Paquita Ribas junto a Gloria, la amiga con la que viajó desde Ibiza, la madre de Mbarka, Lghaliya, y la mujer a la que ayudará con el coche, Sofie. | P.R.

La peluquera ibicenca Paquita Ribas, dueña desde el 2002 de la peluquería Jana en la calle Vicent Serra i Orvay de Ibiza acaba de regresar de la zona de El Aaiún, en el Sahara Occidental, tras un viaje que le ha removido la conciencia. Tanto que a su vuelta ha comenzado una campaña para recaudar los fondos necesarios para comprar un vehículo que ayude a una familia de Jradi, un pequeño pueblo junto al desierto. «He estado unos días allí invitada por una chica saharaui llamada Mbarka y tras hacer un poco de turismo me llevaron a este pequeño pueblo y allí me di cuenta que son felices con muy poco pero que también necesitan algo de ayuda para vivir un poco mejor», explicó ayer a Periódico de Ibiza y Formentera la propia Ribas.

Según la promotora de la iniciativa se trata de una aldea muy pequeña en el Sahara Occidental más profundo que nunca sale en los medios de comunicación. Allí vive el tío de Mbarka, hermano de su padre Abdulah, trabajando en una cooperativa de leche. «Sus condiciones de vida son muy limitadas porque todo en el pueblo está muy abandonado, con casas muy bonitas pero humildes y un pequeño hospital, y para comprar lo más básico esta familia tiene que coger un autobús hasta la ciudad más cercana en un trayecto que les puede llevar un día entero».

Por ello, y después de haber vivido la experiencia en primera persona, Paquita Ribas se ha propuesto solucionar el problema. Ha iniciado una campaña para recaudar el dinero necesario y comprar un vehículo que les haga mucho más sencillo ese viaje. «Cuando estás allí con ellos te das cuenta como disfrutan con muy poco, en un pueblo que está en pleno desierto y con unos ingresos de la cooperativa que no llegan a 200 euros al mes, y por eso no podía quedarme con los brazos cruzados viviendo en el primer mundo», confiesa.

Lograr unos 1.000 euros
Ahora su intención es lograr unos 1.000 o 1.200 euros que es la cantidad que en la zona puede costar un coche de segunda mando en buenas condiciones. Después llevará el dinero en mano y con el apoyo de Mbarka, su familia y una amiga suya llamada Safa que trabaja en Naciones Unidas comprarlo en el país y así también dejar algo de dinero allí. «No vale cualquier cosa, tiene que estar bien, porque se hacen muchos kilómetros por carreteras que no están en muy buenas condiciones y no tendría sentido comprar algo que a los dos días esté roto».

La campaña se ha puesto en marcha en su propia peluquería Jana, donde hay una hucha donde el que lo desee pueda aportar su granito de arena, y también con la venta de productos que sobraron tras el mercadillo de segunda mano que puso en marcha Paquita en mayo en Can Escandell para ayudar en los proyectos de la ONG ibicenca Vía Oberta Nepal. Además, todos los interesados pueden hablar con ella en su peluquería Jana.

EL APUNTE

Una mujer muy solidaria

Paquita Ribas siempre está en campañas solidarias. Cuando llegó la crisis bajó el precio de sus cortes de pelo para que mayores, viudas y con discapacidad pudieran estar guapas y durante un tiempo los martes estuvo ayudando con las personas la Asociación Pitiusa de Ayuda a Afectados de Cáncer (APPAC) y destinando cincuenta céntimos de cada servicio que ofrecía en su peluquería para el trabajo que desarrolla la ONG Vía Oberta Nepal en este país. Incluso, en mayo puso en marcha un mercadillo para ayudar a esta ONG.