a la apertura de puertas, un chico se cayó por el hueco de una alcantarilla de la que había saltado la tapa por estos días de lluvia. Acudió la ambulancia, pero fue más el susto que los daños sufridos.

Empezó el concierto cuando pasaban 20 minutos de las 22:00. Bajo un cielo despejado, el cantante malagueño hizo un recorrido por su nuevo disco, ‘Camino, Fuego y Libertad’. Recordó que pocos días antes estaba anunciado «el diluvio universal» en Ibiza. Un desastre que no llegó a cumplirse. López se mostró íntimo y cercano con el público, como es él. Dejaba cantar, le acompañaba en armonía o a contratiempo y se entregaba para que nadie quedara indiferente. Lo simple, «la vida, funciona».